Reflexión.- ¿A que me invita el Evangelio-En mi compromiso Cristiano?
Primero que nada, para todo Cristiano, el Evangelio establece una Igualdad, ya que “todos somos hijos e hijas de un mismo Padre”. Esta Igualdad es la fuente de la Dignidad con la que nace todo ser humano. En <<Fratellii Tutti>> del Santo Padre Francisco, se resalta este elemento común de la humanidad, bajo un mismo valor intrínseco, que hace reflexionar sobre la vida de la Iglesia, en el caminar, “proponiendo una forma de vida con sabor a Evangelio”. En el poverello de Asís, se señala que la felicidad “está en quien ama al otro”. Esta es la base constituyente de una fraternidad abierta y/o Universal, para vivir en paz y armonía. También se hace mención de una dimensión novedosa: Una nueva Cultura basada en la amistad. Esta es la propuesta de la cercanía, del contacto y de la inclusión. La amistad es así pues “un regalo de vida y un don de Dios, ya que nos va puliendo y nos va madurando”.
La inspiración sobre la amistad viene de San Francisco de Asís, “que se sentía hermano de sol, del mar y del viento, sabiéndose más unido a los que eran de su propia carne” (Cf. Ft 2). El papa Francisco, amplía en el círculo de las relaciones a las que denomina “amistad social”, de cada región, ciudad o cada país.
Cabe destacar, que da reconocimiento a cada persona, recordando que es un hermano para otra persona, hijo de un único Creador (Cf. Ft 3-10).
Con todo lo anterior, se sostiene en dos grandes componentes; por un lado la Libertad Religiosa, y por el otro los Espacios para el encuentro <<La Iglesia>>.
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También se destaca el amor, con sabor a compasión y dignidad, ya que es “el que rompe cadenas y tiende puentes. Al amor no le importa si el hermano herido es de aquí o de allá” recordando la parábola del buen Samaritano (Lc 10:25-37). En este mismo tenor se establece, que en un mundo con amor “nadie puede quedar excluido”.
Ahora bien, también Francisco hace mención de la Economía, que debe conducirse “bajo principios éticos”, ya que se debe evitar cualquier clase de abusos en el modelo que sirva a la gran mayoría de la humanidad. En este renglón, el Papa acude a la Doctrina Social de la Iglesia, para desarrollar la subordinación de la propiedad privada al principio Universal de los Bienes Creados, insistiendo en su “función social”. Dado que en nuestro tiempos, se debe atender una nueva regulación de la actividad financiera, que impida riquezas especulativas y ficticias. Esta Tarea nos hace corresponsables y todos “debemos” llevarla hacia los procesos de una economía real.
En un punto casi final, llama a todo Cristiano a “pensar la solidaridad en términos de comunidad” (Cf. Ft 6:10), y pone sobre todo, como prioridad al gran tema de la encíclica,” el Trabajo”, ya que es el cauce hacia la realización personal, así como posibilita la dignidad humana y brinda la mejor ayuda para un pobre.