Tengo fe
Por Paola Méndez
Es indudable que el ambiente electoral nos tiene en la incertidumbre. No podemos ser ajenos a esta realidad que desde la comunicación corporativa vemos como una oportunidad para asesorar a nuestros clientes.
Todos sabemos que, en año electoral, las estrategias de posicionamiento y reputación deben llevar el componente “agenda del día”, cuidando con paso firme las posiciones de las marcas con las que trabajamos.
Hoy quiero hacer una reflexión de lo que este momento significa para LOOR, para mí y para el segmento en el que nos movemos. Los invito a que me hagan sus aportes y contribuyamos con estas reflexiones a un panorama esperanzador, que es desde donde sugiero, que empresarios y emprendedores debemos trabajar.
1. Amo Colombia y espero que este amor no sea cegador. Hace muchos años tuve la oportunidad de vivir y estudiar en el exterior y no me quedé teniendo la oportunidad de hacerlo porque mi pasión por la comunicación y periodismo me hicieron retornar a mi país. Todos los días me levanto apostando por él, por mi hijo y familia. Genero empleo, tengo sueños y Colombia me ha dado todo para lograr mis metas.
2. La fuerza del trabajador colombiano es imparable. Esta consigna no la pienso solamente yo. Hace parte de la visual que muchos de mis clientes de hoy y el pasado, me han manifestado. Mismo sentir que recojo de varios colegas que admiran la pujanza de nuestra gente, la misma que nos hace tener indicadores de mostrar.
Recomendado por LinkedIn
3. Tenemos grandes potenciales: los mismos que permiten que importantes empresas, así como fondos de inversión estén apostando por el país en el largo plazo. Esta premisa ha saltado a la vista de todos con los movimientos que viene haciendo el grupo Gilinsky en las empresas del Grupo Antioqueño, así como otras importantes compañías que están fortaleciendo su posición en el país. Esta realidad también le he vivido de manera cercana con las compras e inversiones que vienen realizando nuestros clientes: GI Group Holding, Sodexo, Emasa, Artecola, entre otros, siguen apostando por el país.
4. Somos una nación estable: no niego los movimientos sociales que han estremecido las bases de nuestra sociedad, sin embargo, los gobiernos se mantienen, tenemos reglas claras en materia tributaria y económica, las mismas que observan desde el exterior y que nos destacan como el tercer PIB de los países de la Ocde que más ha crecido.
5. Somos centro confiable de eventos y congresos. No por nada Bogotá está según la ICCA, dentro de los 10 destinos de Latinoamérica en turismo y Mice, y dentro del top 50 de los destinos a nivel mundial. Aquí vienen a artistas, así como se hacen congresos que, en otros países de la región por temas de pandemia, no han podido despegar.
Puedo seguir el listado de aspectos positivos de nuestro país, pero en verdad quiero leerlos e invitarlos a pensar en positivo y con esta consigna no pretender negarme a una realidad. Yo no soy política, soy empresaria, palabra cuyo título puede ser ostentoso, pero que no le queda grande a esos más de 300 mil emprendedores que arrancaron su negocio después de pandemia.
Ni que decir de esas más de 1.300 empresas extranjeras que siguen creyendo e invirtiendo en el país o de los más de 22 millones de trabajadores colombianos, que apuestan todos los días por un mañana. Por eso me quedo, apuesto, insisto y espero contar con más personas que si bien no piensan como yo, si apuestan como yo.