Reflexionando sobre el presente

El mundo ya no es lo que era. Nuestros hábitos y nuestras certezas para interpretar lo que está pasando dejaron de tener validez de un momento para otro.

Algo que hoy SI sabemos sobre nuestro mundo es que el cambio que sufrirá en el corto tiempo será DRAMÁTICO (en el sentido de la importancia y profundidad de los cambios, no necesariamente del efecto ya que eso sería un juicio de mi parte, una interpretación o percepción particular).

No solo el mundo ya no es lo que era sino que probablemente en el futuro será muy distinto de lo que es hoy, de lo que fue hace tan sólo unos pocos meses atrás.

¿Quién estará listo para responder a los cambios? ¿Qué tipo de preparación se requiere?

El futuro cercano que vemos ilumina en el presente la responsabilidad de transformar nuestros acuerdos, nuestros compromisos y en definitiva NUESTRA MANERA DE SER.

Hoy precisamos de la transformación global, política y social que depende de nuestras propias transformaciones individuales. Necesitamos nuevas redes, nuevos acuerdos, una nueva manera de ver e interpretar el mundo y lo que es importante o no en cada caso.

Debemos tener presente que

LOS MUNDOS QUE HABITÁBAMOS ESTÁN EN PROCESO DE DESAPARECER.

La invitación es a empezar a leer la vida como una serie de acontecimientos que abren y cierran posibilidades para poder ENFOCARNOS EN AQUELLOS QUE ABREN POSIBILIDADES.

Es muy importante que empecemos a confiar en la vida, entender que hay situaciones que abren caminos y otras que los cierran, pero que cada vez que un camino se cierra otro se abre. El hecho de no confiar en la vida como un proceso nos lleva a la cueva del miedo y la soledad. Cuando eso ocurre nos olvidamos de vivir la vida a lo ancho y a lo largo, disfrutando el presente, acrecentando nuestra capacidad de crear y diseñar.

Nuestras decisiones actuales generan un futuro. Hagámonos cargo. Somos creadores del modelo, del mundo que habitamos, y si queremos otro está en nuestras manos crearlo. LO QUE CREES, CREAS.

Detenerse, reflexionar y elegir. Adueñarnos en forma consciente de nuestro destino. Agradecer el hoy, el aquí y ahora. El agradecimiento es base de proyección y crecimiento.

Llegó el momento de pensar en cuál es nuestro compromiso con el presente y el futuro que queremos crear. Encontrar nuestro norte, nuestras prioridades, nuestra esencia. Buscar los recursos que nos potencian ya sea que estén dormidos en nosotros o bien adquiriéndolos desde el exterior.

Habitar un mundo de posibilidades está en nosotros, es nuestra tarea, nuestro "deber" para con nosotros y el entorno creerlo para crearlo.

Christian Diani

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