Serie: El líder que no tenía cargo — Para ser un gran líder, conviértete en una gran persona

En Podemos Progresar creemos que las grandes organizaciones se crean con grandes líderes. En su libro El líder que no tenía cargo, Robin Sharma nos expone su filosofía de organización en donde cada colaborador se convierte en un líder dentro de sus responsabilidades. En esta serie, exploraremos los mayores aprendizajes de este libro.

¿Qué dirías de una estrella de fútbol que dijera que ha tomado la decisión de no seguir entrenando; de parar todo tipo de práctica que lleva a cabo; pero que estaba seguro que todo esto no iba a afectar su desempeño y que continuaría siendo uno de los mejores en el campo? Todos diríamos que este jugador está equivocado. Que lo que dice no tiene mucho sentido y que probablemente no iba a seguir siendo tan bueno como lo es ahora. Entonces, ¿cuántos de nosotros en nuestra vida profesional mantenemos hábitos constantes de entrenamiento, práctica y preparación? ¿Por qué entonces esperamos ser ganadores? ¿Por qué entonces esperamos tener resultados sobresalientes y desarrollarnos?

El camino para convertirnos en grandes líderes comienza con nuestro entrenamiento y desarrollo. Para ser un gran líder, primero necesitas convertirte en una gran persona. Una organización exitosa no es más que un grupo de personas que llevan a cabo sus responsabilidades con excelencia en todo lo que hacen. A medida que tú aumentes tus habilidades y entregues tu mejor desempeño, tu equipo subirá su nivel de desempeño.

Para mejorar nuestro liderazgo, primero tenemos que ser líderes de nosotros mismos. Es solo después de que hacemos esto que vamos a estar en una posición donde podamos liderar a otros. Dedícate a mejorarte en todos los aspectos de tu vida. Tanto profesional como personalmente. Enfócate en ser el mejor en todo lo que haces y deja que esta actitud y conocimiento se irradien en todos los miembros de tu equipo. Quítate tus pensamientos negativos y miedos. Desarrolla una conciencia propia sobre lo que está bien y mal. Retroaliméntate día a día. Busca la mejora continua. Haz lo necesario todos los días para fortalecer tu carácter y mejorar tus acciones. Entrena duro para que estés saludable y puedas irradiar energía positiva y vitalidad a todos en tu equipo. Es sólo a través de este fanatismo en mejorarte que lograrás mejorar a todos los que te rodean.

El éxito se encuentra en lo que otorgas, no en lo que recibes.

Como cualquier buen atleta, el desarrollo de un colaborador comienza con rutinas exitosas que lo ayudan a mejorar sus habilidades. Cultiva los siguientes hábitos día a día para acelerar tu desarrollo:

• Aprender: Lee libros que te inspiren, fortalezcan tu espíritu y te den ejemplos de grandes líderes. Escucha pláticas, ve videos y capacítate sobre las mejores prácticas de tu industria. Toda la información que necesitas para desarrollarte está disponible. Búscala y aprende de ella.
• Afirmaciones: Nunca vas a lograr lo que buscas si no comienzas por decirte a tí mismo lo que estás persiguiendo. Busca durante el día decirte a ti mismo las afirmaciones que consideres necesarias para tener una intención clara sobre tus acciones y responsabilidades. Algo tan simple como “hoy voy a ser la persona más responsable que conozco” pueden cambiar tu día.
• Visualizaciones: Todo comienza en tu mente. Es importante que para despertar a tu líder interior, comiences a visualizar a ese líder que tienes dentro. Imagina con el mayor detalle posible las acciones que llevaría a cabo, como se manejaría con sus compañeros, en qué acciones se enfocaría. Hacer este ejercicio te ayudará a darle claridad a tus acciones y prepararte para el futuro.
• Reflexionar en tu diario: Mantener un diario sobre tu desempeño es una excelente forma de encontrar tus áreas de oportunidad acelerar tu desarrollo. Busca escribir en este diario tus frustraciones y miedos, reflexionar sobre tus acciones del día así como dar gracias por todos los pequeños regalos que tienes.
• Establecer metas: Establecer metas y revisarlas de manera periódica es un hábito que te ayudará a mejorar tu desempeño. Tus metas deben de ayudar a enfocarte diariamente en lo que es realmente importante y ayudar a no distraerte con lo que es urgente. Dale seguimiento a estas metas y cuando no logres alguna de estas analiza qué fue lo que te impidió lograrla para que puedas mejorar en un futuro.
• Ejercitarte: El ejercicio no solo ayuda a mantener sano a tu cuerpo sino que te ayuda a liberar estrés y mantener enfocada tu mente. Un hábito de ejercicio diario mejora tu desempeño profesional además de que te ayudará a sentirte mejor. Busca que este sea hábito constante, aunque solo lo hagas por quince minutos. Lo importante es la consistencia.
• Alimentación: Los alimentos que ingerimos son el combustible de nuestro desempeño. Come alimentos que te ayuden a mantenerte enfocado y saludable. Asegurate que te des el tiempo para comer. No te brinques comidas y después comas de más.

Muchos colaboradores pasan su vida, midiendo su éxito por las credenciales o títulos que acumulan. Esto es un error. Deja de compararte con otros y comienza a preocuparte por mejorar como persona. Cultiva hábitos positivos que te ayuden a mejorar todos los aspectos de tu vida. Enfócate en ser positivo para otros. Pon toda tu energía en servir, en enseñar, en contribuir, en agregar valor a sus vidas. Si haces esto de manera constante día a día, los títulos y reconocimientos llegarán.

Siguientes Pasos Inmediatos:

En tu diario, escribe cinco acciones que llevarás a cabo para mejorar tu liderazgo y que ayudarán a que tu mente, cuerpo y espíritu se revitalicen. Marca en tu calendario el tiempo que tomarás para llevar a cabo estas metas en la siguiente semana. Utiliza estos pequeños cambios positivos como base para mejorar todos los aspectos de tu vida.