Soluciones para hacer frente al desabastecimiento en la industria.
La industria está cada vez más a la defensiva con los desabastecimientos en las cadenas de suministro. La falta de stock y la desaceleración en las cadenas de producción ha cambiado la visión con la que la industria mira al futuro.
En el sector logístico se busca mayor agilidad y aumentar la resiliencia en un escenario de continuo incremento de los costes y con el riesgos de rotura para las cadenas de suministro siempre presente.
Y es que el riesgo de posibles roturas de las cadenas como consecuencia de la incertidumbre geoestratégica global, sumado a la subida del precio las energías consecuencia de la bajada de la producción mundial de combustibles fósiles, han provocado una fuerte subida de precios en el sector logístico.
De esta forma se ha visto en la industria una lógica tendencia a aumentar los stocks, una necesidad de asegurar las cadenas de transporte y un fenómeno de relocalización. Pero sobre todo a calado una idea en la industria: es imprescindible tener en cuenta en su gestión de riesgos la posibilidad real de eventos extraordinarios.
El Internet de las Cosas, la presencia cada vez mayor de la robótica, el Big Data o la IA han encontrado en este panorama un camino para la transformación de almacenes cada vez más automatizados y en los que serán necesarios empleados con una formación y competencias adecuadas. Todo ello en busca de una mayor eficiencia.
Pero la eficiencia no puede incrementarse hasta el infinito, ya que no va a existir un momento concreto en el que un sistema sea tan eficiente que no necesites nada más.
Se sigue apostando por vehículos que tiendan a reducir el consumo de combustible, pero sin una alternativa real, actualmente el diésel es la sangre del sistema. Mueve los camiones, los tractores, las cosechadoras e incluso los barcos . Desde el 1 de enero de 2020 los barcos necesitan un tipo de combustible que compite con el Diesel en la misma franja de refinado.
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La transición a un modelo no solo 100% renovable sino 100% eléctrico no es real. En países desarrollados la electrificación aun no supera el 25% de la energía total que se consume. Hay sectores que no es posible electrificar y otros en los que simplemente no es rentable.
Actualmente la mayor parte de las minas funcionan con combustibles fósiles. El encarecimiento y escasez de estos ha llevado a un progresivo cierre en algunos sectores de la minería lo cual contribuye a la escasez de algunos materiales. Desde Europa se urge a los países miembros a explotar minas de tierras raras ante la tremenda escasez.
El baile de cifras en la batalla entre combustibles fósiles, eléctricos y hidrogeno es continuo. En el caso del hidrogeno por ejemplo se suele decir que la eficiencia de la electrólisis es del 80-85% ¹ pero las cifras no son reales ya que no se tiene en cuenta toda la energía que se gasta en el proceso.
La mejores plantas de electrolisis llegan a un rendimiento del 53%. Y sin embargo con la vista puesta en el futuro el hidrógeno es la única alternativa razonable para motores de camiones o maquinaria pesada. Las baterías eléctricas no son una opción viable ya que para que un camión fuese a 80 km/h y tuviera una autonomía similar a la que estos vehículos tienen hoy, la batería ocuparía el 80% de la carga.
Hay una confianza casi ciega en la apuesta por la investigación y la tecnología. Pero también hay que escuchar a aquellos que investigan y desarrollan ya que la ciencia no solo nos provee de soluciones sino también nos advierte de limitaciones.
La relocalización es más importante que nunca. Décadas después de que gran parte de la producción industrial mundial se localizara en países del sureste asiático y China crece la tendencia a devolverla a los países occidentales. Todo ello en busca de un control más exhaustivo de los suministros. La creación de fabricas de microchips en Europa y un crecimiento de un mercado más local es fundamental para hacer frente a los retos del futuro.
Bibliografía:
¹ https://www.csic.es/es/actualidad-del-csic/antonio-turiel-la-escasez-de-materiales-es-una-estaca-en-el-corazon-de-la