Tecnología y deporte: la nube se sube al podio

La tecnología de nube no necesitó esperar la señal de largada para convertirse en una aliada clave de las instituciones deportivas: la capacidad de analizar imágenes de video en vivo de cualquier evento de la disciplina que sea permite obtener datos y conclusiones sobre cualquier aspecto del juego en tiempo real. Desde estadísticas simples, como qué distancia recorrió un futbolista a lo largo de un partido o qué tan fuerte le dio un tenista a la pelota en devolución del saque, hasta análisis más complejos, como qué tan efectiva resultó una estrategia de defensa o ataque en un deporte colectivo o cuáles fueron los puntos débiles de alguien que practica artes marciales.

Esa información es oro para los entrenadores, los médicos, los psicólogos y todo el equipo de soporte de los deportistas: es lo que permite optimizar el rendimiento, disminuir el desgaste, descender los niveles de estrés y hasta prevenir o evitar lesiones: también es posible capturar datos sobre frecuencia cardíaca, utilización del oxígeno, nutrición o cumplimiento de rutinas de entrenamiento. 

Las métricas avanzadas en los deportes no constituyen un concepto nuevo, pero a partir de la nube y de otras tecnologías (internet de las cosas, analytics, inteligencia artificial, machine learning) alcanzaron una escala y una eficiencia sin precedentes. Los equipos ingieren y analizan datos de docenas de fuentes y sus analistas buscan de manera continua nuevos modelos que les permita adquirir una ventaja en el momento de la competencia.

También se trata de conocimiento muy valioso para el propio deportista, que tiene ante sí la posibilidad de mejorar sus resultados. Y ni hablar de los fanáticos, que consiguen a distancia de un clic los pormenores del equipo o del atleta de su preferencia.

Además, a medida que se gana experiencia, los principales proveedores de nube incrementan los niveles de personalización de sus propuestas para el público: imaginemos la posibilidad de ver un partido de básquet completo desde un ángulo específico preferido, o de seguir a un golfista en particular a lo largo de todo un torneo.

Los beneficios se extienden mucho más del estadio: las empresas de todas las industrias pueden verificar a través de estas aplicaciones específicas la fortaleza clave de la computación en la nube: su flexibilidad para incrementar o reducir inmediatamente los recursos de acuerdo con la demanda. Un equipo de fútbol, por ejemplo, puede rastrear millones de puntos de datos durante un partido y pagar por lo que utiliza en ese tiempo, sin necesidad de comprar una infraestructura propia que estará ociosa el resto de la semana.

Los negocios y los deportes profesionales se parecen en dos puntos esenciales: por un lado, en los dos mundos el cambio es continuo y genera tanto riesgos como oportunidades; por el otro, en ambos casos, sus protagonistas compiten para ganar. La nube aporta una nueva coincidencia: es la llave para garantizarse un lugar en el podio.