Sueños de independencia (Segunda temporada)
Hace dos años iniciaba una aventura empujado por mi último empleador, al cual le estaré eternamente agradecido, sin ningún tipo de ironía, dado que mi última experiencia profesional en relación de dependencia, me sumó experiencia internacional, principalmente en mi amada Latinoamérica, esa patria grande de la que muchos hablan.
En ese momento, sería hipócrita si digo que el hecho de que alguien prescinda de mis servicios profesionales, es algo para celebrar, en tal caso era un duelo que tenía que atravesar de la mejor manera posible, sobre todo considerando que detrás del profesional hay una familia de la cual elijo día a día hacerme responsable.
Justamente esa familia, particularmente mis hijos y mi mujer, resultaron ser mi mayor fuente de inspiración y fuerza de voluntad. Todo ese poder inspirador era una condición necesaria, pero no suficiente para empezar a cumplir objetivos, más aun, partiendo de la famosa zona de confort que puede implicar mi crianza profesional dentro de las corporaciones nacionales y multinacionales.
Así fue, que traté de hacer uso de las herramientas que tenía disponibles para ensayar esta suerte de alquimia que implica convertir nuestras capacidades en una factura primero y que esa factura se transforme en algún momento en dinero. Todavía me resulta maravilloso el momento de emitir mi primera factura, que vino como resultado posterior al hecho de entender cómo hacer una primera propuesta técnica comercial. No solo era cuestión de hacer una propuesta, sino que esa propuesta represente un valor que un cliente esté dispuesto a pagar. A eso le seguía recibir un cheque a tu nombre, ya no había tarjeta de débito donde ir a buscar lo que mi empleador depositaba religiosamente todos los meses.
Nunca diría que fue fácil, nunca diría que es sencillo pasar de tener presupuestos mensuales a tener presupuestos anuales, nunca diría que fue fácil escribir mis primeros artículos en una red social, esperar el impacto, sacarse el miedo al ridículo, escribir algo que resulte ser inspirador o atractivo para un lector sin contar con otro asesoramiento que el de profesionales amigos que me daban su opinión, sin ser necesariamente condescendientes conmigo. Esto último resultó ser un desafío que desarrolla indefectiblemente habilidades.
Hoy celebro haber sobrevivido una segunda temporada anual como profesional independiente, teniendo la posibilidad de generar ya no solo trabajo para mi, sino para otros, lo cual trae consigo una responsabilidad extrema. Hoy dos años después del inicio del viaje, puedo hablar de experiencia como consultor, exactamente teniendo el doble del año pasado.
Hoy me asustan un poco menos las propuestas técnicas comerciales, supongo que los más de cien fracasos tomados como escalones de aprendizaje van haciendo mella en mi personalidad como independiente, aferrándome responsablemente a los clientes que confiaron en mis servicios.
Hoy miro los treinta tres logos de clientes que tuve en este periodo de tiempo y no puedo olvidar los terrores de redactar mi primera propuesta para mandar al primero de ellos. También no puedo evitar pensar en el “éxito del goleador en el debut” como cuando pensé que todo era color de rosa en la independencia, hasta que experimenté que se siente quedarse sin contratos de un día para el otro, entonces aprendí a tener la prudencia necesaria en lo que creemos que es éxito. También aprendí que nada estaba asegurado ni la relación de dependencia y ni la independencia, sin la humildad de tomar la parte de responsabilidad que nos toca al momento de ganar o al momento de perder.
Hubo triunfos y hubo goles en contra, quizás lo que entendí que siempre “estamos en partido”, si nos hacemos cargo. Los que no somos brillantes tenemos que desarrollar otras habilidades, quizás la perseverancia sea el salvavidas de los profesionales promedio.
Quizás mientras escribo, me pregunto si el artículo le servirá a alguien o quizás simplemente sea la instancia donde la propia madurez me permite escribir acerca de lo que creo, de lo que me gusta o definitivamente he perdido el miedo al ridículo y me dejo llevar por la pasión que implica sencillamente expresarme.
He leído mucho acerca de las fantasías que muchos profesionales tienen en cuanto a saltar a la independencia, yo no me puedo arrogar otra cosa que el segundo año de supervivencia y en tal caso, si me doy el permiso de celebrar mi atrevimiento casi inconsciente que paradójicamente se va volviendo cada día más responsable en función de las horas de vuelo.
Seguramente tenga por delante un futuro tanto o más incierto que el que tenía a finales del 2015, con la diferencia que algunos miedos enfrentados se van transformando en fascinación y lo que en algún momento me aterrorizó, hoy me entusiasma.
Gerente en Parque Eólico Arauco SAPEM
7 añosExcelente Claudio, muchas gracias por la honestidad en compartir el aprendizaje en un artículo tan motivador. Pero sobre todo muchas felicitaciones por haber sabido transitar una etapa difícil con superación y perseverancia para hacer brillar tus capacidades. Espero que estés muy bien. Abrazo grande!
muy bien Claudia!!!que bueno es poner los miedos sobre la mesa!!!!
Contador Público UBA - Especialista en Detección de Fraude y Auditoría CPCECABA - Control Interno, Riesgos & Auditoría - Compliance Certificated - Servicios Contables e Impositivos - Consultor Independiente
7 añosExcelente Claudo !!! Gran descripción desde lo sincero y la humildad. Claro que sirve el artículo. Gracias por compartirlo !
Founder & CEO at Nybble Group
7 añosExcelente Claudio! Muy buenas palabras. Vamos por más!
Socio Gerente en ITALOG SRL
7 añosLeo el articulo y no puedo no recordar allá por el año 2008 cuando yo siendo muy joven me reunía con el Director de Compras de tal vez en ese momento la petrolera mas importante del país, era un tal Claudio Piscicelli. Sin dejar de mencionar tus capacidades y aptitudes profesionales, que son innumerables, tu grandeza esta en tu persona! Felicitaciones por estos dos años, por este presente y por todo lo que se viene, que de seguro, sera para mejor! Abrazo grande.