No somos los dinosaurios, somos el meteorito que los mato.

En su ultimo discurso, António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, hizo una advertencia contundente: "No somos los dinosaurios, somos el meteorito", esta declaración subraya la urgencia de la crisis climática y la responsabilidad humana ante esta situación. Esta afirmación tiene un gran contexto detrás de ella, así como las implicaciones para la humanidad y el planeta, si no se toman acciones.

Guterres pronunció estas palabras con motivo del día mundial del medio ambiente celebrado el pasado 5 de junio.

Comparar a la humanidad con el meteorito que provocó la extinción de los dinosaurios es una metáfora poderosa, ya que sugiere que al igual que el meteorito, nuestras acciones están desencadenando una crisis de dimensiones catastróficas, aquí la única diferencia es que el meteorito no podía cambiar su rumbo, y nosotros si tenemos la capacidad de cambiar nuestro rumbo y evitar la destrucción.

Nuestro efecto meteorito, esta desencadenado un cambio climático global el cual se puede manifestar de diversas formas:

• Aumento de las temperaturas globales: esta aumentado a un ritmo sin precedentes lo que ha provocando olas de calor más intensas y prolongadas, afectando la salud humana, la agricultura y los recursos hídricos.
• Eventos climáticos extremos; inundaciones, huracanes, y sequías severas se están volviendo más frecuentes y devastadores, las cuales no solo destruyen infraestructuras y comunidades, sino que también exacerban las desigualdades sociales y económicas.
• Pérdida de biodiversidad: la deforestación, la contaminación y la sobreexplotación de recursos están llevando a la extinción de numerosas especies, disminuyendo la resiliencia de los ecosistemas y reduciendo los servicios que estas proveen, como la polinización de cultivos y la purificación del aire y el agua, etc.
• Incremento del nivel del mar: el deshielo de los glaciares y la expansión térmica de los océanos están contribuyendo al aumento del nivel del mar, amenazando a las comunidades costeras, lo que puede llevar a la migración masiva y a conflictos por los recursos.

La afirmación de Guterres si bien es alarmante tiene un trasfondo y lo que busca es movilizarnos, tenemos el conocimiento y las herramientas para revertir esta tendencia destructiva, sin embargo es necesario un compromiso colectivo y acciones concretas a nivel global para cambiar nuestro trayectoria actual.

La transición a fuentes de energía renovable y limpias, la mejora de la eficiencia energética, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, el tratamiento del agua, la reducción de residuos y el evitar la sobre explotación de los recursos, es crucial, debemos colaborar de manera conjunta los gobiernos, empresas y la sociedad para implementar políticas y prácticas sostenibles, que favorezcan el cuidado del medio ambiente.

Proteger y restaurar los ecosistemas naturales es esencial, promover iniciativas como la reforestación, la creación de áreas protegidas y la restauración de hábitats degradados pueden ayudar a mitigar los efectos del cambio climático y preservar la biodiversidad.

La innovación tecnológica juega un papel crucial en la lucha contra el cambio climático, desde el desarrollo de tecnologías limpias hasta la promoción de la economía circular, es muy importante aprovechar el ingenio humano para encontrar soluciones sostenibles que cambien es trayecto catastrófico en el que no hemos metido.

En resumen, la advertencia de António Guterres es un llamado a la acción urgente y decidida, no nos creamos las víctimas del cambio climático, somos su su principal causante, el reconocer nuestra responsabilidad, nos puede ayudar a convertirnos en los protagonistas de la solución.

La metáfora del meteorito nos recuerda que, a diferencia de los dinosaurios, tenemos el poder de cambiar nuestro destino, es hora de actuar, no solo por nuestro bienestar, sino por el de todas las generaciones futuras y por la salud de nuestro planeta.