Replantear la educación
Portada de Periódico El Debate, 3 de septiembre de 2020.

Replantear la educación

Por eso es un tema sensible en una pandemia: ¿Se educa para el bien de todos y para todos? 

El 2 de septiembre de 2020, la Unesco y Fundación Santillana ofrecieron un webinar titulado “Los futuros de la educación”, como punto de partida de un debate global sobre cómo replantear la educación y el aprendizaje, haciendo referencia al bien común mundial para establecer la agenda 2021. Provocó mi reflexión sobre el concepto mismo de educación: Del latín educatio y -ōnis, acción de educar, enseñar, dirigir, instruir; acción del docente. A su vez, docente proviene del latín docens y -entis, el que enseña. Por definición, quien enseña es el docente. La pregunta es, ¿para qué educar? De aquí la importancia de comprender el significado de ambas palabras: Se educa en la escuela y también en casa, para el bien de la persona, de quien aprende y de quien enseña. Pienso entonces que quienes decimos que enseñamos podríamos preguntarnos si lo hacemos para el bien común.

Por eso es un tema sensible en una pandemia: ¿Se educa para el bien de todos y para todos? Cada etapa en el desarrollo de la persona tiene un propósito educativo: aprender a caminar, hablar, socializar, compartir, distinguir la realidad de la fantasía, leer y escribir, desarrollar el pensamiento matemático, interactuar en el contexto y en el mundo, desarrollarnos como personas, ciudadanos, profesionales y como habitantes del mundo. El énfasis está en lo que hacemos, más allá de qué aprendemos, es el cómo lo convertimos en acto que beneficia a quien aprende y quienes le rodean.

¿Queremos una educación para el bien común en el mundo, para ser mejores habitantes de éste? Podemos empezar por distinguir lo que es posible, y en ese sentido, lo que es pertinente pedir a los estudiantes según su etapa del desarrollo, porque si aceleramos el proceso agotamos la posibilidad del aprendizaje, de aquello que está bien porque el niño lo puede comprender. El niño pequeño quiere explorar y necesita confianza y seguridad con acciones básicas como hablar, comer, dormir y mover su cuerpo; esto se aprende y, sin esto, su avance en los siguientes años puede no ser el mejor. A su vez, el niño de preescolar quiere socializar y ser el centro de la atención, necesita apoyo en sus iniciativas con acciones básica como hacer amigos, esperar su turno, compartir, vivir la fantasía y hacer manualidades, y necesita ayuda para interactuar porque solo comprende SU mundo.

El niño de primaria, ya como estudiante, puede leer y escribir, resolver problemas matemáticos y del pensamiento científico, y puede empezar a comprender EL mundo, de otros y con otros, y necesita ayuda para saber preguntar qué y cómo pasan las cosas en el mundo.

El estudiante de secundaria y bachillerato, es decir, de educación media, puede comprender EL mundo, puede plantear posibles causas de lo que ocurre y adoptar una opinión, una postura, y necesita ayuda y guía para rebasar su postura retadora de quien lo sabe todo, a través de sensibilizarse con lo que les pasa a otros, lo que aqueja y duele o aquello que dignifica a otros, ya puede comprender lo que es ser habitante del mundo, con la experiencia de confrontarse ante la pregunta “quién soy” y luchar por su identidad.

Quien tiene la oportunidad de ser estudiante universitario puede comprender y ayudar a otros a ser habitante del mundo, con la condición de contar con la guía de modelos de enseñanza, docentes que son ejemplos a seguir para dignificar a la persona, ser humano, ciudadano y profesional. El estudiante universitario puede comprometerse con ayudar AL mundo. Salvo que sea inseguro, sin confianza, sin iniciativa, sin interés por preguntar, sin identidad, sin compromiso, sin eso que hace falta para enfrentar una pandemia.

Docentes y padres de familia, ¿necesitamos que la Unesco nos diga qué hacer, que el gobierno nos diga qué hacer? ¿Qué necesitamos? Por supuesto que necesitamos guía, estrategia, plan de acción, de corto y largo plazo, tanto de organismos internacionales como del sistema educativo en nuestro país. Pero eso no basta, necesitamos como condición querer enseñar; pienso que se necesita que muchos queramos. Hagámoslo, cada quien desde su espacio y respetando la etapa de cada niño, adolescente, joven y adulto, ayudándolos en su seguridad, confianza, iniciativa, interés por preguntar, identidad y compromiso por el bien común, como habitantes del mundo, porque esta pandemia pareciera que llegó para quedarse por no sabemos cuánto tiempo, y nos ha dado un giro sorprendente.

Heriberto Prieto Zamudio

🏆Reconocido por los E-tech-awar 2022 "Maestros Inspiradores" de E-Tech Evolución Educación. Profesor y Articulista en Cultura Digital.

4 años

Interesante reflexion de los distintos niveles educativos donde en cada uno de ellos describe la evolución desde la percepción y adaptación social en el desarrollo del individuo. La educación tanto en casa acompañada de la formación escolar pilares funfamentales para el desarrrollo humano. En que la asociacion del objetos del entorno hasta la colaboración como el medio para entender el cuidado mutuo.

Javier Prada Oliva

Promotor y Editor Senior en @IAEducativa.org | Profesor FP Tech | Co-fundador de Competencia Digital Cero & otros proyectos 💙 (ONGs)

4 años

Todos debemos aportar nuestro granito, desde las familias, entornos cercanos, instituciones, autoridades, etc. Emilio Calatayud aboga en España por un pacto por el menor... ¿Tan imposible es? 🤔 Gracias Nora por compartir tu reflexión👏👏👏

Excelente artículo, súper recomendable leer a la maestra Nora.

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