Un viaje en el tiempo: recuerdos
¿Quién dice que no se pueden realizar viajes en el tiempo?
Este sábado me he levantado demasiado nostálgico, y a ello ha contribuido en gran medida el sueño que tuve por la noche, en el que estaba tomando unos litros de cerveza con mis amigos de antaño, (y sí, también fumando algún que otro porro).
Jugábamos al mentiroso con los dados y escuchábamos música, en nuestra pequeña bodega de la colonia de La Prensa, en una de esas tardes calurosas de los veranos de Carabanchel, sentados a una mesa estratégicamente situada en el cruce de dos largos pasillos con árboles, y refrescados por una pacificadora brisa.
Miles de “crazy noises”, como los de una estampida de caballos ansiosos por montar a las yeguas de la pradera, se agolpaban en mi mente. No me podía resistir a los recuerdos que tiraban de mis sentimientos hacia ese momento mágico del pasado. Tenía que escuchar uno de los discos que en ocasiones hacían nuestras delicias: Slade Alive!
Lo busqué en Spotify y cuando lo encontré no podía evitar mi nerviosismo y a la vez mi torpeza, como cuando sabes que te quedan unos segundos para encontrarte con la persona que más te gusta.
Pinché una canción al azar y cerré los ojos, dejándome llevar por el recuerdo.
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Y ahí estaba junto a mis amigos, en un jugada en la que iba ganando, y eso era bastante sorprendente porque lo habitual era que perdiese, y además escuchando el tema “keep on Rocking”.
Es como si la música, con la ayuda de las bromas y las risas, hubiese sido capaz de enlazar las cuerdas cuánticas de esa tarde singular con los minutos del momento actual.
Si en ese instante hubiera entrado mi mujer en la habitación, estoy seguro que me habría visto levitar por lo menos a un metro de altura de la silla.
Es lo que tienen esas cuerdas, que tiran de uno y aunque se sea gordito, te transforman en algo tan liviano como la pluma de un pajarillo.
Yo me dejé llevar por toda esa miel hasta que sentí cómo las lágrimas acudían a mis ojos y me hacían sonreír de felicidad.
La canción se terminó pero esos recuerdos vivirán conmigo hasta el final de mis días, y bastará con abrir de nuevo mi corazón y mi mente a ellos para sentir otra vez su magia. Y quien sabe si no se habrá adherido a mi ser un poco más de juventud, un poco más de tiempo.
DEPARTAMENTO SEGUROS ALEATICA, S.A.U.
1 añoPrecioso Michel. Así me siento yo en algunas ocasiones. La nostalgia inunda mi pensamiento y no puedo evitar echar alguna que otra lagrimita pensando en el pasado u recordando a gente que ya no está con nosotros. Te mando un beso y espero que tengas un bonito día