Ucrania- Rusia- 1 año y seguimos
Extraña evolución de la invasión Rusa a Ucrania-La ideología cambiante- La desinformación como arma-la geopolítica del hambre

Ucrania- Rusia- 1 año y seguimos

Por Alfredo Pérez García

Se dice que la guerra de Ucrania ha convertido irreversiblemente el orden mundial, político y económico como una geopolítica del hambre, (siguiendo las investigaciones del médico brasileño Josué de Castro en su publicación sobre el hambre en el mundo) cambiando además la idea partidaria de la izquierda política.

Al inicio de la guerra el brío occidental era que no iba a enviar armamento a Ucrania para impedir una escalada bélica. Ninguno pretendía superar la delgada línea roja declarando la guerra a Putin para ayudar a los ucranianos. Siempre se instaló el relato mediático de que los rusos podrían responder acometiendo en territorios de la OTAN, maniobra que, a su vez, podría desatar una Tercera Guerra Mundial.

Pero ya pasó un año, y mientras El presidente de Argentina, Alberto Fernández y su vice, Cristina Kirchner liberan la “perdida” guerra contra la inflación, gran parte de las zurdas ideas europeas han transformado la paz y la neutralidad, por unas remesas de cañones Caesar, tanques leopard, vehículos de combate ligeros (AMX 10-RC), lanzagranadas, cartuchos de fusiles y ametralladoras ligeras, etc., etc., además de las partidas enviadas en centenares de millones en ayuda, de la Comisión Europea en euros.  Son varios los gobiernos que se han comprometido con esta maniobra de origen socialdemócratas: Portugal, por ejemplo, España, Dinamarca, Noruega, España y Canadá sin contar a la flamante Finlandia (otra socialdemocracia) que ya ha enviado entre otras cosas, 2.500 fusiles de asalto, 150.000 cartuchos o 70.000 envases de alimentos de combate y están discutiendo enviar aviones de combate.

Ucrania pide y pide, como si estuviese en una gran ferretería y sin límite de gastos, parecería que tiene en su poder una tarjeta Black Card dispuesta a llevarse todo a su jardín.

Para tener en claro, han pedido, buques y submarinos y hace rato largo viene instando a sus aliados a que aceleren el ritmo de la ayuda militar. A este compás enloquecedor y exponencial de Zelenski, es cuestión de tiempo “que terminemos enviando nuestros hijos a morir en la guerra”

Vemos como, se está apostando a poner todo el arrojo en mandar armamento que en el envío de diplomáticos a la mesa de negociaciones.

Mientras, el coste económico de la contienda golpea fuertemente a Europa, una Europa que empezaba a vislumbrar una lenta recuperación pos pandemia y ahora con recortes en su previsión de crecimiento del 4 % al 2,7 %, ha elevado su previsión inflacionaria. La economía de la UE está sintiendo el impacto de la guerra de Rusia en Ucrania. Se ha producido un nuevo aumento de los precios de la energía, que ha llevado la inflación a máximos históricos. Ucrania y Rusia producen casi un tercio del trigo y la cebada del mundo, y son grandes exportadores de metales entre muchos otros recursos indispensables en el comercio mundial. Las interrupciones en las cadenas de suministro, así como el aumento de los costes de muchas materias primas, han hecho subir el precio de los alimentos, y de otros bienes y servicios básicos. Esto supone una carga para las empresas y menos poder adquisitivo.

Para el ciudadano de a pie significa que aumenta el precio en sus facturas energéticas. Y, ve que el coste de la vida, el coste de los alimentos... sube. Y creo que deberemos estar preparados para más aumentos. Entiendo que vamos a tener otro año en el que la inflación será anormal. En España, donde vivo, hemos visto aumentar el precio de la harina. Un incremento que repercute, de manera importante, en el precio del pan. Sufrirán nuestros bolsillos cuando llenemos de combustible nuestros depósitos en los automóviles, y hagamos nuestras compras semanales de alimentos. Y, probablemente, las cosas tengan que empeorar un poco antes de mejorar.

“Pegamos el grito en el cielo” cuando advertimos que, hasta hace apenas un año, antes de la guerra, la izquierda estaba encarnizada en enviarle un “shot en el trasero” de la Unión Europea a Polonia, por no consentir las bodas entre personas del mismo sexo y ni hablar de permitir el aborto. Ahora aplauden ese pseudo liderazgo europeo de Polonia, dispuesta a ofrecer en el altar de la guerra todo su arsenal, tanques, armas, gomeras, lanzas, arcos y flechas si fuese necesario.

Además, debemos observar las dobles varas, como la izquierda alemana, herida con la "memoria antinazi" o como Pablo Iglesias, en España, con su alerta antifascista, todos ellos ofuscados en no repetir el pasado, bueno, ahora “si te he visto no me acuerdo” porque están a full con los delivery´s  enviando todo lo que esté a su alcance, o sea, adiós al fiel y aguerrido sentimiento ideológico inalterable. ¿Qué pasa con la cultura de la izquierda?

Suecia y Finlandia, las teníamos en el pedestal referencial en su lucha anti atómica, llevando en sus hombros la bandera del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP) , tratado internacional clave, cuyo objetivo fue y es, prevenir la propagación de las armas nucleares y la tecnología armamentística, promover la cooperación en la utilización de la energía nuclear con fines pacíficos… Bueno, ya está, ya fue, damos vuelta el creps y terminaron al final teniendo por principal aspiración engrandecer la OTAN.  Ahora, ambos países aceptarían albergar armas nucleares en su territorio y no lo digo yo, así lo dijo el primer ministro sueco, Ulf Kristersson.

¿Y el calentamiento global? - Bien gracias, falta todavía para eso, además, ¿a quién les preocupa? Solo a los llamados verdes en Alemania ¿o no? 

Lo último que leí en su informe, era un ambicioso programa para la lucha contra el cambio climático, entre otras excelentes ideas se encontraba la creación de un Ministerio de Protección del Clima, reducir la velocidad en las autopistas y una inversión de 15.000 millones de euros.

¡¡Todas esas nobles y plausibles ideas se fueron al garete, sépanlo!! Puesto que los verdes se han bautizado como los responsables Nº1, retrocediendo a 1947, con declaraciones como la de Annalena Baerbock: "Los europeos estamos en guerra contra Rusia"- Una extraña evolución de Los Verdes alemanes: de sus principios básicos... a ser pronucleares y partidarios de enviar armas a Ucrania. Lo que nació de los grupos ecologistas en los años 70 del siglo XX es hoy un partido político en el poder cuyas acciones y posiciones no reconocerían sus fundadores. ¡¡Al diablo con el pacifismo!! Polonia debe entregar los carros de combate Leopard (de fabricación alemana) a Ucrania.

Lo mismo con los bloqueos internacionales y sanciones. Veíamos como la izquierda en el marco internacional desgarraba sus ropas criticando el bloqueo de Palestina o desde “aquellos años maravillosos de los 60´s” con el bloqueo a Cuba, hoy apoya incondicionalmente y que esos bloqueos afecten a África entre muchos otros, poco importa. El presidente de turno de la Unión Africana (UA) y jefe de Estado de Senegal, Macky Sall, que el continente es “víctima” del conflicto en Ucrania por la crisis alimentaria que ha desatado y abogó por el levantamiento de las sanciones que afectan a las exportaciones de cereales y fertilizantes rusos.

Todo el avance europeo en materia de liberalismo, celebra hoy, el envío de tanques, ¡que alegría!

Los que en tiempos lejanos se revelaban contra la OTAN, por tratarse según denunciaban de una organización militar expansionista de EEUU, Hoy son acérrimos y tenaces seguidores, partidarios de la existencia de esa organización.

La guerra mediática ha llevado a este lamentable escenario a convertirla en la novela mexicana de la tarde. Los medios “invasivos” de TV lo han llevado a esa atmósfera, algo tan grave dónde muere gente, algo tan peligroso y delicado como es este conflicto, lograron desinformar de tal modo que deja al desnudo las malas prácticas informativas en torno al problema. Con ello, parte de mundo siente que existe manipulación y ya cree y no cree. Siente que no hay ni buenos ni malos, que todos son malos y que este conflicto le está acarreando problemas en la vida diaria y en su bolsillo, que se trata de intereses de gobiernos y que bien pudo haberse evitado esta guerra y sin embargo se empeñaron en que así no fuese.

Los medios han hecho una novela como decíamos, y sin embargo no es así, los conflictos armados no las hacen las historias individuales, sino que deben situarse en la historia y en el análisis geopolítico. No obstante ello, es mucho más cinematográfico narrar un conflicto desde los testimonios individuales, desde la lágrima, el dolor y la empatía. Lo preocupante es que sólo nos llegan las voces de una parte del conflicto, las que interesa amplificar, porque a no ser que no saquen historias de vidas destrozadas por el exilio y la muerte, parece que de otro modo no instalarían el relato y que sepamos, esto es un film repetido, ya que nuevamente vemos que se ha violado el Derecho Internacional.

La primera de todas las víctimas en la guerra es la verdad (recordando a Hiram Johnson en 1917)

Podemos remontarnos a hechos históricos si deseamos, analizar la posición de Rusia desde la perspectiva de la expansión de la OTAN, posible amenaza, etc. Pero no se puede de ninguna manera justificar ese rompimiento del balance de las potencias, y decimos película repetida, porque existen muchos sectores que mencionan lo que ha pasado en Yugoslavia, Belgrado, Kosovo, dónde un EEUU también violó el Derecho Internacional.

Ya hemos vivido episodios de falsedad en la información, solo basta mencionar lo que sucedió en IRAK y leer en informe Chilcot, con la utilización de lisas y llanas mentiras para desguazar ese país, que es igual o tan penoso como lo que sucede en Ucrania.

Nos están mintiendo: una importante parte de la población ucraniana que más activamente apoya la intervención por la que aboga Washington, Londres y Varsovia pertenece a partidos y movimientos ultra liberales, de extrema derecha. Esos grupos fueron financiados y crecieron al calor de la “soft diplomacia” hasta provocar un estallido social de enorme violencia en el país en 2013, en la plaza de Maidán. Os invitamos, por lo menos, a sospechar de “demócratas” y “patriotas” de oscuro origen.

Nos están mintiendo: los malos no son tan malos ni los buenos tan íntegros ni honrados. No pretendemos sonar semejantes, ni tampoco a un folleto pro Kremlin-Pekín, pero hemos de dar la razón que la rusofobia está insertada. La deshumanización de lo ruso (incluida la población étnicamente rusa mayoritaria en Donbass y Crimea, con toda la diversidad de posturas en su seno) ha conducido a estereotipos xenófobos y excluyentes: mafiosos y opacos ellos, sexualizadas y pasivas ellas. Este silenciamiento activo de sus identidades es cuanto menos, injusto. A nivel político, la brecha idiomática y cultural limita la información que opera desde estos territorios: poca gente sabe que Donbass fue el seno de una milicia popular y de un proyecto político socialista arrasado por sus propios aliados.

Nos están mintiendo: no se trata —sólo— de gasoductos, de oligarcas, clanes e inversiones, o de escudos antimisiles. Se trata de dominar unas narrativas en torno al control de una región (el corazón continental, que diría Mackinder) y lo que simbólicamente significa en nuestra historia. Pensémoslo bien: ¿puede permitirse una guerra una Ucrania con la grivna por los suelos y al borde de la recesión? ¿Quién querría semejante socio europeo? Del mismo modo, ¿Qué ganaría Moscú confrontando con el Oeste cuando toda su artillería diplomática está orientada hacia China? Preguntémonos pues, qué intereses hay en recuperar el relato de un occidente democratizador y de una OTAN fuerte en medio del declive de la hegemonía euroatlántica. Desde luego, al menos en Donbass, duele hasta decirlo, pero con Trump estaban mejor.

¡Nadie habla del Complejo Militar Industrial término empleado por Dwight Eisenhower en su discurso televisado del 17 de enero de 1961, Eisenhower habló a los estadounidenses del novedoso concepto del “complejo militar-industrial” conformado por las Fuerzas Armadas y los fabricantes de armamentos y advirtió de su creciente injerencia en el manejo de las políticas públicas del país!

El mensaje de los medios debería centrarse en la estocada que sufrió otra vez, el Derecho Internacional y cómo afecta esto al mundo. Ese debería ser el enfoque.

Ya nadie escucha al académico que dice y escribe en forma objetiva y fáctica en cómo va a estar el mundo en 50 o 100 años y si escuchamos al político en cambio que sólo piensa en cómo ganar las elecciones y aún así, nadie tiene en cuenta al primero.

Los desafíos hoy deberían estar concentrados en temas que requieren la atención inmediata, como ser el calentamiento global y que necesitan el concurso de la humanidad en su conjunto. Deberíamos estar mas atentos a que prevalezca un orden westfaliano casi obligatorio para no sucumbir ante el darwinismo que pretenda justificar la destrucción de los más débiles.

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