Saber reaccionar, estrategia de supervivencia y de bienestar.

Saber reaccionar, estrategia de supervivencia y de bienestar.

Saber reaccionar ante los eventos vitales requiere práctica y conciencia. Decimos esto por un hecho muy sencillo: hay quien reacciona por instinto(ego) y hay quien actúa de manera centrada(ser), responsable y valiente. De un modo de actuar al otro hay un mundo; el primero lo hace como mero mecanismo de defensa, como quien ve llegar una pelota hacia su rostro y en lugar de esquivarla opta por darle un cabezazo con tal de detenerla.

Por contra, está quien reacciona de manera más ajustada y acertada ante ese peligro y decide poner las manos delante para agarrar la pelota y evitar tanto el golpe contra su rostro como también que pueda dañar a otros. Entre una acción y otra se alzan un gran número de procesos, como saber usar un enfoque más calmado, aplicar la gestión emocional para evitar responder por impulsos y también ejercitar la flexibilidad mental, esa que nos permite elegir una respuesta frente a otras.

Malcolm Gladwell, nos explica en su libro El poder de pensar sin pensar (2005) que a lo largo de su vida hay una lección que siempre le ha servido. No hay que reaccionar llevados por las primeras impresiones o los impulsos que sintamos en un momento dado ante una situación. Hay que respirar profundo tomarse un tiempo y entonces, actuar.

Si te dejas llevar por las circunstancias «no estás pensando»

Si te dejas llevar por los vaivenes de la adversidad y no actúas ni reaccionas, en realidad, no estás pensando. Son las emociones las que te llevan, ellas las que te arrastran como una hoja que embiste el viento. Si permites que en esas circunstancias otros decidan por ti, tampoco estás actuando ni pensando, será la voluntad de los demás la que elija en tu lugar. Y todo ello no es bueno ni recomendable.

En tú escucha estará tu decir. Algo muy importante para reaccionar es escuchar y chequear lo que escuchaste. Desde la ontología decimos que la escucha está conformada por la percepción(los sentidos) y la interpretación, y esta última parte te cabe la absoluta responsabilidad.

Saber reaccionar es oponer resistencia al principio, mirar en perspectiva y calma para después decidir y actuar. Es ir contra el viento y ver de cara las dificultades para conocer qué aspecto tienen, qué quieren y cuáles son sus puntos débiles.

Reaccionar con audacia y acierto requiere algo más que mera valentía. Implica ser responsable de uno mismo, gestionar el miedo y valorar qué tipo de respuesta debemos aplicar ante el desafío que tenemos en frente.


Shadia Chia Amer

Producción y Gestión de Multimedia.

4 años

Y como un músculo está forma de aprender a accionar se fortalece con la práctica.

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