Strum und Drang: de la esencia del Trieb.
Die Freundschaft

Strum und Drang: de la esencia del Trieb.

Detengámonos aquí un momento y consideremos qué evoca en nuestro espíritu el vocablo Drang. En mi caso, mi viene in mente enseguida el movimiento germinal del romanticismo alemán, precisamente el llamado Strum und Drang, convencional y acertadamente traducido al castellano como Tormenta e Ímpetu. Dos de sus obras notables, como es bien sabido, una novela epistolar y un drama, fueron escritas por dos grandes amigos. Se trata de Die Leiden des jungen Werthers y Die Räuber, esto es, Los sufrimientos del joven Werther, de J. W. von Goethe, escrita en el 1794, cuando nuestro autor contaba unos veinticinco veranos en su haber, y Los bandidos (no en el sentido infantil o desvergonzado del que comete una «bandideada»(2), sino en el sentido estricto de no ser sino un infame), publicada en 1781 por F. von Schiller, cuando contaba treinta años y monedas. La marca de lo jovial es indisimulable. También la del suicidio. Pues bien: Sturm quiere decir «tormenta», efectivamente. Aquellos lectores que no estén familiarizados con la lengua alemana pero sí con la inglesa, pueden considerar el siguiente vocablo y lo que quiere mentar: storm. Quiere mentar esto: desde el punto de vista ideal, señala una tormenta, algo tormentoso, un tormento, una tempestad; desde el punto de vista verbal, indica atacar, sorprender violenta y súbitamente, des-atar jubilosamente, des-cargar en un movimiento intempestivo. En alemán, pues, Sturm significa desde luego tormenta o tempestad, pero, como es evidente, está asociado culturalmente al nombre del señalado movimiento. Por lo que puede comprenderse e interpretarse como «starker Wind, Aufruhr, Angriff», es decir, «viento fuerte, disturbio, ataque»; o bien como «Unruhe, Lärm, Kampf» (3), es decir, «inquietud, ruido, pelea». Lo que más me interesa, sin embargo, es lo siguiente: el vocablo Drang se comprende, desde el punto de vista psicoanalítico, como la esencia misma del Trieb. Es decir: el ímpetu o esfuerzo (Drang) de un Trieb (tendencia o pulsión) no es sino su factor motor, esto es, el total de la fuerza (Kraft) o el rigor de trabajo que ella representa (repräsentieren). Toda pulsión posee un carácter signado por el esforzarse y, en tal sentido, es su esencia y por lo tanto el esfuerzo es una propiedad universal de las pulsiones. Pero este esfuerzo, naturalmente, encuentra resistencias de toda índole, tamaño, cantidad, cualidad, etc. Como sucede, por ejemplo, con el Freiheitsdrang, es decir, el ímpetu o deseo de ser libre. De suerte que la esencia del Trieb, entonces, no es apacible ni serena, sino, antes bien, tormentosa e impetuosa. «Toda pulsión -dice Freud- es un fragmento de actividad; cuando negligentemente se habla de pulsiones pasivas, no puede mentarse otra cosa que pulsiones con una meta pasiva” (Freud, 1915/1979, p. 118).

Carmen Ballesteros Chavarría

Psicóloga & Psicoterapeuta Psicoanalítica FEAP| Sígueme para aprender sobre psicoanálisis|Fórmate con nostros en Gradiva-Asociacion de Psicoanálisis Aplicado

4 meses

Me ha encantado!

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