Recuerda porqué empezaste.

Una startup siempre tiene un inicio motivado por el cambio. Su fundación siempre se basa en señalar algo en una industria que está mal y puede ser mejorado. Incluso en algunos casos se señalan cosas que son injustas para los usuarios. Toda esta información se traduce en una propuesta de cambio para brindar un mejor escenario para todos los involucrados.

Es inspirador e incluso romántico el hecho de como en su fundación se pretende hacer todo de una manera “diferente”. Se habla de democratizar transacciones, de poner primero a las personas desprotegidas y hasta se habla de “cambiar al mundo”. A medida que la startup crece, estos ideales se comienzan a desvanecer. Desde un punto de vista financiero es simple saber por qué: “No pueden levantar dinero para siempre”. Tarde que temprano necesitan tener utilidades para poder subsistir. Incluso los nuevos socios que se incorporan o fondos comienzan a promover decisiones frías encaminadas a hacer crecer la empresa en valuación.

A medida que esto sucede se termina el honeymoon effect y las startups comienzan a convertirse en parte del mismo sistema que juraron destruir o cambiar. Es aquí donde hago un llamado a los founders a pensar en : ¿Porqué empezaron? ¿Cuál es el cambio que pretendían generar con su startup? Para mí es duro ver como tarde que temprano una startup puede convertirse en otra empresa normal que ya no tiene intenciones de cambiar nada, no tiene intenciones de poner primero al usuario o revolucionar alguna industria. El único objetivo que queda es: la acumulación de riqueza. Respeto que los founders puedan tener metas personales y quieran salir adelante en un mundo complicado lleno de retos y exigencias. Pero este proceso de transformación deja un sabor amargo. Se alcanza a sentir como una campaña política donde en un inicio se prometen cambios y transformaciones que harán las cosas mejores para las personas pero tarde que temprano vuelven a poner a los usuarios en una posición de desventaja, a merced de un sistema que persigue un sólo objetivo: monetizar.

A todo esto yo me pregunto:¿No se puede incrementar la valuación simplemente dando el servicio a más usuarios?. Expandiéndose, nivelando el panorama para todos, rompiendo paradigmas, proponiendo nuevas ideologías. ¿No se puede aprovechar el modelo de la startup (que no necesariamente tiene que tener utilidades) para verdaderamente generar un cambio social, un ecosistema productivo en donde se proteja al usuario, a los trabajadores, a los socios y a todos los involucrados en el proceso?

Yo no me encuentro en una posición de poder, donde mis decisiones pueden marcar un cambio. A todos los que estén sentados en esas sillas donde sus decisiones si tendrán ecos en la vida de muchas personas los invito a que recuerden los motivos por los que empezaron. Sean fieles a sus valores y sus ideales. Son nuestras acciones lo que se convierte en nuestro LEGADO. Para un ecosistema próspero, todos deben ser tomados en cuenta.

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