SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL, UNA IDEA SIGNIFICATIVA EN EL MUNDO ACTUAL.
Con el creciente poder del hombre sobre la naturaleza y las nuevas necesidades derivadas de la vida en sociedad, el medio ambiente se deteriora cada vez más. El hombre que a lo largo de la historia ha conseguido sobrevivir a la autodestrucción, se encuentra ahora en un punto de no retorno porque todo el planeta está en peligro, eso se debe al desequilibrio ecológico causado por la contaminación del planeta. Todos somos consumidores, por lo que es importante comprender y reconocer la relación entre nuestros hábitos y actitudes de consumo y el impacto que tienen en el medio ambiente. Es necesario tomar conciencia de cómo nuestras acciones individuales, familiares y colectivas, pueden acentuar los problemas ambientales o, señalar el camino para solucionarlos. El consumo sostenible es una toma de conciencia para que las personas hagan un uso racional de todos los bienes que nos proporciona la naturaleza, pensando que las generaciones futuras tienen el mismo derecho que nosotros a disfrutar y utilizar los recursos del planeta. El poder de la sustentabilidad ambiental se refiere al manejo eficiente y racional de los bienes y servicios ambientales, de manera que sea posible el bienestar de la población actual, asegurándoles el acceso a los sectores más vulnerables y evitando comprometer la satisfacción de las necesidades básicas y la calidad de vida de las generaciones futuras. La situación es alarmante, existen muchos interrogantes en torno al tema, tales como: ¿Por qué es difícil alcanzar el desarrollo sostenible? ¿Cómo afrontar el reto de la sostenibilidad medioambiental? ¿Qué cambios son necesarios para lograr la sostenibilidad medioambiental? ¿Cómo contribuir individual o colectivamente a la sostenibilidad medioambiental? ¿Qué prácticas o comportamientos se pueden adoptar para contribuir a la sostenibilidad medioambiental? A partir de estas preguntas desarrollo el argumento de la importancia de la sostenibilidad medioambiental y el contexto que rodea esta cuestión.
Desde el concepto de desarrollo sustentable esbozado en el informe "Nuestro Futuro Común" de 1987 y adoptado por unos 180 jefes de Estado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo celebrada en Río de Janeiro en 1992, ciertamente se han dado avances innegables que reflejan la incorporación de criterios ambientales en el proceso de desarrollo. En México, por ejemplo, como en la mayoría de los países, se crearon instituciones, se legisló y se establecieron programas e instrumentos para atender la problemática ambiental. Sin embargo, también se puede afirmar que la implementación de un modelo de desarrollo sustentable ha fracasado a nivel mundial y no porque el concepto en sí mismo sea obsoleto, al contrario, sigue siendo relevante, sino sobre todo por la falta de voluntad política gubernamental que tiende a planear considerando únicamente la planeación a corto plazo y la incapacidad de la política económica para incorporar el concepto y asumir sus implicaciones.
Treinta años después de la Cumbre de Río, los compromisos mundiales de sostenibilidad medioambiental no se han cumplido plenamente. Múltiples acuerdos no han podido evitar problemas peligrosos con el sistema climático y las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera no se han estabilizado, el Convenio sobre la Diversidad Biológica no ha podido frenar las tendencias de pérdida de biodiversidad y de servicios de los ecosistemas. En cuanto a la sostenibilidad socioeconómica, no se han alcanzado los objetivos, las desigualdades se han acentuado en las dos últimas décadas y la pobreza no ha disminuido como se esperaba. La lenta respuesta de los gobiernos y las sociedades no se corresponde con el ritmo acelerado al que se producen los cambios debido a la naturaleza de la interferencia humana, que repercute en la calidad de vida de la población mundial el propio desarrollo. Como se menciona en Resilient People, Resilient Planet: a future worth choosing, el reto sigue siendo erradicar la pobreza, reducir las desigualdades, promover un crecimiento económico integrador y una producción y un consumo más sostenibles, luchando al mismo tiempo contra el cambio climático y respetando los demás límites en juego.
Hoy en día, mientras que las sociedades del mundo están abrumadas por la crisis económica, financiera y social, la corrupción, el crimen organizado y el terrorismo, la cuestión del desarrollo sostenible está en suspenso, no asumió con decisión el inicio de este modelo de desarrollo y nadie entiende que es precisamente en la aplicación de los principios de sostenibilidad se encuentra la solución fundamental y las diversas crisis a largo plazo y recurrentes. La globalización, la comunicación y la tecnología son las grandes revoluciones de nuestro tiempo y han abierto oportunidades inimaginables para el desarrollo, pero también han provocado un consumo excesivo, aumentando la presión sobre los recursos naturales. Aunque queda mucho por investigar, existen pruebas científicas de que el progreso humano se ha producido a un coste muy elevado para el funcionamiento del planeta y para la especie, ya que se están transgrediendo los límites. Estas cuestiones no han creado entornos y civilizaciones estables en los últimos 10.000 años. En la evaluación del Ecosistema del Milenio se estima que 15 de los 24 servicios ambientales más importantes que mantienen la economía han sido más allá de los límites de la sostenibilidad.
Si no cambian las tendencias, inevitablemente el problema empeorará. En 2050 la población aumentará en unos 3.000 millones de personas que necesitarán alimentos, agua, materias primas y energía. A esta cifra hay que añadir los casi 1.400 millones de personas que viven actualmente en la pobreza extrema, y el hecho de que estas personas están malnutridas y no tienen acceso al agua potable. En otras palabras, los actuales modelos de consumo y producción, que han provocado una alteración sin precedentes del funcionamiento de la naturaleza, incluso a veces irreversible, no han logrado satisfacer las necesidades básicas de una quinta parte de la población mundial. En Desarrollo Sustentable y Bienestar Social, la profesora Julia Carabias L. de la UNAM explicó, que para satisfacer la demanda adicional de 4.4 mil millones (los no nacidos y los que viven en pobreza extrema) se requerirá duplicar la producción de alimentos y triplicar el acceso al agua, lo cual, en la actualidad es biofísicamente imposible.
Por desgracia, los esfuerzos por conservar los recursos naturales y los ecosistemas se ven a menudo obstaculizados por proyectos que, en aras de la competitividad empresarial y el desarrollo económico y social, son incompatibles con la plena protección del medio ambiente. Esto conduce a una situación de deterioro, que incluye pobreza, agotamiento de los recursos naturales, degradación del medio ambiente y más pobreza. Por lo anterior, es claro que la sostenibilidad ambiental debe incluirse como principio rector y eje transversal de las políticas públicas. De esta manera, se podrán integrar y articular de manera más efectiva las diversas instituciones y sectores de la sociedad, con el objetivo común de lograr un equilibrio armonioso entre los procesos de desarrollo y producción y la conservación del medio ambiente.
Los hábitats naturales disminuyen y, por tanto, aumenta la pérdida de biodiversidad y de servicios ecosistémicos; cada año se deforestan en el mundo unos 13 millones de hectáreas, principalmente en los trópicos. Alrededor de una cuarta parte de todas las especies vegetales están en peligro de extinción, y la extinción es irreversible. Más del 30% de la pesca mundial está sobreexplotada y los océanos se están acidificando a causa de los productos químicos, creando grandes zonas muertas. Las emisiones de dióxido de carbono siguen creciendo y, si cambian las tendencias, entre los años 2020 a 2030 se alcanzarán concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero peligrosas para el futuro de la humanidad, que afectarán a los cultivos, modificarán las precipitaciones, reducirán la disponibilidad de agua, aumentarán la desertificación de los suelos y la frecuencia e intensidad de las catástrofes naturales provocadas por fenómenos meteorológicos extremos. Como se menciona en la evaluación de la MA y posteriormente se ha informado WWF y el Programa del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la única buena noticia que se puede decir, es que la capa de ozono se está recuperando y volver a la normalidad entre 2060 y 2075.
El daño sobre el capital natural de las naciones se ha justificado erróneamente como parte del costo del desarrollo. Sin embargo, el abuso en el uso de los recursos naturales no ha llevado a la solución de los problemas sociales, por el contrario, como se menciona en el capítulo Políticas públicas y perspectivas para la sustentabilidad del libro Capital Natural, la degradación ambiental y la pobreza generan a su vez, esto incrementa el deterioro. El costo social del modelo de desarrollo insostenible que se expresa en que el 27 % de la población mundial vive en condiciones de alta pobreza y si bien se registra una mejoría en los índices de pobreza a nivel mundial, esto se debe principalmente al crecimiento económico de China, sin que exista una mejoría sustancial en las demás regiones, de hecho, las hambrunas han aumentado debido al incremento de los precios de los alimentos. Además, alrededor de 1.500 millones de personas tienen un empleo vulnerable y las desigualdades sociales se han agravado, los países ricos son 13 veces más ricos per cápita que los países en desarrollo con intermedios y 70 veces más que los países pobres. En Resilient People, Resilient Planet: Un futuro que vale la pena elegir, argumentan que las desigualdades que expresamos no sólo entre regiones, sino también dentro de los países. En estas condiciones será difícil cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio en la fecha de 2015 fijada por Naciones Unidas en 2009.
Los siguientes son algunos de los tópicos de la ciencia que Carabias sugiere en su artículo, Sustentabilidad Ambiental, integrando diferentes disciplinas, continúan aportando conocimiento e instituciones incorporando políticas públicas, para la consolidación de la dimensión ambiental del desarrollo:
En todas las regiones del mundo existe una gran necesidad de respuestas y solución; estrategias a los problemas causados por la explotación del medio ambiente, y como esto afecta a lograr un pleno desarrollo ambiental sostenible. En Centroamérica, por ejemplo, se le ha dado una gran importancia a buscar la ayuda de las energías renovables. Centroamérica se ha convertido en líder mundial en energías renovables, especialmente la hidroeléctrica, pero debe resolver una serie de retos para eliminar su dependencia del petróleo para producir electricidad. El coordinador regional de la Alianza en Energía y Ambiente con Centroamérica (AEA), Salvador Rivas, afirma que el istmo centroamericano cuenta prácticamente con todas las fuentes de energía renovable como el viento, el agua, la luz solar y la geotermia. "El tema del potencial de energías renovables que existen en Centroamérica son considerables y tenemos el privilegio de contar con muchos recursos en una cantidad que aún no ha sido explotada", dijo Rivas en su participación en el XXII Foro Regional de la AEA. Según la AEA, que forma parte del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), esta región tiene potencial para satisfacer el 100% de sus necesidades de electricidad con fuentes renovables. La principal fuente de energía renovable en la región es la hidráulica, con cerca del 45% del total, seguida de la geotérmica, con cerca del 10%, mientras que la biomasa y la eólica representan alrededor del 8%. Costa Rica es líder en la región en hidroeléctrica con cerca del 70% de su producción local de electricidad, mientras que en geotérmica El Salvador es el mayor generador de la región con el 25% de su producción. El país que más proyectos está desarrollando es Nicaragua, con 59, después siguen Guatemala (44), El Salvador (36), Costa Rica (27), Panamá (24), Honduras (23), Belice (17). (Efe, octubre de 2013).
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Los problemas ecológicos son ante todo una cuestión de sostenibilidad y responsabilidad, por lo tanto, si no se protegen adecuadamente los recursos naturales a medio y largo plazo, no se podrá llevar una vida digna en la Tierra. La acción del ser humano requiere una cuidadosa atención a las implicaciones en este ámbito. Como dijo el Papa Juan Pablo II en un mensaje sobre la paz y el medio ambiente "cualquier intervención en un área del ecosistema, debe considerar sus consecuencias en otras áreas y, en general, el bienestar de las generaciones futuras". El cambio climático puede entenderse como una hipoteca sobre el potencial medioambiental del consumo actual y de las generaciones futuras. Sin sostenibilidad ecológica, los triunfos en la lucha contra la pobreza tendrán una duración limitada.
El mundo se está dando cuenta que la única forma de detener el calentamiento global y otras formas de degradación ambiental es uniendo a la humanidad en un solo esfuerzo Una vez a todos, debemos entender que no se trata de culpar, ni de buscar quien es culpable o quien no. Es tiempo de cambios, los cambios se producen con acciones; se requieren propuestas para tomar acción, y voluntad para implementar esas propuestas, por lo que algunas de las cosas que como habitantes de este planeta moribundo debemos hacer son: reducir el principal contaminante lanzado al aire, que es el dióxido de carbono. Por ello, si quieres dejar de usar tu coche, déjalo en casa al menos dos días a la semana, cambia tus filtros cada año y mantén tus neumáticos correctamente inflados. Estas sencillas medidas reducirán su consumo de combustible y sus emisiones a la atmósfera.
Otra cosa que puedes hacer es dejar de utilizar máquinas para cosas que puedes hacer con las manos. Vaya andando o en bici a la tienda, olvídese del motor del cortacésped. En casa, plantéate comer ensaladas más a menudo, para usar menos el horno para cocinar cada día. Hablando de la casa, sería bueno recordar que el calentamiento global no es sólo sus emisiones de dióxido de carbono.
Cuantos más residuos, más obligarán a las empresas a comprar materias primas para satisfacer tu demanda, así que envasa las cosas en objetos ligeros y reciclables. También separa un día y comprueba que tu casa no tiene fugas de agua ni problemas con el calentador. Aparte de esto, cambia todas tus bombillas por fluorescentes compactas y prométete no utilizar aparatos sin pilas recargables.
La solución al alarmante problema global del progresivo deterioro del medio ambiente y de los recursos naturales, requiere abordar temas específicos de la agenda ambiental, así como acciones para avanzar en las áreas políticas de un solo organismo o a nivel institucional, involucrando la participación activa de la sociedad en su conjunto.
La sostenibilidad requiere, por tanto, llevar a cabo cambios en la sociedad y la cultura -no sólo el aparato tecnológico ajustar o cambiar ciertos patrones de producción y consumo. La sostenibilidad está ligada a la construcción de nuevas relaciones políticas y económicas nacionales e internacionales y a la transformación de las culturas acumuladas, culturas basadas en el reconocimiento de la escasez y la fragilidad ambiental.
En consecuencia, el cuidado del medio ambiente es una cuestión que debe preocuparnos y de la que todos debemos ocuparnos. Nuestro comportamiento individual cotidiano y el impacto de nuestras acciones en otras personas o grupos, políticas, estructuras y sistemas pueden lograr conjuntamente importantes beneficios para el medio ambiente. En la actualidad, debemos poner en consideración los problemas medioambientales y de recursos y elegir responsablemente aquellos comportamientos y acciones individuales y comunitarias que estén motivados no sólo por el deseo de satisfacer las necesidades materiales personales más inmediatas, sino también por un interés genuino ante las posibles consecuencias colectivas o efectos adversos de esas decisiones. Como miembros de una comunidad y consumidores de bienes y servicios, cada uno de nosotros puede elegir comportamientos y acciones sostenibles desde el punto de vista medioambiental en muchos ámbitos. Esto es especialmente relevante en nuestras decisiones sobre el uso responsable de la energía, el agua y el papel.
El concepto de desarrollo sostenible procede de la preocupación por el medio ambiente, en gran medida ajeno a las cuestiones medioambientales, pero intenta superar la visión del medio ambiente como un aspecto separado de la actividad humana que hay que preservar. El medio ambiente está implicado en la actividad humana y la mejor manera de protegerlo es tenerlo en cuenta en todas las decisiones que se tomen. El desarrollo sostenible tiene tres aspectos importantes que deben tenerse en cuenta para un futuro mejor: el medioambiental, el económico y el social. El aspecto social se introduce por la evidencia de que la degradación del medio ambiente está tan asociada a la riqueza y al estilo de vida de los países desarrollados y de las élites de los países en vías de desarrollo como a la pobreza y a la lucha por la supervivencia de la humanidad marginada. Lo que va a pasar con nuestro planeta no es un mito, no es ficticio, es nuestra realidad y aunque hay organizaciones responsables de hacer algo para preservar el medio ambiente, no debemos dejar todo a ellos, no se olvide que todos somos parte de este mundo y lo poco que hacer en el presente también podemos ser parte del futuro.
Fuentes de referencia.