Un storytelling para historias que (no) queremos

Hoy las palabras que te traigo no son mías, me las robé de Victor Frankl, y es que las encontré tan significativas que no podía dejarlas.

“Un doctor en medicina general me consultó sobre la fuerte depresión que padecía. No podía sobreponerse a la pérdida de su mujer, con quien había compartido un matrimonio excepcionalmente feliz. Su mujer había muerto hacía dos años. ¿Cómo podría ayudarle? Me abstuve de decirle nada y le pregunte:

-¿Qué habría sucedido, doctor, si hubiera muerto usted y su mujer le hubiese sobrevivido?

-Habría sido terrible para ella, ¡sufriría muchísimo! -contestó-.

Entonces repliqué:

-No se da cuenta de que usted le ha ahorrado a ella ese sufrimiento; para conseguirlo ha tenido que sobrevivirla y llorar su muerte.

No dijo nada, me tomó la mano, y luego abandonó en silencio la consulta. El sufrimiento, en cierto modo, deja de ser sufrimiento cuando encuentra un sentido…”. Tomado de El hombre en busca de Sentido.

Frankl plantea encontrar sentido a lo que nos pasa. Y esta mirada de la vida es súper valiosa porque, lejos de invitarnos a sufrir (De hecho, rechaza el masoquismo porque “el sufrimiento evitable debe combatirse”), nos plantea tomar nuestras circunstancias y darles eso que hoy llamamos “storytelling”, es decir, construir una historia que nos permita tomar fuerza de lo que podría ser nuestra debilidad.

Nos invita a no ser víctimas, sino protagonistas, o más bien, los propios narradores de nuestras historias. Y esa es la invitación que te traigo, a pensar en eso que te llega sin que puedas controlar, en lo inevitable que te mortifica, sea en casa, en el trabajo o con tus relaciones; y encontrarle el sentido que necesitas que tenga, para que sea un motor antes que un lastre.

No es fácil, yo también lidio con ello, pero ahí vamos, creando nuestros propios relatos para encontrar el sentido que nos ayude a remontar lo que llega para quitarnos el sueño y convertirlo en algo que nos ayude a crecer.