Si tu pelvis te habla ¿por qué no la escuchas?
Al hablar del periné y del suelo pélvico entre hombres, con suerte, conseguiremos que se sitúen en la musculatura de los esfínteres, el “grifo” que abre y que cierra el paso de orina. Por eso, mis pacientes se sorprenden tanto cuando les hablo de ejercitar el suelo pélvico para conseguir tener mejor control sobre su capacidad eréctil o sobre el momento de la eyaculación: ¿Pero doctor, eso no es eso que hacen las mujeres cuando tienen pérdidas de orina después de dar a luz?
El suelo pélvico es el conjunto de músculos y ligamentos antigravitatorios que se encuentran en la base de la pelvis y que cierran la cavidad abdominal por su parte inferior. Se incluye dentro del sistema core(1), los músculos profundos que forman las paredes de nuestro tronco: el abdomen, el diafragma, los oblicuos, la musculatura lumbar y el suelo pélvico. El suelo pélvico contiene y da sostén a los órganos que en él se alojan, que en el caso del varón serían: la vejiga, la próstata, las vesículas seminales, el pene (que atraviesa una zona del plano muscular) y una parte del aparato digestivo tan importante como el recto. Así, la acción de los músculos y ligamentos del suelo pélvico es la responsable de controlar la continencia urinaria y anal; un juego de presiones y de cierres y aperturas que nos permite retener o evacuar la orina o las heces según consideremos.
"El suelo pélvico es una parte substancial del aparato sexual masculino"
Pero también, y muy importante, considero el suelo pélvico como una parte substancial del aparato sexual masculino. Y esto ¿por qué? Para la correcta compresión venosa y, por lo tanto, para conseguir una erección completamente rígida, es imprescindible la contracción de los músculos isquiocavernosos y bulbocavernosos, especialmente su prolongación dorsal en la cisterna de Houston, que comprime la vena dorsal del pene.
Se ha comprobado que pequeñas disfunciones de la musculatura pélvica conllevan peor calidad en la rigidez de la erección, por lo que los músculos y ligamentos del suelo pélvico son clave para mantener las erecciones y constituyen una parte substancial del aparato sexual. Esta situación es más evidente en periodos de estrés, en obesidad y cuando concurre un síndrome metabólico(2). Además, en el ejercicio y la educación del suelo pélvico se encuentra la clave para obtener un correcto control sobre la eyaculación.
La pelvis está muy ligada a las emociones. Es más frecuente de lo que muchos creerían no tener conciencia corporal de la pelvis y, sobre todo, no entender que funcionamos como un conjunto en que el organismo debe estar acorde con la esfera psíquica y emocional. Así, también en el malestar y en la enfermedad, el cuerpo se expresa porque quiere curarse, se queja para que le escuchemos. Nosotros solo tenemos que entender lo que nos quiere decir.
Los estados anímicos y emocionales alterados son capaces de provocar cambios en determinadas posturas, variando y forzando el estado de grupos musculares, haciendo que pierdan efectividad en la estabilidad del “sistema core” y aumentando las fuerzas de compresión y de torsión, no solo sobre la columna vertebral, sino también sobre la pelvis. Las situaciones de estrés y de ansiedad provocan alteraciones posturales que repercuten tanto en el transverso del abdomen como en la musculatura del suelo pélvico, alterando el equilibrio lumbo-pélvico y provocando contracturas, falta de relajación y disinergias, que se pueden convertir en una causa importante y poco conocida de dolor pélvico y perineal crónico y conllevar disfunciones miccionales y sexuales. Los trastornos pasivos o de relajación de la musculatura del suelo pélvico incluyen los prolapsos de los órganos pélvicos, la incontinencia fecal y la urinaria y también, la falta del control eyaculatorio y una pérdida progresiva de la rigidez de la erección del pene.
Pero, estos procesos de control sobre la contracción y la relajación del suelo pélvico no son innatos, sino que requiere un aprendizaje que comenzamos desde niños y vamos perfeccionando a medida que nos desarrollamos, convirtiéndolo en un impulso natural de nuestro cuerpo. Muchas veces, especialmente cuando nos referimos al control de la eyaculación, el aprendizaje no acostumbra a ser del todo correcto ya que suele ser autodidacta y mediatizado por las experiencias sexuales que nos vamos encontrando.
Por todo ello, considero que un buen diagnóstico genital y pélvico realizado por un especialista, así como el conocimiento del funcionamiento y el correcto ejercicio y mantenimiento del suelo pélvico, deben considerarse como un tratamiento de primera línea no solo para los hombres que buscan la resolución a largo plazo de su disfunción eréctil o de su falta de control eyaculatorio, sino para todos aquellos que quieran mejorar su función sexual y prevenir su declive.
(1) El Sistema Core, centro o núcleo de estabilidad lumbo-pélvico, es donde está ubicado en el centro de gravedad del cuerpo, desde donde se inician todos los movimientos de las cadenas cinéticas funcionales.
(2) El Síndrome Metabólico es un grupo de trastornos que se presentan al mismo tiempo y aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2. Estos trastornos incluyen aumento de la presión arterial, niveles altos de azúcar en sangre, exceso de grasa corporal alrededor de la cintura y niveles anormales de colesterol o triglicéridos.
Dr. Javier Ruiz Romero - AndroBarcelona - Sepúlveda, 125 08015 Barcelona - 934541221