'Se Acabó La Fiesta' para los que no valoran la comunicación digital

La jornada del #9J no solo nos permitió conocer el tablero político europeo para los próximos cinco años, sino que puso de manifiesto el poder de las campañas digitales en la actualidad. Con fórmulas diferentes a las utilizadas por los partidos tradicionales, pero no nuevas, Alvise Pérez, líder del partido Se Acabó La Fiesta (SALF) logró movilizar al electorado y conseguir tres escaños en sus primeros comicios. 

Para muchos, el resultado de SALF fue inesperado, para quienes pudimos seguir su campaña la sorpresa no fue tanta. 

Construcción del relato político

No existe una receta mágica para lograr construir nuestro relato político. Sin embargo, la historia nos ha enseñado que la apuesta por plasmar un conflicto y un antagonismo es uno de los recursos más eficaces para estructurar un discurso político. 

En el caso de Alvise Pérez esta técnica la ha explotado durante toda su campaña. El candidato de SALF ha armado su discurso del 'ellos frente al nosotros' en torno al concepto de la "corrupción del sistema partidocrático". Hasta aquí nada nuevo, en cambio, su estrategia nos permite reflexionar sobre qué canales ha utilizado y cómo ha difundido su relato para conseguir el impacto social que ha logrado. 

Si podemos destacar algo es su capacidad para reinventar el argot de la campaña política al puro 'estilo streamer'. Alvise no hablaba de mítines, sino de encuentros. No presentaba programa electoral, sino contenido en sus perfiles oficiales en el que mostraba su posicionamiento con contenidos como "noticias de verdad". Un relato que se ha construido junto a la apropiación de símbolos como la utilización de la imagen de una ardilla o el uso de un megáfono en todos sus actos políticos. 

Puede que sus fórmulas no sean nuevas, pero frente a la estrategia política tradicional rompe todos los esquemas. 

Movilización del electorado 

Más de 800.000 personas votaron en las europeas por Se Acabó La Fiesta (SALF). Y a pesar de que para muchas personas el #9J era la primera vez que escuchaban hablar de este proyecto político, su trayectoria se fraguó en el escenario digital. 

Telegram e Instagram han sido sus 'platós televisivos', con una cifras muy superiores al de otros partidos políticos. Actualmente, en su canal de Telegram tiene más de 500.000 seguidores, unas cifras muy superiores al de otras formaciones políticas como PSOE (6.557 seguidores) o PP (5.750 seguidores). Una tendencia que se repite también entre los perfiles de los propios portavoces políticos en Instagram, donde Alvise con 941 mil seguidores  sólo es superado por Santiago Abascal (964 mil seguidores).

Su estrategia digital no solo ha servido para difundir su mensaje ante un altavoz más grande que el de otras formaciones políticas, sino para llegar a un perfil de votante de difícil acceso; el electorado más joven.  

Apuesta por "los nuevos medios de comunicación"

En la época de la 'política pop', donde el entretenimiento se convierte en una vía clave para llegar al electorado, adaptarse a los nuevos formatos puede ser igual de eficaz que una entrevista en prime time. 

El líder de SALF no ha protagonizado ni los debates electorales, ni las entrevistas en los grandes medios de comunicación. Sin embargo, ha sabido jugar sus cartas en un escenario ineludible en la actualidad: los podcasts y los nuevos formatos audiovisuales. Puede que algunas de sus apariciones no contaban con la audiencia de algunas de las principales cadenas televisivas, pero su contenido consiguió expandirse como la pólvora en las plataformas digitales. Y sobre todo, se acercó a un espacio en el que se encontraba el electorado más joven con sus colaboraciones. 

El 'efecto Alvise' puede servirnos para dos cosas. La primera para no olvidarnos del poder de las herramientas digitales para dar a conocer e impulsar un proyecto político. La segunda para reflexionar sobre el porvenir de las campañas electorales y de las posibilidades de acciones políticas más allá del clásico mítin. Los próximos comicios europeos serán dentro de cinco años, pero esta campaña nos ha recordado una vez más que el escenario digital traspasa al escenario offline y no podemos pasarlo por alto. Puede que no nos encontremos con una fecha electoral a la vista, pero el éxito electoral es algo que se trabaja día a día.