Si me como más marrones, quiero más bombones
Te voy a poner una situación con la que posiblemente te has encontrado si llevas o has llevado algún equipo de trabajo:
Llega una tarea importante, una tarea que hay que acabar en tiempo y forma. Es un trabajo de primerísima necesidad que además va a llegar a la dirección (o a un cliente importante). Se lo darías a Carlos porque crees que es una de las personas menos cargadas del equipo, pero tienes miedo de que no cumpla con los plazos porque ya te ha fallado en otras ocasiones. Cuando has hablado con él, te dice que no volverá a pasar, que pondrá más atención, pero en tu memoria recuerdas 3 episodios registrados de no éxito y en este momento no te la quieres jugar.
En ese momento te acuerdas de Juan. ¿Cómo no te vas a acordar de él? Es una de las personas más trabajadoras, disciplinadas y profesionales que has conocido en tu vida. No te fallado nunca, en ninguno de los marrones que le has pasado. Esta vez no, no quieres jugártela, quieres que se cumplan los plazos y que no te vuelvan a tirar de las orejas. Está claro, no hay que darle más vueltas por lo que le dices:
- Juan, quería recordarte que eres un crack y por eso tengo un trabajito para ti.
¡Qué alegría le vas a dar a Juan! Y más cuando todo el mundo se conoce y sabe perfectamente que Carlos va mucho menos cargado que él. Posiblemente a estas alturas Juan ya ha empezado a pensar:
“Otra vez, aquí está claro que para vivir bien hay que ser un jeta. Lo importante es no hacer el trabajo bien y ser un vago y de esa manera cada vez vives mejor. Carlos y yo cobramos lo mismo y como se ve en el gráfico los marrones me los como yo. Lo que más me preocupa ya no es Carlos sino que mi jefe no sea capaz de darse cuenta de esto. Al final me dice que soy un crack, por supuesto que sí, soy el crack de los marrones, de los grises y de los negros. ¡¡Qué injusto!! Cada vez estoy más motivado para buscar nuevas ofertas de trabajo en LinkedIn. A ver si encuentro una empresa en la que realmente se me valore”.
¿Te suena la situación que te planteo? Si tu respuesta es sí, déjame que te diga que hay que empezar a cambiar el sistema y mientras no te atrevas a tomar decisiones mayores en las que Carlos tenga consecuencias por sus repetidos incumplimientos, debes de ir analizando cómo reconocer y premiar de algún modo a Juan porque como te decía en el título de este post:
“Si Juan se come más marrones, Juan tiene que comerse más bombones”.
Cuando a Juan le damos un trabajo extra, un trabajo más duro, de más responsabilidad tiene que sentir que la balanza se nivela dándole también algún extra positivo que otras personas que no son tan profesionales, no tienen. Es posible que ahora te preguntes, ¿y cómo traslado esto a mi equipo? ¿A qué nos referimos con “bombones”? Comparto contigo una lista de lo que podrían ser posibles “bombones”:
- Literalmente podríamos traer una caja de bombones (de calidad) si es algo que puede motivar y hacer disfrutar a Juan.
- Dinero. Sí, justamente dinero en forma de subida de sueldo, un bonus extra, etc. porque al fin y al cabo las hipotecas se pagan con dinero por lo que puede ayudar a mejorar su situación financiera.
- Reconocimiento verbal documentado, en privado, mirándole a los ojos y valorando lo gran profesional que es.
Recomendado por LinkedIn
- Promocionándole ya sea dentro del departamento o de la organización.
- Facilitándole una mañana, una tarde o un día libre que necesite para cualquier tema personal.
- Si hay que trabajar un sábado, una noche, unas horas extras, ofrecer directamente que elija entre hacerlo o no hacerlo. Si la persona está motivada por ganar más lo cogerá, si está motivada por disfrutar de ese tiempo libre, no lo hará, pero lo importante es que pueda elegir.
- Facilitándole alguna formación que necesite o que le motive.
- Peleando por los recursos que pueda necesitar en su puesto de trabajo ya sean materiales, humanos, etc.
- Compartir información de futuro, de proyectos que pueden venir, de líneas de trabajo que se van a desarrollar. Es decir, que se sienta persona de confianza del responsable del equipo.
- Conocer su vida personal y facilitarle cualquier cosa que esté a nuestro alcance y que pueda beneficiarlo a él/ella o a su familia.
Lo importante de todos estos “bombones” es que se den con discreción, pidiendo a Juan que no los comparta con el resto para no crear comparativas entre unos y otros. No obstante, no le cojas miedo a ser justo. Si en este proceso, Carlos te pide una reunión y te comenta que ha visto alguno de estos detalles y te dice que a él también le gustaría disfrutar de tan excelente chocolate, es una ocasión perfecta para recordarle mi cita a la inversa:
“Si quieres más bombones, tendrás que empezar por comerte algunos marrones, ¿estás de acuerdo?”
Gabinete Técnico Prevención Operativa-Consorcio Provincial de Bomberos en Diputación Provincial de Valencia
2 mesesSublime, como siempre Reme