Revisión del estándar ISO 12669 para establecer el nivel requerido de limpieza (RCL) de aceites hidráulicos
De acuerdo a OEM´s de Clase Mundial, en el sector hidráulico, como Parker, Rexroth, Vickers, Caterpillar, etc., se menciona en su literatura, que las partículas en el aceite, es decir, su contaminación con sólidos, representan entre el 80 % y hasta el 85 % de las causas raíz de falla de los sistemas hidráulicos. Y no es para menos… sólo imaginemos aceite con partículas sólidas a las altas presiones que se manejan como 2000, 3000, 5000 o hasta 10000 psi… son como balas -por su masa-velocidad- que, al impactar en las diferentes partes del sistema, como válvulas direccionales, proporcionales o servo-válvulas, por ejemplo, implican un alta desgaste erosivo de las mismas, con el consecuente daño a la operación del sistema. Dicho lo anterior, resulta entonces, de suma relevancia establecer el nivel adecuado de limpieza en términos de ISO 4406 (partículas mayores a 4, 6 y 14 micrones por cm3) para un fluido hidráulico.
Muchas empresas y organizaciones han publicado en base a su experiencia y conocimiento, guías de limpieza de los aceites hidráulicos pero, si las comparamos entre sí, no hay una coincidencia de criterios; así una empresa “X” de lubricantes sugiere un valor ISO 4406, una empresa “Y” de filtros -para el mismo sistema hidráulico- sugiere otro valor y otra empresa “Z” consultora en lubricación y/o hidráulica indica otro valor diferente… ¿A qué obvia conclusión nos lleva ello? Pues que, en los casos mencionados, no hay un criterio estándar comúnmente aceptado por todos y es aquí, donde ISO (la Organización Internacional para la Estandarización) entra a escena a través de la publicación de un estándar cuyo objetivo es unificar esos criterios y poder determinar el nivel requerido de limpieza (RCL – Required Cleanliness Level, por sus siglas en inglés) de un sistema hidráulico.
En este estándar (ISO 12669) se consideran varios FACTORES DE PONDERACION (FP) que, al sumarse, determinan el RCL. En general, si las condiciones de operación no son severas, en cuanto a presiones, ciclos de operación, tipo de componentes poco sensibles a la contaminación, etc., el RCL podrá ser un valor bajo, lo cual implicará un código ISO 4406 más alto, o sea, aceite menos limpio. En tanto que si las condiciones de operación son muy críticas (variaciones de presión desde cero a la máxima posible, en ciclos muy variables, altas presiones, la presencia de elementos del sistema muy sensibles a la contaminación -como servoválvulas- por ejemplo), el valor del RCL será muy alto, lo que significa que el código ISO 4406 será muy bajo, es decir, el aceite deberá de tener un alto grado de limpieza.
Revisemos cuáles son esos factores de ponderación:
1. Presión y ciclos de trabajo
2. Grado de “sensibilidad” de los diferentes componentes del sistema hidráulico (bombas de engranes, de paletas, de pistón, válvulas direccionales, proporcionales, etc.) a la contaminación con partículas
3. Expectativa de vida del sistema
4. Costo total de reemplazo de partes del sistema
5. Costo de paro
6. Riesgo de seguridad
Estos diferentes factores de ponderación se suman y, en base a ello, como se mostrará más adelante, se determina el RCL en términos del código ISO 4406. Ejemplo: Factor de ponderación (FP) de presión y ciclo de trabajo = 5, FP del grado de “sensibilidad” de los diferentes componentes = 4, FP de la expectativa de vida del sistema = 2, FP del costo de reemplazo = 3, FP del costo de paro = 4 y FP del riesgo de seguridad = 1, la suma de todos los FP es: 19. Entonces, con este valor se va a la gráfica del estándar y de ahí, se define la meta ISO 4406:
Recomendado por LinkedIn
En este caso, como se observa, la meta sería 15/13/10
Comentarios:
1. Cuando hay discrepancia o una amplia variedad de criterios, justamente ISO entra en acción y propone estándares universales. Este es el caso en lo que respecta a la limpieza de los fluidos hidráulicos, permitiendo así, que todas las empresas de lubricantes, de filtros, de consultoría, etc., “hablen el mismo idioma” y unifiquen criterios. Actualmente, en Techgnosis hemos incluido esta metodología en los entrenamientos y en las consultorías que realizamos con nuestros clientes en el mundo.
2. Este breve artículo busca difundir mejores prácticas de control de la contaminación desde un marco de referencia ya estandarizado, así como motivar a que se consulte y se use este estándar de ISO. Por razones de copyright está prohibido compartirlo, por ello, la sugerencia a nuestros lectores de que lo adquieran, pues es una excelente herramienta para incrementar la confiabilidad de los sistemas hidráulicos y el ciclo de vida de los mismos, dado que la contaminación con partículas representa, como hemos mencionado antes hasta el 85 % de las causas de falla de estos sistemas .
Una vez que se ha establecido el RCL, será necesario preguntarle al proveedor de filtros con qué filtro (de qué tamaño de poro -micraje-, de qué Tasa Beta o Eficiencia) es posible obtener el grado de limpieza objetivo y aparte, claro está, deberá también de haberse rediseñado el sistema hidráulico para evitar el ingreso de partículas sólidas al sistema, con acciones como las siguientes: sustituyendo el tapón de respiración por un filtro respirador con desecante, eliminando fugas (una fuga no es sólo un punto de salida del aceite, es también una puerta de ingreso a la contaminación), instalando fuelles en pistones, etc.
“La estrategia de control de la contaminación implica acciones tácticas muy sencillas y es, sin duda, una estrategia de éxito… ganadora… ya que significa una muy baja inversión con un muy alto retorno para la organización”
Bibliografía: