Tengo 47 años y estoy muerto de miedo
Así como dicen que uno nunca termina de aprender, la preocupación, los nervios y el miedo nunca se van... aunque sea algo que ya sabes cómo hacer.
Esto parece un panel de disculpas. La gitanería de la que tanto se hablaba al referirnos a la selección peruana de fútbol durante los ochenta y noventa [y que, parece, ha vuelto para quedarse] ha poseído a este newsletter. Sé que las explicaciones están de más, pero la semana pasada...
“La semana pasada ¿qué? Toda la vida es lo mismo”
-Pero es que, en realidad...
“No nos interesa. Cuando tú te comprometes a algo, como por ejemplo un servicio, al usuario o al cliente no le interesa más que obtener lo ofrecido”.
-Tienes toda la razón.
“Hay que ponerle seriedad a esto, hermano”
-Lo tendré completamente en cuenta.
Empecemos.
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El secreto es nunca dejar de tener miedo ¿verdad?
Quiero mantener las cosas en simple. En lugar de buscar definiciones y demás, lo que busco en este corto texto es, simplemente, compartirte mi experiencia que, quizás, puedas compartir. O no.
Hace unas semanas, contaba en este espacio –como parte de una miniserie de entregas sobre el trabajo en periodismo tecnológico- sobre el tema de los viajes de trabajo y mi experiencia con ellos. En lo particular, este año tuve la oportunidad de hacer un importante viaje familiar [para el cual veníamos ahorrando desde hace un buen tiempo] y, sinceramente, pensé que era el único que iba a hacer.
Ya había cerrado las puertas a los viajes de trabajo. O, por lo menos, a los planificados. Para el diario donde trabajo ya no cubro la fuente de ciencia y tecnología. Ahora me dedico a otras cosas. El año pasado, por un tema fortuito, terminé haciendo un viaje importante. Fue a la presentación mundial de la entonces nueva generación de teléfonos plegables de Samsung. Me tocó ir hasta Corea del Sur, como parte de la nutrida delegación peruana. Fue divertido –sobre todo porque me permitió compartir varios días con queridos compañeros- y me ayudó a aceitar mis capacidades periodísticas. Además de lo publicado en el diario, ese viaje dejó una Yapa [un intento de podcast dentro de este humilde newsletter].
Hace unos días me enteré de que, otra vez, me estaban encargando la cobertura del lanzamiento de Samsung de este año. Pero no solo eso, sino que esta vez estaba viajando solo. Sin delegación. Solo yo.
No es la primera vez que hago un viaje de trabajo como único representante de mi país. En otro momento, por supuesto, la emoción me habría embargado porque –aunque hoy hablamos de presentaciones globales- siempre hay un plus interesante al estar en el lugar donde pasan las cosas. Hoy también lo siento. Pero también siento algo de inseguridad. Algo de miedo.
¿Por qué? He sido el único periodista peruano en eventos en épocas cuando las redes sociales y la inmediatez no habían cobrado tanta relevancia (es más, recién estaban apareciendo), cuando no existía el concepto de influencer (y el de creador de contenido era denostado) y, aunque me preocupaba por hacer contenido multimedia, lo que importaba en ese entonces era aún la publicación en el impreso. Básicamente: soy un periodista anciano.
Pero, sobre todo, porque siento que a la propia responsabilidad de la comisión se le suma otra: la de tratar de llenar el vacío de información que obviamente quedará ante la ausencia de mis compañeros. Cada uno de ellos en su estilo, tienen una manera en particular de generar su contenido y compartirlo, para el disfrute de sus respectivas audiencias y comunidades.
Claro, no soy loco. No es que esté pensando en que debo hacer infinidad y variedad de contenido para tratar de atender las expectativas de todas las audiencias. Pero, por más que tengo firme confianza en mis capacidades, es inevitable pensar en que Me estoy volviendo viejo y que mi estilo y mi contenido cada vez conecten menos con la gente.
Dicen que es bueno sentir miedo. Dicen que el miedo es movilizador, que te empuja a hacer cosas. Dicen que el miedo no se debe perder, sino aprender a aprovechar. Hoy tengo miedo y estoy trabajando en aprender a canalizarlo de la manera más eficiente.
En unos días más, seguramente ya estaré compartiendo contenido sobre esa comisión, publicando algunas notas y tratando de crear cosas para distribuir por todos lados. ¿Me saldrá bien? Eso es lo que espero. No es un juego, es un viaje de trabajo y tengo una responsabilidad qué cumplir. ¿Lograré generar una cantidad de contenido suficiente, interesante y atractivo? Espero que sí. Mucho hardware no tengo, habilidades audiovisuales tampoco. Pero ganas sí me sobran. ¿Servirá para mantener aceitado al Bruno periodista que se resiste a jubilarse? De eso es lo único que estoy 100% seguro.
Senior Advisor | Corporate Affairs | Communications | PR | Public Affairs | Sustainability-ESG | Legal-Regulatory Affairs
6 meses¡Enhorabuena!, expectantes a la cobertura y novedades.
Gerente de Comunicación Corporativa en number6
6 mesesBruni tienes para ratazo! Eres un capo, solo que a veces nosotros mismos nos saboteamos porque somos muy autocríticos. Pero te lo dice alguien que te conoce desde que hacías "chongo" en la última fila del salón de la universidad jaja se te quiere y será una cobertura genial.
Founder CEO at Brand Solution | Media Consultant, Digital MKTG and Business Management | Professor | Journalist | Situational Mentor
6 mesesQuedamos atentos a tu cobertura, ¡Abrazo Bruno! 💪🏻
🌐 PR & Communications Manager
6 mesesBruno, que excelente nota! La jubilación está lejos! Que te vaya hermoso en este trip!
Máster en Periodismo | Comunicación y marketing digital | Docente en USMP
6 mesesDejé de ir a esos viajes -o ya no me mandaron, je- cuando en un MWC los colegas eran de 21, 23 ó 25 años...yo era el único viejo de 36 😅☺️. Abrazo Bruno, con fe