Unai Simón y la Unión Europea
Unai Simón para un penalti en la tanda ante Suiza

Unai Simón y la Unión Europea

Resiliencia es una de esas palabras que nos hemos empeñado en manosear y en vaciar de contenido durante la pandemia. Es, al fin y al cabo, la capacidad que tienen las personas para recuperarse de situaciones complicadas y seguir avanzando hacia el futuro. Unai Simón me parece un ejemplo de alguien resiliente y lo ha demostrado en la Eurocopa en la que España ha dado, por qué no decirlo, una sorpresa al meterse en semifinales. Nadie daba un duro por esta selección, aunque ahora muchos se quieran subir al barco. ¿El motivo? Mitad fracasos recientes, mitad manía absurda de castigarnos a nosotros mismos cada vez que vemos la oportunidad. Es un poco lo mismo que pasa con la Unión Europea.

Ya se ve la luz al final del túnel y aunque se siga hablando (y mucho) del coronavirus el verano se avecina ya casi dentro de la normalidad, aunque con matices. Ha sido un año y medio extraño, duro, que ha puesto a prueba precisamente la resiliencia y la capacidad del proyecto europeo en muchos aspectos. Desde el sanitario hasta el económico, pasando por el social hasta llegar a los valores. Es ahí donde ahora y a corto plazo se va a situar la verdadera batalla. No se trata de si queremos a Europa -damos por hecho que la mayoría de los ciudadanos sí, porque así lo dicen los datos- sino que cabe preguntarse qué Europa queremos.

Y por eso la Unión, aunque suene absurdo, tiene que mirarse en gente como Unai Simón. Es la única manera de convencerse y de convencer, de dejar claro que el proyecto europeo que se inició para que la historia más negra no se repitiera es capaz de mantenerse firme ante cualquier intento de retroceso. Se llame Orbán o quien venga detrás, porque vendrán. La sed de los intolerantes es insaciable, pero han de encontrarse con un muro. Las herramientas existen y ahora solo falta ponerlas en marcha. Por eso la UE ha de ser valiente.

La pandemia ha abierto una etapa para que la reacción a la crisis del 2008, con aquel castigo injusto a Grecia o los discursos arcaicos que entonces se pronunciaron, se quede en un mal sueño. Es el momento. Es el momento no solo de ser resiliente, sino también de ser valiente. El fondo de recuperación, la vacunación o las sanciones a Rusia, China o Bielorrusia son el ejemplo de que la UE si quiere, puede. No está todo hecho y el elefante todavía camina a un paso demasiado lento, pero por algo se empieza. Y ahora no se puede parar. El pulso que quiere echar Orbán y que quizás mañana quieran emular Meloni o Abascal solo puede tener un ganador: una Unión Europea basada en los valores de su razón de ser. Libertad, democracia y respeto por el estado de derecho. Ese es el único camino. La UE ha aprendido de los errores. Si tras ellos se levanta firme, habremos ganado todos...aunque sea en los penaltis.

Carlos Gil Soriano

Oposiciones Unión Europea | Cofundador y Director de formación en Yepso!

3 años

" La UE ha aprendido de los errores. Si tras ellos se levanta firme, habremos ganado todos...aunque sea en los penaltis." 👏 👏

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