Siempre nos enfrentamos al mismo problema
Es curioso como cada año se habla de las nuevas tendencias o nuevos retos que tenemos que afrontar en RRHH; pero, si nos fijamos bien, estos retos siempre son los mismos. Resulta paradójico que nunca terminemos de solucionar los problemas y caemos en el mismo error.
Según un estudio de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y Randstad Research, publicado a final de 2022, el principal reto a solucionar es la retención y captación del talento. De 300 empresas encuestadas, el 72% sufre déficit de talento, principalmente por la escasez de este en el mercado laboral.
¿Pero esto es realmente así? No podemos negar que el mercado laboral ha sufrido un cambio y hay sectores muy afectados, pero no podemos siempre echarle la culpa a esto. Hay que hacer autocrítica y darnos cuenta que la falta de talento es provocada por cómo se hacen las cosas en la organización.
Si queremos solventar este problema es necesario reflexionar y darnos cuenta que los tiempos han cambiado. Hoy día es el trabajador quien evalúa a la empresa y determina si quiere trabajar en ella o no. Es por eso que, si queremos atraer talento, hay que empezar por mostrar más empatía en el trabajo, tener una cultura organizacional segura y basada en las personas que la componen.
¿Esto quiere decir que atraer y retener talento sea fácil? En absoluto, ya que los empleados de una organización son personas y no todo funciona para todo el mundo. Pero si les digo que muchas veces las empresas se olvidan de esto, que bajo mi punto de vista es lo más importante: Una organización se compone de personas y no de cifras, números o puestos de trabajo. Hay que enfocar la estrategia empresarial en las personas, para que estas logren los objetivos de la misma y contar con líderes en una organización. Personas que sepan empatizar, que les guste ayudar a los demás, que cuiden a las personas y sobre todo, que sean personas con valores.
Y es que muchas empresas no tienen la capacidad suficiente para abordar con éxito la “conexión” con las personas. No saben interpretar y gestionar adecuadamente el “nuevo equilibrio” entre las necesidades organizacionales y personales. A esto hay que añadirle que muchas siguen atrincheradas en seguir manejando las realidades de hoy con los instrumentos de ayer, lo cual hace que no puedan avanzar y adaptarse a los cambios.
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Pero hay que ir más allá para retener y atraer talento, hay que romper con un predominio histórico hacia los procesos y el poder sobre los resultados y las personas; y eso solo se puede lograr fomentando y desarrollando escenarios de confianza, escenarios que permitan reducir la complejidad (Niklas Luhmann), e infundir velocidad en el desempeño organizacional (Stephen Covey). Desafortunadamente, el control de los empleados es una práctica habitual, que no solo demuestra que es un tema cultural equivocado, sino que también es un método de poder absurdo, que se utiliza en un intento de obtener el resultado (desempeño) deseado.
La gestión del talento lo ganarán aquellas empresas que sepan hacer un uso inteligente de las nuevas formas alternativas de trabajo, que han llegado para quedarse. La diversidad de modelos de vinculación de talento, en forma, en tiempo y desde distintos espacios/lugares, empieza a ser una variable de reconocido valor estratégico.
En definitiva, quien sepa adaptarse a los nuevos tiempos y consiga crear un vínculo único con las personas será quien pueda retener y atraer.
La gestión del talento se debe centrar en la meritocracia como criterio a la hora de seleccionar el candidato.
Convertir el “retener” en “recuperar”, facilitando y fomentando que el talento salga y explote su desarrollo en el mercado, con el objetivo de que pueda volver cuando las necesidades cíclicas, las de la empresa y las de la persona, hagan que sus caminos se vuelvan a cruzar.
¿Cuánto tiempo crees que seguiremos tropezando con la misma piedra?