Síndrome de dependencia del cliente
Se dice que el “cliente siempre tiene la razón”, pues no. La tiene cuando la tiene y por lo tanto eso no significa gran cosa. El significado estará en cómo se gestionan las emociones e ideas que ambos, el proveedor y cliente registran para un posterior encuentro o desencuentro.
A menudo me ha parecido que esa dependencia por los demás, ya sean clientes, amistades, gurús o miembros familiares, no es sino una falta de algo interior que exteriorizamos como falta de afecto, de cariño, valoración y sus variaciones.
En los negocios hoy se trabaja mucho el modelo Lean Startup y similares que conceden a los clientes excesivo protagonismo en el desarrollo o modificaciones de productos o servicios, dejando un tanto al margen la verdadera originalidad y creatividad de los fundadores.
Pero al fin y al cabo se trata de sacar rendimiento o beneficio sea como sea. El mercado por encima de todo, incluso de nosotros mismos. Y además no solo nos lo creemos sino que vivimos con esa milonga, a la espera de un futuro más dichoso, que vistas las estadísticas, sucede todo lo contrario.
Así sucede igualmente con las relaciones en general ya sean entre países, organizaciones, clubs y demás. Me doy cuenta conforme pasan los años, que hemos dejado muchas veces nuestras vidas, ilusiones y demás en manos de otros, quizás no siendo conscientes. Por eso me suscribo recordando mis lecturas de juventud… a ¡En busca del tiempo perdido” de Marcel Proust!
La Madre de todos los productos y servicios está en desplegar todo nuestro potencial como seres humanos. Ahí está la verdadera alquimia, en sacar a la luz nuestra verdadera naturaleza: Ser Creativo.