Vente con ganas
En este artículo os hablamos sobre motivación, ¿Quién la tiene que traer? Es una palabra muy importante en el mundo de la consultoría y está muy conectada con el mundo artístico. En este artículo mostramos esa otra mirada escénica, en este caso desde la perspectiva de la danza. Happy reading!
Lo primero de todo son las ganas, si no tienes ganas, no lo hagas. Yo, por compromiso, no quiero ni un vaso de agua. Un consultor con el que colaboro, Marc Vidal sin gafas azules, (colaborar parece ser que significa trabajar juntos) dice que hay que venir con la motivación ya puesta de casa. Por eso, no está entre las funciones del líder la de motivar a su equipo, sino la de conseguir que un equipo venga con ganas de trabajar, que le interese lo que hace, en definitiva, que venga ya motivado de casa.
Os aseguro que cuando me formaba como bailarín, los profesores que tuve no tenían que convencernos para que bailásemos como locos y nos hiciéramos daño si hacía falta. Todos estábamos “on fire”. No necesitábamos motivación, lo que queríamos era seguir instrucciones y mejorar, queríamos bailar mejor, ser mejores en partnering, en técnica, queríamos tener mejor memoria visual, más ritmos. Queríamos ser más y más profesionales.
Lo que sí queríamos era que nos trataran con respeto, que no nos juzgaran, que no nos ridiculizasen, que se dieran cuenta de cuando ya no podíamos dar un salto más, que nos perdonasen nuestras lesiones. Queríamos ser vistos por el profesor y por el coreógrafo. Queríamos formar parte del “First Cast”, de los que salían los primeros, de los que practicarían con los mejores, de los que se iban de gira con Europa.
Todo, absolutamente todo, te lo tenías que ganar. No iban de gira los “más motivados”, iban los que eran considerados los mejores.
Todo, absolutamente todo, te lo tenías que ganar. No iban de gira los “más motivados”, iban los que eran considerados los mejores. Cada bailarín tenía su punto fuerte, cada uno sobresalía en algo; pero, al final, lo más importante no era ningún bailarín en concreto, lo importante era la pieza de danza, la obra, el producto artístico que iba más allá del individuo y de cuya creación dependía el esfuerzo de muchas personas de profesiones distintas.
¿Es tan distinta una empresa de una pieza de danza?
No lo creo. De hecho, estoy seguro de ello, y por eso algo he creado Team Escénicos. Las empresas tienen que conseguir ser verdaderas obras de arte. Entes tan complejos, tan llenos de vida (en ellas trabajan personas) que parezca algo mágico que tanto acero flote sobre tanto mar. Las empresas son un organismo vivo. En ellas, el individuo es fundamental, pero tienen que darse cuenta de que forma una parte de un todo, de un sistema. Cuando no existe esa visión de conjunto, las empresas no funcionan bien y, básicamente, generan sufrimiento y frustración en sus trabajadores.
Creo que hacen falta más personas con la visión de coreógrafos y directores de cine en las corporaciones; que pongan un poco de orden
Creo que hacen falta más personas con la visión de coreógrafos y directores de cine en las corporaciones; que pongan un poco de orden, que miren en conjunto y descubran qué papel le toca a cada uno de ellos. No todo puede ser medido en sentido matemático. A veces, a base de intuición, pueden construirse grandes proyectos.
Y sí, lo haremos de la mano de recursos humanos, de los directivos, de los jefes de venta, de project managers, de todos lo que hagan falta, pero les podremos ir prestando los ojos escénicos. Los que se obsesionan por ese todo, por ese expresar, por ese tener que crear cosas sea como sea, ese vivir para que la vida pueda llevarse a un papel con solapa dura. Juntos, sumamos: Escénicos y espectadores.
Y eso es lo que queremos traer en Team Escénicos. Porque la misma intensidad con la que he dedicado la mitad de mi vida a bailar y convertirme en bailarín profesional la dedicaré al desarrollo de empresas. Cada cliente es un reto, una pieza nueva en la que trabajar, con la que obsesionarse y disfrutar de la obsesión como solo quien es parte del mundo artístico y escénico puede conocer.
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4 añosWowwwww Joaquín Guerrero me ha súper tera encantado. Estoy deseando conocerte el día 20 en Barcelona para que me expliques más. Por cierto, esos amigos de los que hablas ¿no querrian acompañarnos? Y tu Miquel Nadal Vela ¿te atreves a venir? 😉🔆😁🤙
Fórmate, una ilusión, que voy contigo
4 añosBrillante descripción!. Un bailarín conoce como pocos la disciplina, esfuerzo y pasión que hay detrás de una ejecución impecable. Sería genial que los equipos de trabajo lo viviesen así. Enhorabuena Joaquín Guerrero
Gestión y coordinación de las promociones inmobiliarias de obra nueva
4 añosLa motivación viene de dentro, es algo que hay que tener y trabajar desde uno mismo. Incentivar viene de fuera.
Especialista en fidelización y compromiso de clientes 🔹 Promotora del desarrollo de talento y la formación 🔹 Impulsando el crecimiento a través de las personas y estrategias 🚀"
4 añosMuy cierto!, motivad@ se viene de casa! y demás...como bien comentan 😉 Pero hay entornos profesionales y liderazgos que desmontan las más férreas motivaciones. Automotivarnos es un ejercicio personal,pero qué necesario es el equipo, quién te acompaña en el camino.Juntos (y motivados!) llegamos más lejos. Excelente reflexión Joaquín !.
Change Management | Consultor de Estratégico | Facilitador | Coach Estrategia | Sales Trainer
4 añosBuen artículo J! Meada, cagado y motivad@s de viene de casa! Eso si, la automotivación es obligatoria, pero no olvidemos que somos seres sociales y la falta de reconocimiento mata al más “motivao”! El compromiso nace con la ilusión, viene de serie con la vocación pero muere con la frustración. Bajo mi punto de vista la motivación es el alimento del compromiso de modo que cada uno busque sus fuentes internas y externas! Seguimos!