Una palabra amable puede cambiarle completamente el día a alguien
¿Te suena un poco exagerado? Cuando se trata de palabras, sabemos que éstas pueden llegar a ser verdaderamente poderosas. Una palabra o un comentario amable dichos a otros pueden alegrar su día. Así mismo, algunas palabras hirientes pueden llegar a dañarlo.
Solo por hoy hagamos un esfuerzo por decir algo agradable a todas las personas con las que nos encontremos o con las que hablemos. La positividad contribuye en gran medida a difundir la felicidad y la alegría. Cuando somos amables en nuestras interacciones con los demás, recibimos de vuelta más positividad y amabilidad. Esto enriquece nuestras vidas, nos hace felices y nos mantiene más saludables.
A continuación te comparto algunas ideas para poner esto en práctica:
- Saluda amistosamente a un extraño.
Ahora que muchos de nosotros finalmente estamos "fuera de casa", un simple "hola" y una sonrisa pueden tener un impacto positivo en el día de alguien. Tal vez hablar con extraños esté un poco fuera de tu zona de confort, sin embargo, te animo a intentarlo y conectar realmente con otros.
- Reconoce un logro de otra persona.
Claramente, esto funciona mejor con alguien que conoces personalmente o con compañeros de trabajo. Piensa en algo que esa persona haya logrado recientemente y díselo, especialmente si es algo de lo que sabes que están orgullosos.
- Aprecia, y hazles saber, un rasgo de su personalidad.
Ya sea un amigo, un compañero de trabajo o un extraño, mostrar aprecio por algo que los hace agradables y buenas personas es una excelente manera de levantarles el ánimo.
- Agradece a alguien por el simple hecho de "ser".
Por ser quien es. Por estar ahí para ti. A la gente le encanta escuchar cosas como: “Solo quiero agradecerte por ser mi amigo". Todos tenemos personas por las cuales nos sentimos así. Hazles saber que los aprecias y observa cómo aparece una sonrisa en sus rostros.
- ¿Quieres dar un paso extra?
Ayuda a las personas que más lo necesitan haciendo una buena acción por ellos; escribiéndoles una carta a mano por ejemplo, dándoles un pequeño obsequio o invitándolos a almorzar.
Seamos más amables con nuestra familia, amigos, con las personas que nos gustan (y también con las que no tanto), e incluso con personas desconocidas; solo de esta manera construiremos empatía en comunidad y acabaremos con esas barreras que tanto nos dividen.
Hagamos de la amabilidad nuestra filosofía de vida.
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