Resolviendo la ecuación de Tu vida

Resolviendo la ecuación de Tu vida

Productividad = ƒ (y,z,..)

Hace algunos años me lancé en la búsqueda de una fórmula absoluta que me permita medir, tan solo con pocas variables cualitativas, la productividad máxima de una empresa.

¿En función a que variables cualitativas depende más la productividad de una empresa? La alegría, la motivación, la pasión, el compañerismo, el respeto, la cultura organizacional, en resumen, el clima organizacional. ¿Cuál de todas estas variables impacta más positivamente en la productividad de cualquier empresa?, ¿Será posible generalizar?...

Mis preguntas no podrían estar más equivocadas. Los peritos, dueños de la verdad y sabiondos dirán hasta aquí, “mal planteamiento de la hipótesis” …

La vida laboral me llevó a varios países, conocí distintas realidades y me entrevisté con muchas personas en mi afán de mejorar sus procesos operativos y encajarlos en una metodología que asegurase su mejora continua, mientras tanto, seguía buscando en mis ratos libres las respuestas a mi pregunta.

Con el tiempo, el falso éxito me cegó. La rutina del trabajo, las responsabilidades, los viajes, el dinero y el poco tiempo dedicado a los míos fue cavando un hoyo en mi vida personal, me divorcié y le quité a mí hija la oportunidad de crecer en un hogar con los parámetros convencionales que Yo crecí. A la par, mi rendimiento profesional fue en picada, dejé de investigar y me aboqué a darle pedazos de amor a Mí hija cuando estaba conmigo. Tiempo de calidad decía Yo. Mis movimientos eran mecanizados, lo suficiente para mantenerme presente y pertenecer entre las mejores empresas de Mí País. He aquí mi momento más conformista.

Entonces, ensimismado en la rutina del trabajo, culpando al destino y en la pena por Mí mismo, llegué a una conferencia donde un hombre muy prolijo concluyo:                           “El corazón tiene razones que la razón desconoce. Así que siempre sigue al corazón”. Recuerdo que me impactó esa frase. En ese momento volvió a Mí aquella ecuación que había dejado inconclusa, recordé lo que me había prometido a Mí mismo al salir de la universidad, recordé lo que buscaba, una razón, una relación, recordé a Mí hija y Mí profundo amor por ella; Así que retomé la búsqueda de una ecuación y esta vez puse a mi hija como una de las variables subjetivas.

Dejé de buscar una ecuación general, comencé a buscar Mí propia ecuación de vida para incrementar Mi productividad, Mí desempeño. Mi enfoque cambió, era obvio, primero tenía que descubrir cuáles eran las variables cualitativas que harían incrementar mi productividad. Cuando personalicé mi enfoque vi las cosas más claras. Ingresé pues a esta ecuación variables cualitativas, amor, tiempo a los míos, respeto por los demás, amor propio y poco a poco mi productividad y creatividad fue recuperándose.

Caí en cuenta que ya no quería buscar una fórmula general para la productividad, porque la productividad o en este caso, desempeño de cada persona, tiene una formula única e individual para cada persona. Cada persona tiene sus propias razones o motivaciones que lo impulsan hacia un mejor desempeño y estas pueden ser similares a las de otras personas, pero considero que nunca iguales en intensidad. Pero aún no puedo medir la intensidad de variables cualitativas como el amor de un padre a su hijo o de un hombre a una mujer o a su Madre, esto es parte de otro estudio.

Entonces, si cada integrante de una empresa tiene una formula individual cuyas variables cualitativas determinan su desempeño, ¿qué tan efectivo resulta implementar beneficios generales a los trabajadores?. ¿La gestión por resultados, realmente potencia a los trabajadores? Y un poco antes, la selección de personal se realiza en base a sus variables individuales generadoras de su máxima productividad? ¿O solo en base a las metas establecidas previamente por una empresa? Lo que busco ahora en las conferencias, es que cada participante encuentre las variables subjetivas de su vida y resuelvan su propia ecuación lineal, la cual potenciará y seguramente redefinirá sus prioridades y metas.

Un colaborador claro en sus metas, un colaborador con la ecuación de su vida resuelta, será un colaborador clave en la empresa donde pertenezca. Será un colaborador que transforme y mejore el medio donde se desenvuelva, porque justamente ese medio estará acorde con su ser. Durante mis conferencias hacemos un recorrido por todas las herramientas de mejora continua, pero todas ellas llevadas a un enfoque personal porque, como diría mi Padre, la mejora continua no es un conjunto de herramientas o metodologías, la mejora continua es una forma de vivir. ¡Vivir mejorando!

Productividad = ƒ (Valentina,familia)

JIMMY OLAYA ESPINOZA

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