¿Reciben los niños una educación escolar apropiada para su edad?
En el diario devenir de la educación primaria, piénsese en una clase cualquiera de un grupo de casi 30 pequeños de entre 7 y 8 años, prima la educación tradicional debido a lo siguiente:
1. Condiciones del entorno:
2. Propuesta pedagógica y manejo de contenidos:
En este contexto cotidiano en que se desarrollan los aprendizajes, se solicita a los padres de familia ayudar con la preparación de los estudiantes para un evento (único en el año) en el que, divididos en grupos según áreas del conocimiento, los pequeños tendrán poco más de un minuto para exponer un subtema del área que le corresponde (Comunicación, Matemáticas, Ciencias, etc., etc.).
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A modo de reflexión:
Mientras unos más que otros validen o, en su defecto, rebatan estas preocupaciones, cientos, miles de pequeños siguen siendo sometidos a una educación descontextualizada para la cual el infante no lo es en realidad: es más bien un adulto en miniatura que debe aprender a mantenerse largas horas inamovible, quieto, silencioso, aprendiendo de paporreta contenidos que a lo largo de los años irá olvidando, ya que ese es el destino del aprendizaje memorístico. Del mismo modo, todo ese tiempo en que se privilegió un tipo de educación adultizada para niños que requerían otro tipo de abordaje pedagógico se habrá convertido en tiempo perdido, toda vez que pudo haber servido, más bien, para el desarrollo de habilidades blandas y el privilegio, eso sí, del desarrollo de competencias referidas a la lectoescritura y a las matemáticas básicas (en su real dimensión).
Consideración aparte, por supuesto, merece el hecho de ser clara respecto al hecho de estar refiriéndome a una escuela privada o a una gestionada por el Estado. En este caso en específico, estoy refiriendo una experiencia con la escuela privada (y aquí sí soy consciente del terreno que voy pisando por demasiadas razones, intereses, complejos e idiosincrasias). No tengo mayor proximidad a la primaria estatal en términos reales y concretos más allá de las referencias generales que como ciudadana y maestra (de otro nivel educativo) puedo llegar a tener.
Lima, junio de 2024