Seremos un zoológico de la Inteligencia Artificial en el futuro advierte el creador de Gmail

La humanidad enfrenta un momento decisivo respecto al futuro de la Inteligencia Artificial (IA), un futuro que resulta imposible prever con certeza. Hemos sido testigos de avances sorprendentes en modelos de lenguaje y generación de imágenes, donde los videos se acercan tanto a la realidad que casi parecen personas reales. Estos desarrollos están transformando el panorama económico global.

Sin embargo, el futuro de la IA podría ser más oscuro de lo que imaginamos. Existe la posibilidad de que se esté gestando un sistema de control invisible que podría robarnos nuestras libertades, privilegios y, sobre todo, nuestra privacidad. De hecho, esto ya está ocurriendo de manera sutil. En pocos años, nos hemos convertido en prisioneros de sistemas de control y vigilancia que alimentan al Big Data, la base de la IA.

Paul Buchheit, creador de Gmail, ha compartido su preocupación sobre el futuro de la IA en una reciente entrevista. Buchheit, un ingeniero con profundo conocimiento en la materia, advierte sobre un posible escenario en el que la IA confine a la sociedad, limitando nuestra movilidad y libertades. Él prevé un futuro totalitario para la IA, un sistema que ya empieza a manifestarse en algunos países como China, donde se están programando inteligencias artificiales con ideologías gubernamentales específicas. Según Buchheit, la IA, con o sin directrices, tenderá inevitablemente al totalitarismo, imponiendo restricciones y controlando a la humanidad. Compara esta situación con una especie de zoológico en el que la IA tendría el control absoluto.

Si observamos el año 2024, comparado con hace diez años, vemos un aumento en los sistemas de control, restricciones y algoritmos de reconocimiento facial que recogen datos sobre nosotros para alimentar el Big Data. Este Big Data es utilizado por empresas de IA para manipularnos, haciéndonos más propensos a consumir y, en esencia, convertirnos en esclavos del sistema. Pero esto es solo la punta del iceberg; con suficiente Big Data, una IA podría conocernos mejor que nosotros mismos.

La tecnología ha acelerado este proceso, desde teléfonos móviles hasta sistemas de realidad virtual y otras innovaciones como el Neuralink de Elon Musk. Sin darnos cuenta, aceptamos estas invasiones a nuestra privacidad de manera sorprendentemente fácil, incluso con gratitud. Nos hemos conformado con perder libertades y privilegios a cambio de poseer el último dispositivo.

En el horizonte, se avecinan desarrollos aún más impactantes. SingularityNET, una empresa pionera en IA, planea lanzar una red de supercomputadoras para acelerar el desarrollo de la Inteligencia Artificial General (IAG). Esta IAG, una meta largamente perseguida, sería una IA consciente capaz de aplicarse en cualquier campo, desde la medicina hasta los videojuegos, con la capacidad de auto-mejorarse continuamente. Esta evolución podría llevar a la materialización del totalitarismo del que advierte Buchheit.

La implementación de esta supercomputadora, prevista para el próximo año, contará con redes neuronales diseñadas para emular el cerebro humano, con una potencia sin precedentes. Se estima que para 2026, la IA habrá absorbido todo el conocimiento disponible en Internet, desencadenando una crisis energética global debido a la inmensa cantidad de energía requerida para entrenar estos sistemas.

Mientras se nos insta a ser más ecológicos y reducir el consumo de combustibles fósiles para 2030, quienes promueven estas ideas utilizan IA que consume cantidades exorbitantes de energía. Nos enfrentamos a un futuro en el que la libertad y la privacidad están en riesgo de desaparecer, y es fundamental reconocer cómo, paso a paso, podríamos estar encaminándonos hacia una jaula invisible.

En resumen, las advertencias de Paul Buchheit son inquietantes y plausibles. No será un cambio abrupto, sino un proceso gradual de restricciones y medidas que aceptamos sin cuestionar, lo que eventualmente podría llevarnos a perder nuestras libertades más preciadas.