Sesgos y toma de decisiones

Sesgos y toma de decisiones

¿Por qué no tenemos la capacidad de reconocer nuestros propios sesgos cognitivos?

Los científicos de la Behavioral Economics sostienen que tenemos 2 modos de pensamiento, uno mas intuitivo y rápido, y un segundo más reflexivo, racional y lento. Los vamos a llamar Sistema 1 y Sistema 2, tal como lo definieron los psicólogos Keith Stanovich y Richard West, pero que lo ha popularizado Daniel Kahneman.

Del Sistema 1 surgen las impresiones, asociaciones, sentimientos, intenciones y nos prepara para poder actuar de inmediato sin mucho esfuerzo mental. Este sistema genera una representación continua del entorno y nos permite hacer cosas como caminar, cruzar la calle y contemplar otras cosas, todo al mismo tiempo. Solemos usar este pensamiento cuando nos lavamos la cara, conversamos con amigos, manejamos el auto o andamos en bicicleta. No nos concentramos conscientemente en hacer esas cosas, solamente las hacemos.

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Por otro lado, el pensamiento reflexivo o Sistema 2, es lento, deliberado y exige esfuerzo. Este sistema funciona cuando tenemos que completare una formulario complejo, rendimos un examen académico o aprendemos a manejar. Ambos modos están activos de forma continua pero el Sistema 2 suele limitarse a monitorear las cosas. Se pone en funcionamiento en el momento en que hay mucho en juego, cuando detectamos un error obvio o cuando se requiere un razonamiento basado en reglas. Pero la mayor parte del tiempo es el Sistema 1 el que determina nuestros pensamientos. Nuestro sistema visual y nuestra memoria asociativa (ambos aspectos importantes del Sistema 1) están diseñados para producir una única interpretación coherente de lo que sucede a nuestro alrededor. Este proceso de darle sentido al entorno es muy sensible al contexto, que de por si es complicado: aparte de las pistas visuales, los recuerdos y las asociaciones, incluye metas, ansiedades y otros elementos. A medida que el Sistema 1 da sentido a esos elementos y desarrolla una narrativa, suprime las historias alternativas.

Debido a que el Sistema 1 es tan bueno generando historias contextuales y no somos conscientes de sus acciones, puede confundirnos. Las historias que crea en su mayoría son precisas, pero hay excepciones. Los sesgos cognitivos son el ejemplo más importante y mejor documentado. Una particularidad engañosa de los errores cognitivos es que no nos damos cuenta del momento en el que suceden: es muy poco probable que nos demos cuenta de que estamos cometiendo errores intuitivos.

Una particularidad engañosa de los errores cognitivos es que no nos damos cuenta del momento en el que suceden

La experiencia no nos ayuda a distinguirlos (por el contrario, si encaramos un problema complejo utilizando el sistema 2 y no podemos resolverlo, estamos incómodamente conscientes de la situación). Esta incapacidad de percibir que estamos cometiendo un error es la clave para comprender por qué solemos aceptar sin dudar el resultado de nuestro pensamiento intuitivo y espontáneo. También aclara por qué, incluso cuando nos volvemos conscientes de la existencia de los sesgos, no nos entusiasma la posibilidad de eliminarlos en nosotros mismos. Al fin y al cabo, no nos es simple solucionar fallos que no vemos. El hecho de saber que podemos estar actuando de manera sesgada no alcanza para ayudarnos a superar los sesgos. Podemos aceptar que tenemos sesgos, pero no podemos eliminarlos de nuestro interior. De todas formas, hay razones para ilusionarnos al pasar de lo individual a lo colectivo. El hecho de que las personas no estén conscientes de sus propios sesgos no significa que no puedan ser anulados –o al menos mitigados– a nivel organizacional.

El hecho de que las personas no estén conscientes de sus propios sesgos no significa que no puedan ser anulados –o al menos mitigados– a nivel organizacional.

Esto se debe a que en la mayoría de las decisiones influyen muchas personas y porque los tomadores de decisiones pueden usar su capacidad de detección de sesgos en el pensamiento ajeno en su propio beneficio. Tal vez no seamos capaces de controlar nuestra intuición, pero podemos aplicar nuestro pensamiento racional para detectar la intuición defectuosa de otros y mejorar su juicio. En otras palabras, podemos usar el sistema 2 para detectar errores en el sistema 1 de las recomendaciones que nos hacen otros.

Fin del artículo..., pero estarán esperando soluciones. En los próximos artículos les voy a brindar algunas pistas que los tomadores de decisiones deberían tener en cuenta para detectar sesgos dentro de sus equipos

¿Cómo se sienten al saber que nuestras decisiones tienen sesgos difíciles de controlar?

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Basado en pensamientos de Daniel Kahneman, Dan Lovallo y Olivier Sibony

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