Tu Intuición, Siempre Tiene la Razón
El cerebro límbico habla a su manera
La definición que da la RAE al término Intuición, bien podría resumir el contenido de este artículo: “Facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento”.
Nuestro cerebro es un gran procesador de información y todo el tiempo está recibiendo datos del entorno a través de los sentidos, principalmente a través del olfato, los ojos, los oídos y la piel. Toda esta información necesita ser filtrada, etiquetada y organizada en diferentes áreas que tu cerebro usa como cajones de almacenamiento para luego poder acceder a dicha información cuando estás racionalizando, aprendiendo, creando, recordando, etc.
Tal como abrimos nuestra alacena buscando huevos, harina, azúcar, fruta, leche, etc., para combinarlos y preparar unos deliciosos pancakes, al entender, reflexionar, crear y definir un nuevo concepto como “abundancia” o “verdad” abrimos la alacena de datos almacenados en nuestro cerebro y combinamos ingredientes como emociones, fobias, colores, olores, éxitos, fracasos, sonidos, etc.
Tus funciones ejecutivas (lo que pensamos, decidimos, nos cuestionamos, etc) es solo el final de una cadena muy compleja de eventos neurológicos que han hecho posible que entiendas lo que lees o tomes una decisión objetiva en cualquier contexto.
Entonces, mucho antes de que racionalices y hagas consciente una idea, tu cerebro ya ha procesado una gran cantidad de información de manera instantánea e inconsciente, principalmente en tu cerebro límbico. Mucho antes de que pienses, ya has intuido.
Siento, luego pienso
La teoría del Cerebro Triuno, propuesta por Paul MacLean, permite focalizar diferentes tipos de activación cerebral y aunque muchos neurocientíficos debaten este modelo, resulta muy útil para crearnos una representación gráfica de nuestro cerebro y entender mejor su funcionamiento.
Empezando por el cerebro reptil encargado de las funciones básicas como producir sudor, mantener el equilibrio, liberar adrenalina, etc, esenciales para huir o atacar frente a un peligro; siguiendo por el cerebro límbico, asociado a la activación, identificación y procesamiento de nuestras emociones; y finalizando con el neocortex (en especial la corteza frontal), donde se dan las funciones ejecutivas que nos permiten relacionarnos con los demás como el lenguaje, la toma de decisiones, la empatía, etc.
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Imagina ahora esta situación. Vas caminando a altas horas de la noche y sin darte cuenta llegas a un punto donde tienes que caminar por una calle oscura y silenciosa. Venías pensando en tu presentación del proximo lunes y de repente “algo” te puso en modo alerta, en modo atención. Posiblemente sientes “algo” en tu abdomen, te sudan las manos o tensionas alguna parte de tu cuerpo y te preguntas si hay algo de qué preocuparse. Intentas analizar la situación y te dices “es una zona segura” o cualquier otra frase que te haga sentir mejor, sin embargo, tu intuición ya habló y depende de ti escucharla o no.
Al analizar la misma escena vista desde afuera, toda la información del entorno que entró a tu cerebro activa las zonas reptil y límbica, las cuales detectaron señales de peligro y como entre sus funciones, el lenguaje (el idioma, idiosincrasia, etc) no es su fuerte, tu límbico intenta desesperadamente enviarte señales de la mejor manera que conoce: a través de emociones y sensaciones en tu cuerpo. Esa es tu intuición hablando, diciéndote que tomes una acción pronto porque no hay tiempo de que tu neocortex analice, interprete y tome una decision racional sobre si es buena idea seguir caminando o correr en sentido contrario.
Piensa ahora en esta otra situación. Entras a la sala de juntas. Tú, con ayuda de tu equipo, has preparado una presentación impecable para mostrar avances en X tema a tu jefe. Tú le conoces, sabes lo que le gusta y tienes una idea ya bastante reforzada de qué tipo de ideas suele apreciar y cuáles rechazar. Tienes memorizada tu presentación y todo fluye según lo esperado. Sin embargo, algo en el lenguaje no verbal de tu jefe activó tu intuición y sientes “algo” que te dice que te lances con esa idea “loca” que se te ocurrió justo camino a la reunión. Aprovechas algunas intervenciones de tu equipo o una pausa de café para pensarlo dos, tres veces y buscas racionalmente razones para seguir con el plan y dejar esa idea disruptiva para otra oportunidad. Tu intuición no solo grita para avisarte sobre peligros, también lo hace para hacerte “sentir” las oportunidades.
Tu intuición siempre tiene la razón porque es su trabajo mantener activo el radar emocional que te facilita actuar en tu entorno. Seguramente te ha pasado que sin importar cuantas razones te des a ti mismo, por lo general, terminas dandole la razón a ese “algo” que sentías y te dices “yo lo sabía”.
Intuición no es emoción
Ahora, intuición no es emoción. La emociones son componentes (ingredientes) que facilitan el aprendizaje y el tránsito por nuestra vida y al depender de nuestra tendencia de personalidad pueden enviar señales sesgadas sobre cómo actuar frente a una situación, Por ejemplo, retomando la escena de la calle oscura, tu intuición puede gritar “aléjate” mientras que tu estado emocional IRA asociado a una tendencia de personalidad fuerte, dominante, puede gritar “vamos a la guerra!!”.
Tu intuición suele sentirse en el cuerpo, en alguna zona de tu cuerpo que por lo general te habla cuando piensas demasiado las cosas. Para algunos, como en mi caso, la intuición se expresa en una sensación de color y calidez frente a una u otra decisión y por lo general, hacerle caso se siente bien. Yo, soy una persona sinestésica y todo lo socio con colores. Todo. Cuando me enfrento a una decisión que no logro tomar rápidamente de manera racional, una de las opciones suele tomar un color azul y una sensación de frío mientras la otra se torna cálida y amarilla-naranja. Después de mucho ensayo y error, aprendí a elegir la opción cálida y hasta la fecha, suele ser mejor decisión.
FUTURE THINKER | FINE FRAGRANCE MARKETING MANAGER | INNOVATION COACH
1 añoEn el mundo corporativo se le da demasiada importancia a los datos, cifras y hechos y se ha minimizado el aporte de la intuición. Incluso en desarrollo de productos nuevos se le da todo el poder a las encuestas a consumidor, desconociendo ese gut feeling que pueden tener las personas que diseñan las estrategias de producto.
F.D.C. Business Transformation and Life Consulting. Consultant, Advisor, Coach and Mentor
1 añoGracias Aris por la aproximacion, intuicion en un contexto mas amplio va mas a alla de comprender, la comprension de por si es ya un proceso mental, lo asemejo mas hacia experimentar lo inefable, tal vez un estado de presencia podria acercarnos a lo que es la intuacion, donde no hay juicios, etiquetas, lo que tal vez percibamos es lo que es... el testigo en presencia observando lo que observa el observador....