IN SITU (volumen # 30)
Muchas personas en diferentes ámbitos (formales e informales) donde me desenvuelvo, me piden que los acompañe y guíe con mi experiencia y conocimiento sobre temas relacionados a la comunicación, las culturas digitales, los nuevos medios y diseños de futuro.
Siempre estoy dispuesto a colaborar y construir juntos. Mis interlocutores suelen comentar que les agrada explorar estos asuntos conmigo dado el enfoque creativo, disruptivo e innovador que incorporo en cada aspecto del servicio, producto, emprendimiento o negocio que están llevando adelante.
Se me ocurrió aprovechar este espacio para compartir algunos aprendizajes IN SITU, que da la experiencia de vivirlo y estar allí.
Volumen # 30: BIENVENID@S A LA ERA DE LA I.A.
El ser humano vive hoy en un gran enjambre que se mueve alrededor de las máquinas, y que hoy, además, es operada por esas mismas maquinas. Nuestras mediaciones de humano a humano (H2H), se modificaron desde hace un par de décadas con la llegada de digitalización, a una relación de humanos a maquinas (H2M), y actualmente nos sumergimos en un mar que tiene como protagonista a las conexiones máquina a máquina (M2M). Sin duda, todo un cambio de paradigma que la humanidad está descubriendo y empezando a entender.
Es el poder de las máquinas con sus crecientes procesos de simulación del pensamiento y de cálculos desde los datos convertidos en una forma de ‘inteligencia’, que todo se torna espeso y con visos apocalípticos; lo que desata un sin número de reflexiones frente a las capacidades epistémicas del ser humano. Esto conlleva a unos importantes niveles de notoriedad, y se discute permanentemente sobre el prototipado de las mentes que están siendo representados en el lenguaje humano. En resumen, hoy las máquinas hablan el leguaje de la especie humana, y ese detalle cambia por completo el mapa biotecnológico del planeta.
“En los albores de la revolución de la inteligencia artificial (IA), con la emergencia de la IA generativa y los primeros pasos que ya observamos hacia la IA General, Carlos Blanco Pérez, doctor en filosofía, doctor en teología y químico, nos dice que posiblemente hemos llegado a los límites de la mente humana, que ya no es capaz de manejar la complejidad del mundo, que posiblemente estemos ante el escenario de la progresiva fusión futura de mente humana con mente artificial y que “progresar es ampliar los límites de lo pensable (…) estamos en el momento de la historia donde la creación no sea dialéctica, sino cooperativa, fusión de mentes sin destrucción”. (Sacristan, 2023)
Con la masividad que hoy adquiere la Inteligencia Artificial Generativa, y generada a partir de los LLM (large language model) o grandes modelos de lenguaje, se propone una idea que se manifestaba desde hace tiempo en obras literarias de ciencia ficción, y que se condensa en la capacidad de entablar diálogos y conversaciones con los artefactos e instrumentos tecnológicos. También, se plantea una transformación en el actuar y pensar del homo sapiens, y determinado por la introducción de procesos epistémicos en la elaboración de tareas creativas o que requieren de elaboración mental. Es así como una nueva especie humana, que ya se venía creando en los ecosistemas comunicativos desde la digitalización de la realidad, ahora encuentro un nuevo asidero en torno a las manifestaciones algorítmicas y artificiales que invaden las mentes humanas.
Estamos en los albores de un nivel superior con la posible aparición de la Inteligencia Artificial General, y que convertiría a las máquinas, prácticamente, en las gobernantes absolutas de los territorios onlines (¿y offlines?), las cuales se incorporaría de manera directa y total en las percepciones de la realidad del homo artificialis o humano X.0. ¿Corresponde allí contemplar las posibilidades de una tensión entre hombres y máquinas?, una escena distópica y con muchos tonos de fantasía, pero que algunos expertos sugieren prever en escenarios de un futuro próximo.
Son las tensiones y conflictos H2M, las que apuntarían a una mayor decadencia de la humanidad, y que se convierten en motivos para no perder de vista, las cuales ya habían sido advertidas en variados textos e investigaciones, como por ejemplo, ‘El hombre unidimensional’ (Marcuse, 1964), ‘Apocalípticos e integrados’ (Eco, 1964), y el ‘Manifiesto Ciborg’ (Haraway, 1984), que recalcaban sobre la adopción de algún tipo de modelo de existencia que fluctúa entre dos discordancias: la tecnología que domina a la humanidad, y las fuerzas que permitirían contrarrestar esta contingencia.
“Es sencillo buscar correspondencias entre tipos de sociedad y tipos de máquinas, no porque las máquinas sean determinantes, sino porque expresan las formaciones sociales que las han originado y que las utilizan. Las antiguas sociedades de soberanía operaban con máquinas simples, palancas, poleas, relojes; las sociedades disciplinarias posteriores se equiparon con máquinas energéticas, con el riesgo pasivo de la entropía y el riesgo activo del sabotaje; las sociedades de control actúan mediante máquinas de un tercer tipo, máquinas informáticas y ordenado-res cuyo riesgo pasivo son las interferencias y cuyo riesgo activo son la piratería y la inoculación de virus”. (Deleuze, 1999)
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Las maquinas con todo su arsenal de artificialidad se convierten en magos postmodernos que descubren e interpretan lo desconocido para darle luces al ser humano sobre la realidad que consume, mientras, estos mismos dispositivos van creando el nuevo Aleph de Borges, en el cual puede verse el universo desde todos los ángulos. Y en ese mismo orden, encontramos al chip de silicio como el alma de los espacios metavérsicos que van controlando los sentidos, sin que nos demos cuenta, que tal vez, están en la ruta a la conversión de la singularidad tecnológica, que dejaría fuera del juego a la especie de tipo homo. Dice George Siemens que “somos la última generación que será más inteligente que nuestras máquinas”. ¿Lo somos?.
Nos desconcierta pensar que podríamos perder el primer lugar en la pirámide de las especies, y por eso no es claro el devenir de la humanidad en sus conexiones virtuales, pero desde ya se presentan cuestionamientos serios frente al panorama que se está fabricando en la realidad misma; especialmente existen muchas dudas con respecto a la ética 4.0. y sus compromisos con la especie. Evidentemente, el futuro no se puede predecir, pero es posible construirlo de manera colectiva, lo fundamental es ponernos de acuerdo sobre el escenario que nos imaginamos, y en el que todos diseñemos, participemos, y creemos, en una relación profunda y de máximo respeto frente a nuestro pares, a otras especies, y al entorno natural que compartimos.
Es la conexión con las máquinas y sus aplicaciones artificiales, las que podrían propiciar en ese humano X.0, las consideraciones para co-diseñar un humanismo biodigital que procure el bien colectivo y una nueva manera de habitar el mundo. Una alternativa de evolución quizás no sea negando las posibilidades y existencia de las maquinas generativas, sino por el contrario, aprovechando toda su capacidad para descubrir nuevas facetas y oportunidades. Es desde la cooperación, la co-creación y co-existencia, que se abarcarían grandes cuestionamientos del planeta para reducir sus crisis y propiciar mejores diálogos entre humanos (H2H).
¿Es posible considerar nuevas mediaciones que broten desde la coexistencia con las maquinas en procura de mejores posibilidades del vivir en sociedad?
Estas historias continuarán…
Escríbeme y conversamos: diegoloaiza@outlook.com
“NOS DESHUMANIZAMOS EN FORMA DE DATOS”
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