Venenos para tu empresa

Hace poco estuvimos reunidos con los responsables de ventas de una cadena de tiendas de alimentación para analizar las razones de su estancamiento en la venta de lácteos de marca propia. 

Pagar miles de euros al mes en publicaciones malas no garantiza que vayas a vender y, como muchos, han aprendido la lección por las malas. 

Todo cambia, empezando por los clientes. Hace tiempo eras el líder de tu mercado y hoy día, de repente, eres uno más del montón. 

Para nosotros es sencillo ver por dónde pierde agua el barco, porque miramos desde fuera con otra perspectiva: la de la experiencia que nos da no dejar de experimentar. 

Hay ciertos venenos que hacen estragos a medio y largo plazo en las empresas, sea cual sea su tamaño. Y en este caso también. 

¿De qué estás hablando? Te preguntarás. Te cuento. 

En esta ocasión, hablamos de productos lácteos y te pondré como ejemplo un cartón de leche. 

No hay nada peor en marketing que complicar los diseños y recargarlo todo. ¿Cómo vender leche si el cartón está tan recargado que no se lee que es leche? 

Piensa en los cartones que ves en la tienda. ¿Cómo son? Impresos a un color y punto, y el blanco dominando el fondo. Lo mismo con el resto de productos. 

La falta de simplicidad genera confusión y que la gente pase a la inacción. 

El segundo error es haber caído en la trampa de diversificar el negocio fuera del sector lácteo. Imagina que ves tu marca de leche en un friega suelos. Te explota el cerebro. 

Zapatero a tus zapatos. Un equipo para cada negocio y una marca para cada sector. El ansía viva no es buena consejera. 

Otro error habitual en empresas longevas es usar un logo que va cambiando ligeramente según el producto o el año. Mal. 

Jugar a la innovación visual con el logo es hacer que la gente desconfíe. Los hay que esto no lo entienden. 

Más errores, sí. No puedes estar permanentemente ofreciendo descuentos. No es rentable y la imagen de la calidad del producto baja al nivel del suelo, así como la de la marca. 

Esto lo hacen muchos negocios que acaban cerrando. 

Seguimos con la lista. Si vendes lácteos y quieres ofrecer un regalo a los clientes por comprar X unidades, regala un tazón de desayuno o algo relacionado, no un perfumador para la casa. No te salgas del camino. 

Más liadas. Vendes lácteos, no un diamante o una colonia. Tus mensajes tienen que ir dirigidos a cubrir una necesidad alimenticia de calidad. 

Al cliente no le va a cambiar la vida tu leche. Quiere buena leche y que su producción sea sostenible. 

¿Y qué pasa cuando no conoces a tu cliente? que no hablas su idioma en tus publicaciones. No estás en su onda. 

Sumando todo esto tenemos un bajón de ventas acelerado. Menos mal que les hemos sugerido cambiar de diseñador y estamos solucionando todo lo demás. 

Cómo ves, ser una empresa grande no garantiza hacer las cosas bien, pese a tener más presupuesto. Es cuestión de vestirse por los pies. 

¿Crees que saber todos sus errores les será rentable? Es para lo que nos han contratado. Ganar o perder depende de dar los pasos adecuados. Eso no tiene precio para una empresa. 

Ya sabes dónde estamos. Es cosa tuya. No vamos a ir a buscarte.