¿Una nueva guerra fría?
La Dinámica Internacional - The International Dynamic
Marzo 2021
Las fuertes declaraciones del nuevo huésped de la casa blanca en EEUU, Joe Biden sobre Vladimir Putin, tensionaron rápidamente la relación diplomática entre estas 2 superpotencias.
Biden manifestó públicamente que creía que Vladimir Putin “era un asesino” y que pronto “pagaría las consecuencias” por haber intentado intervenir y alterar el resultado de las elecciones democráticas estadounidenses. Esta declaración hizo que Kremlin llame rápidamente su embajador a consultas - lo cual significa una disimulada interrupción en las relaciones diplomáticas- y la respuesta irónica: “Mantente saludable” y “quien lo dice lo es” con tono de burla por parte de la máxima autoridad rusa, cual si fueran niños jugando a la política exterior.
Más allá de toda la tensión causada a raíz de un intercambio discursivo entre las máximas autoridades de EEUU y Rusia, observamos un claro mensaje de Joe Biden a Rusia pero también dirigido a todo el sistema internacional. La imagen proyectada en su campaña electoral como una persona de avanzada edad, sensata, demócrata, pacifista y tolerante, no significa debilidad, a él y a su equipo no le temblará el pulso ni dudara en expresarse, cuando se trate de hacer prevalecer la posición y la fuerza norteamericana en la política internacional.
En los últimos años vimos una Rusia más protagónica recuperando áreas de influencia, con una remontada en la carrera armamentista, adelantos en áreas de ciberseguridad y cibertaques, intervención militar directa en países como Siria donde los gobernantes son sus aliados. Todo este movimiento de recuperar una imagen de poder a nivel global surge junto con la figura de Vladimir Putin al mando del país, figura protagónica que desde su óptica entiende que Rusia es una superpotencia y que ha sido humillada por occidente, y que a pesar de que su condición hegemónica no es la misma que en épocas pasadas, todavía son el segundo ejército más fuerte y armado del planeta, y por lo tanto su relevancia en toma de decisiones internacionales es crucial.
En los diferentes conflictos surgidos en los últimos 15 años vimos un despliegue, una demostración de fuerza, una arremetida militar rusa para señalar que se encuentran vigentes, cuidando y recuperando espacios geopolíticos importantes en el mundo.
En la carrera armamentista de las superpotencias, Rusia hizo avances significativos como el aumento de misiles con capacidades avanzadas en esquivar escudos, misiles de largo y mediano alcance, mejora y aumento de su arsenal nuclear, etc.
Otra área que ha mejorado mucho y que hoy parece tomar una importancia mayor es el ciberespacio. Miles de ciberataques perpetrados desde Rusia hacia y dentro de los EEUU dejaron al descubierto la vulnerabilidad de los sistemas norteamericanos en la materia. Inteligencia de los EEUU ha señalado categóricamente que Rusia trató de hackear las elecciones pasadas, para intentar ayudar a Donald Trump, quien abiertamente se manifestó en más de una ocasión como admirador del mandatario ruso, además de tener negocios e intereses en ese país. EEUU en los últimos años estuvo concentrado en la guerra contra el terrorismo, descuidando otras áreas de importancia como la ciberguerra, además de una política exterior confusa y contradictoria entre Donald Trump y el establishment de la nación.
En resumen las declaraciones de Biden dejan clara la posición de EEUU sobre los supuestos intentos de injerencia rusa en la política doméstica americana. Las sanciones no han sido suficientes. No están dispuestos a pasar por alto, ni mucho menos a negociar las consecuencias por esta intromisión.
El equipo del actual presidente Joe Biden tiene los lineamientos claros hacia una política exterior mucho menos abierta a negociaciones, ni posturas sumisas a otras figuras o mandatarios, sea quien sea el país representado. Busca aumentar sus esferas de influencia y escenarios donde poder desplegar su poderío, exhibir su fuerza militar y avances en la materia para señalar su lugar en el tablero internacional -características propias de las superpotencias-.
A pesar de estos discursos que causan tensiones diplomáticas, no veremos un enfrentamiento armado entre EEUU y Rusia, las probabilidades de que este escenario ocurra - a pesar de las escaladas constantes de tensión y que vienen escalando hace bastantes años - son mínimas, aunque no imposible.
Tampoco podemos hablar de una nueva guerra fría entre estas 2 superpotencias ya que los escenarios, las características y la época son muy distintas. Hoy por hoy ambas potencias mantienen canales abiertos de conversación de manera fluida y tienen bastantes trabajos conjuntos en diferentes áreas de la ciencia, Ejemplos: El desarrollo espacial, estaciones espaciales de cooperación internacional, avance nuclear, etc.
Lo que sí podemos esperar es una respuesta proporcional por parte de EEUU a Rusia en esferas del ciberespacio, injerencia política en sus aliados, buscar aprovecharse de espacios de influencia descuidados, aumentaran su capacidad armamentista y destinarán recursos para encarar la ciberguerra que si viene a ser un conflicto declarado y vigente entre ambos y otros actores de la arena internacional.
El rol de los demás países, los medianos y pequeños será el de intentar convertirse en mediadores y no en “daños colaterales” de estas superpotencias, como es el caso de Alemania que en muchas ocasiones sirvió de intermediario para que entre Rusia y EEUU lleguen a diferentes acuerdos y tratados que han sido beneficiosos para la seguridad mundial y para sus propios intereses. A ningún país mediano o pequeño le conviene estar en medio de un conflicto entre las superpotencias. El ejemplo más claro es el caso de Siria o Crimea, regiones que continúan en una situación de ingobernabilidad o aún peor en situación de guerra.
Es una lucha hegemónica que abarca todas las áreas y esferas, que finalmente está sostenida por el poder económico, condición que en caso de enfrentamiento bélico directo sería completamente dañada y aprovechada por otros actores del sistema, por lo tanto es algo que ninguna quiere y prefieren evitar.