Taxonomía de Bloom aplicada al diseño instruccional
En el vasto mundo del diseño instruccional, la Taxonomía de Bloom se destaca como una herramienta fundamental. Esta metodología no solo estructura los objetivos de aprendizaje de manera jerárquica, sino que también proporciona un marco para desarrollar cursos que atiendan a diferentes niveles cognitivos.
Desde la educación escolar hasta la capacitación empresarial, la aplicación de esta taxonomía puede potenciar la forma en que enseñamos y aprendemos.
Niveles de Aprendizaje según Bloom
Veamos a continuación, los seis niveles de aprendizaje que nos proporciona esta herramienta:
Dominios de la Taxonomía de Bloom
Además, la Taxonomía de Bloom divide los objetivos educativos en tres dominios: cognitivo, afectivo y psicomotor. En el diseño instruccional, enfocarnos en estos dominios nos permite crear experiencias de aprendizaje más ricas y variadas.
Cognitivo: De Conocer a Crear
El dominio cognitivo se centra en el desarrollo intelectual. Comienza con el reconocimiento básico de hechos (recordar) y avanza hacia niveles superiores como la comprensión, aplicación, análisis, evaluación y creación.
En el ámbito escolar, esto podría significar llevar a los estudiantes desde la memorización de datos hasta la realización de proyectos de investigación propios. En la universidad y la empresa, se traduce en fomentar la innovación y la solución de problemas a partir de conocimientos teóricos.
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Veamos algunos ejemplos de aplicación en diferentes entornos:
Escolar:
Universitario:
Empresarial:
Afectivo: Del Sentimiento a la Valoración
Este dominio abarca las actitudes y sentimientos. Un diseño instruccional eficaz en este ámbito puede llevar a los estudiantes a desarrollar un aprecio más profundo por el aprendizaje y a valorar la ética y la responsabilidad social, aspectos cruciales tanto en la educación formal como en la capacitación empresarial.
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Veamos algunos ejemplos de aplicación en diferentes entornos:
Escolar:
Universitario:
Empresarial:
Psicomotor: De la Imitación a la Creación
Aunque menos enfocado en el diseño instruccional tradicional, el dominio psicomotor es esencial para el aprendizaje basado en habilidades.
Aquí, la progresión va desde la imitación de una habilidad hasta su dominio y adaptación a nuevos contextos, algo vital en entornos como laboratorios, talleres técnicos y entrenamientos prácticos en empresas.
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Veamos algunos ejemplos de aplicación en diferentes entornos:
Escolar:
Universitario:
Empresarial:
Conclusión
La Taxonomía de Bloom es más que una teoría educativa; es una herramienta poderosa en el arsenal del diseñador instruccional.
Al aplicarla en diferentes entornos educativos, podemos transformar la manera en que se imparte y se recibe el conocimiento, preparando a los estudiantes y profesionales para enfrentar los desafíos del mundo moderno con una base sólida y habilidades bien desarrolladas.
En nuestra próxima edición, profundizaremos en cómo integrar estas estrategias en plataformas digitales, abriendo aún más las puertas a la innovación educativa.