"Soy un inútil"

La Sociedad de la Nieve es una historia tan impresionante en la realidad y además, está tan bien contada en el libro y la película, que no creo que deje indiferente a nadie.

Me gustaría compartir una reflexión sobre la que es una de mis escenas favoritas (si no la más). Se trata de una conversación entre Javier Methol y Numa Turcatti, dos de los supervivientes al accidente y al alud que sucede unos días después. Dos seres humanos cansados, desolados, en medio de la inmensidad de un páramo helado en el que vivir es una utopía. Numa, que las primeras semanas no ha dejado de ayudar y aportar al grupo, se encuentra muy debilitado por una herida en la pierna que se complica. “Soy un inútil”, ¿Qué sentido tiene (...) la muerte de todos (...)? le dice a Javier. Y la respuesta de éste, para mí es toda una lección de vida.

Abajo dejo una imagen con el preciosísimo guion que recoge las palabras exactas de la peli, pero a mí me gustaría transcribir aquí cómo me imagino que fue la respuesta de Javier (un señor de 36 años y 4 hijos que acaba de perder a su mujer en un alud) a Numa, un chico de 25 años recién despertando a la vida, que está perdiendo su fortaleza física y que está muerto de miedo.

En mi cabeza no suena con el precioso acento rioplatense que todo lo embelesa, sino que me lo imagino diciéndole algo así:

“Mira Numa. Liliana se acaba de morir ahogada en la nieve, porque yo no la pude sacar. Su muerte puede parecer que no tiene ningún sentido, pero para mí tiene uno bien claro: tengo que salir de aquí para decirles a mis hijos que no están solos y darles todo el amor que su madre ya no podrá darles. Así que si yo creo que la muerte de mi mujer ha servido para algo, tú puedes encontrarle sentido a esa herida que tienes en la pierna. Porque si te mueres aquí, inútil, inútil, te aseguro que no vas a ser”.

La escena acaba con una mirada de Numa a Javier que lo dice todo (el actor es una bestia parda, dicho sea de paso). Expresa sorpresa, se queda atónito... y comprende. Si esa mirada fueran palabras, diría algo así: “Joder Javier, claro. Ya lo entiendo. Gracias por explicármelo”.

Para mí la escena conecta con un tema crucial: la importancia del Propósito para nuestra felicidad. Un tema que siento que se ha maltratado muchísimo con la pseudopsicología positiva de Mister Wonderful que abunda por estos lares. Porque resulta que no, que a veces aunque quieras, no puede ser. Resulta que los planes por mucho que trabajes, no siempre salen bien. Resulta que no eres el ombligo del mundo, y que el Universo no conspira para que consigas tus sueños; de hecho, querido ser humano insignificante, eres una ínfima partícula de espacio y tiempo en ese Universo al que le dan exactamente igual tus deseos.

Las cosas que te pasan, te pasan. Y a veces (muchas), no te las ganas ni te las mereces. Simplemente, te pasan. Y eso está bien.

Por tanto, lo único que puedes elegir es qué haces con las cosas que te pasan. Qué propósito tienes en esa circunstancia (positiva o no), cuál es tu misión para no sentir que “eres un inútil”. En esa elección de tu Propósito está la base de tu felicidad.

Y puedes encontrar ese propósito a pesar de las circunstancias: en esta historia real, aunque está literalmente hundido en la miseria, Numa encuentra un sentido renovado a su papel en el grupo: su muerte ayudará a que sus amigos vuelvan.

Si pudo hacerlo alguien en una situación así de extrema, ¿cómo no vamos a encontrar un Propósito en nuestra vida normal, en casa, calentitos y bien lejos de la Cordillera?

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El final de la peli me devuelve a la misma reflexión de nuevo. Esta vez es la voz en off del narrador (Numa, ya fallecido), que desde la montaña les habla a sus amigos supervivivientes:

"Al recordarlo ellos mismos se preguntan: '¿por qué no volvimos juntos? ¿Qué sentido tiene?' ... Denle ustedes el sentido. Sigan cuidándose unos a otros. Y cuéntenle a todos lo que hicimos en la montaña".

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