Seis consejos y experiencias para emprendedores

En mis más de 20 años en el sector industrial y comercial, he caminado el mundo de los negocios por dentro subiendo una escalera que me ha puesto en contacto con líderes visionarios y gente de todo tipo de las que he ido guardando buenos fragmentos de experiencia que hoy conforman al profesional que soy.

Por supuesto, este caminar no ha estado exento de errores. Bien vividos, los fallos pueden también representar lecciones de las que podemos aprender.

Hoy quiero compartir un poco de las experiencias y aprendizajes que entiendo particularmente útiles para quienes se encuentran en la desafiante pero admirable misión de emprender un proyecto o negocio.

Cultívate

Ya que estás contagiado con el virus del emprendimiento, empieza a prepararte y a completar las habilidades y conocimientos más esenciales para el tipo de negocio que quieres abordar. Podrías por ejemplo procurarte mejor conocimiento sobre finanzas, leer más sobre gerencia o empaparte un poco más sobre la regulación tributaria. Todo esto te irá preparando para ser un mejor líder de tu próximo negocio.

Aplica el test de la pasión

Un emprendimiento es una misión muy poco trivial, lo que significa que tendrás que dedicarle incluso muchas horas de tu sueño, sacrificar salidas, citas e incluso buena parte de tus recursos. Por tanto, antes de lanzarte asegúrate de que sea algo que te apasione realmente. Piensa en aquel pasatiempo o entretenimiento que más te llene. Si no estarías dispuesto a sacrificar un concierto de ese artista favorito o una sesión de ese deporte que adoras por sentarte a planificar tu idea de negocio, probablemente esta idea no te apasiona lo suficiente.

Toma riesgos controlados

En los negocios quien no arriesga no gana. Un negocio propio no es la excepción: ser empleado te dará mayor seguridad, pero al emprender tienes muchas oportunidades de que te vaya mucho mejor. Pero asegúrate de conocer muy bien los pasos que estás dando, de modo que no tomes más riesgos que los realmente necesarios. Entiende bien el sector en el que te involucras y nunca arriesgues todos tus recursos apostándolos a una sola canasta. En otras palabras, diversifica tu riesgo. Y si en algún momento te ves tentado a algo demasiado bueno para ser cierto, es porque probablemente lo sea.

Rodéate de gente valiosa

Un emprendedor no es más que una persona enamorada de una visión que lidera para alcanzarla. Pero no se trata de llegar solo hasta donde puedas tú. Puede que caminando solo llegues más rápido a la primera parada, pero confía en mí. Si encuentras personas que complementen, desafíen o enriquezcan tus ideas, llegaras mucho más lejos. Tus compañeros de aventura pueden ser tanto asociados como personas que trabajen para ti, si puedes pagar por ellos. En todo caso, procura que sean personas que compartan tu misma pasión y que estén dispuestas a acompañarte en tu recorrido.

No renuncies todavía a tu empleo

Ya has arrancado y las cosas empiezan a caminar. Puede que sea emocionante tener los primeros clientes y cerrar las primeras ventas, pero… No lo hagas. No renuncies a tu empleo todavía si lo tienes. Tu negocio, en sus primeras etapas, necesitará más recursos de ti por lo que deberás invertir en su crecimiento. ¿Qué pasaría si todo lo que produces tienes que invertirlo en los gastos fijos o, peor aún, en alimentación y rentas? Ahí lo tienes: no podrás hacer tu negocio y, con gran probabilidad, tendrás que verlo morir lentamente. Espera a alcanzar la etapa en la que el negocio te de tanto para los gastos esenciales como para invertir en crecimiento.

No te ciegues

Sé que es tu creatura y que has puesto muchas horas de sueño en juego para ver tu idea llegar a la luz. Pero no permitas que tu pasión te nuble. Si echadas las velas y tu negocio no despega, has hecho todos los esfuerzos posibles en un tiempo razonable y no conecta con el mercado, es hora de pasar la página. Acepta todo lo que has aprendido y empieza a idear tu próxima aventura.