¿Te sientes atrapado en una rutina mental estática?

Descubre el camino para derribar esas barreras.

¿Eres más de ver el vaso medio lleno o medio vacío? La clave está en tu mentalidad.

La brillante mente detrás de la investigación, la psicóloga estadounidense Carol S. Dweck, ha revelado que existen dos enfoques mentales fundamentales: el fijo y el de crecimiento. Todos tenemos un poco de cada uno, por eso te invito a explorarlos dentro de ti y aprender a entrenar tu mente para seguir avanzando y prosperando en la vida.

Empecemos por cómo enfrentas los desafíos, los errores y los fracasos. ¿Los ves como juicios sobre tu valía o como oportunidades para crecer? Reflexiona sobre ello. Muchos que han alcanzado el éxito extremo asocian su valía con sus logros. Si tengo éxito, valgo; si fracaso, no valgo. En gran medida, esto se debe al sistema educativo y a la cultura del éxito instantáneo, exacerbada por una sociedad que idolatra el talento "natural", el prodigio, la estrella.

El problema con esta mentalidad es que a menudo impide llevar el talento al siguiente nivel por miedo a dañar nuestra frágil autoestima. Preferimos no arriesgarnos, quedarnos cómodos donde estamos.

Entonces, ¿qué hacer?

Para empezar, no tomárselo todo tan en serio. Darse un respiro y perdonarse por ser humano. Comprender que la mentalidad fija nos está robando la oportunidad de disfrutar el viaje del crecimiento, el asombro y la belleza del descubrimiento.

El primer paso para superar la mentalidad fija es reconocerla. Pregúntate qué situaciones te hacen sentir miedo de crecer, descubrir cosas nuevas y salir de tu zona de confort. ¿Cómo reaccionas? Probablemente sea luchando o huyendo, defendiendo tu posición o escapando a un lugar "seguro" donde tu ego no pueda ser amenazado.

Ahora, visualiza esa parte de ti que representa la mentalidad fija. Siente cómo afecta a tu cuerpo. Probablemente sea un sentimiento pesado y opresivo. ¿Dónde lo sientes? Pon tu mano allí y dale un nombre ridículo que te recuerde lo absurdo que es.

Ahora, recuerda tus momentos de grandeza. Todas esas veces que enfrentaste la vida con valentía y pasión. Esta es tu mentalidad de crecimiento. Identifica ese ser dentro de ti que es expansivo y luminoso. ¿Dónde reside en tu cuerpo? Pon tu mano allí y ancla ese sentimiento.

Acabas de dar un paso importante. Acabas de activar tu verdadera genialidad, tu capacidad para contrarrestar la mentalidad fija.

Cuando te encuentres con un nuevo desafío y sientas el impulso de luchar o huir, reconócelo y desenmascáralo. Es tu mente fija queriendo controlarte. Siente la opresión en tu cuerpo, llámala por su nombre y, con un toque de picardía, déjala ir. Si es necesario, pon tu mano sobre donde sientes el peso y exhala, liberándote de esa carga.

Ahora, invoca tu grandeza, tu mentalidad de crecimiento, y prepárate para vivir. No importa lo que pase, tu determinación es tu guía y no puedes perder. Todo es crecimiento, experiencia y amor.

Recuerda, la mente fija vive en un mundo de escasez, mientras que la mentalidad de crecimiento reside en el mundo de la abundancia.

La vida que deseas y mereces te espera al cambiar tu mentalidad.

¡Adelante!

¡Que tengas un día increíble!