REDIMA EL TIEMPO
REDIMA EL TIEMPO
Tito 3:13 (LBLA)
13 “Encamina con diligencia a Zenas, intérprete de la ley, y a Apolos, para que nada les falte”.
Al final de un día atareado, ¿alguna vez ha tomado asiento y se ha preguntado adónde se fue el día? ¿O la semana? ¿O incluso el mes? Nuestras vidas ajetreadas contribuyen al sentimiento de que el tiempo pasa veloz. ¿Cómo reducimos el paso?
Dedicando tiempo a las cosas del Señor. El Señor no nos ha asignado mucho tiempo en la tierra; somos hechos para la eternidad en el cielo. En el tiempo que nos queda, dediquémonos a los negocios de nuestro Padre con premura.
El apóstol Pablo le escribió a Tito, dándole un mensaje para dos hombres: Zenas y Apolos. De Zenas no sabemos nada; se lo menciona sólo una vez aquí en la Biblia. Apolos, sin embargo, fue un maestro bien conocido. El mensaje para ambos fue: no hay tiempo que perder. Apresúrense. Apúrense.
Charles Spurgeon una vez predicó un sermón sobre Lucas 14:23, el pasaje en donde el amo le dice al criado: “Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa”. Spurgeon se sintió tan abrumado por la urgencia de la tarea que dejó a un lado la introducción de su sermón y empezó a urgir a las personas a venir a Cristo, de inmediato, urgentemente, ahora.
¡Hagamos lo mismo! Apresúrese. El tiempo es corto; la eternidad espera.