Sociedades Mercantiles Modernas

No todas las sociedades que existen en la legislación mercantil mexicana se utilizan en la actualidad. Algunas de ellas, tales como la sociedad en nombre colectivo, la sociedad en comandita simple y la sociedad en comandita por acciones son figuras jurídicas caídas en desuso, porque no limitan la responsabilidad de sus integrantes o de algunos de ellos. Otras, como las sociedades cooperativas, tienen un uso reducido a determinados giros y funciones específicas y, por ser usadas durante algunos años con herramientas de planeaciones fiscales agresivas, han sido "satanizadas" por el Servicio de Administración Tributaria y son cada vez más escasas.

Actualmente, las protagonistas del comercio mexicano son tres: sociedades de responsabilidad limitada, sociedades anónimas y sociedades anónimas promotoras de inversión. Si bien desde el punto de vista fiscal tienen el mismo régimen como personas morales, en materia corporativa existen algunas diferencias, dependiendo si se trata de sociedades de personas, como las sociedades de responsabilidad limitada, que imponen mayor control en relación con el ingreso de nuevos socios, o bien, son sociedades de capitales, como la sociedad anónima y la sociedad anónima promotora de inversión, las cuales permiten mayor flexibilidad para propiciar la atracción de inversionistas.

Con la intención de orientar a quienes desean constituir una sociedad mercantil y no cuentan con elementos que les faciliten una elección informada entre las tres figuras mencionadas, me permito presentar una tabla comparativa de las disposiciones legales propias de cada sociedad, en relación con algunos de los aspectos corporativos más relevantes:

Los elementos comparativos antes presentados se pueden complementar con otros aspectos, un poco más profundos o técnicos, como lo es por ejemplo, la posibilidad de celebrar convenios entre accionistas en relación con diversos aspectos, entre otros. Sin pretender haber hecho un análisis exhaustivo del tema, que excedería los límites de este espacio, el listado antes presentado sirve de guía para una toma de decisiones más informada en el beneficio del empresario primerizo.

A manera de conclusión personal, la sociedad de responsabilidad limitada es la entidad jurídica más adecuada para una empresa familiar y pudiera ser recomendable también cuando los socios son ciudadanos o residentes de los Estados Unidos de América, a fin de aprovechar la transparencia fiscal al repartirles dividendos, para lo cual se debe hacer un análisis fiscal binacional y evaluar ventajas y desventajas de tomar esa opción.

Por su parte, la sociedad anónima promotora de inversión se ha vuelto muy popular últimamente, debido a su mayor nivel de flexibilidad en relación con las otras dos figuras, sin embargo, los recientes cambios en la Ley General de Sociedades Mercantiles homologaron algunas de esas características también para la sociedad anónima, reduciendo las diferencias entre los dos tipos de sociedades por acciones.

Si bien la legislación da la pauta para decidir el tipo de sociedad más adecuado para determinado tipo de negocio y sus características particulares, nuestra creatividad como abogados corporativistas puede llevar a las empresas a un siguiente nivel, en virtud de que a través de los estatutos sociales, se pueden establecer reglas tan rígidas o tan flexibles como es la personalidad del empresario, ya que en materia mercantil rige el principio de la autonomía de la voluntad de las partes y todo lo que la ley no prohíbe expresamente está permitido. Sólo necesitamos experiencia y creatividad para entregar al emprendedor un traje a la medida de sus intereses.