Quiebras en Argentina
La legislación argentina permite que, ante complicaciones financieras, una persona pueda pasar sus deudas por un colador para luego buscar un arreglo. Eso se llama concurso preventivo, un juez decide qué cosas se adeudan y cuáles no.
Se negocia pensando en el futuro. Los acuerdos preventivos pueden contener infinidad de condiciones, siendo lo más común la quita de capital y mayor plazo para el pago. Pero la creatividad es el límite. El beneficio es para todos, cuando se consiguen sinceridad y cumplimientos razonables a largo plazo.
La empresa se mantiene trabajando y pasa a tener algunas limitaciones, por ejemplo sobre qué cosas pueden venderse. ¿Un edificio? ¿Un auto? ¿Una máquina? Necesitan autorización judicial para su disposición. Decimos “empresa”, aunque bien puede concursarse una persona humana sin actividad comercial.
Aparece la figura de un síndico contador público, que asiste al juez principalmente en el análisis acerca del estado financiero del negocio durante todo lo que dura el juicio.
En el peor de los casos, cuando por ninguna vía pueda llegarse a buen puerto, surge la quiebra. También ella nacería sin necesidad de un concurso preventivo previo. Ahí se liquidan los bienes y pueden hacerse las cobranzas necesarias para pagar -no siempre- a los acreedores. ¿Será que el concurso preventivo es como una terapia intensiva?... Y la quiebra, el velatorio.
No debemos interpretar las leyes mirando nuestras conveniencias. Algo tenemos que aprender de casos emblemáticos como el conocido "Swift-Deltec". La empresa argentina de alimentos se presentó en concurso preventivo. Una multinacional verificó créditos y declarada acreedora, votaba en las propuestas de acuerdo. Pero esa compañía, Deltec, no podía ser tratada como un acreedor más dentro de los que tienen derecho a voto. Había un conflicto de intereses por cuanto se determinó que era la misma persona que Swift. Ese corrimiento del velo societario es una muestra de que las reglas que armamos como sociedad siempre deben respetar el fin colaborativo por el que fueron creadas.
Hago este llamado atendiendo a la crisis sin precedentes que vive el mundo, y especialmente nuestro país. Ruego que la Justicia siga de cerca la multitud de pedidos falenciales que se presentarán. A cuidar que en alguno de ellos la cesación de pagos no sea un estado, sino un aprovechamiento.
Consultor en Tucuman Marketing
4 añosVengo explicando en Facebook la diferencia entre un concurso y una quiebra además de todas las cosas que inventó hasta el propio presidente sobre una empresa que tiene 100 años de trayectoria y crecimiento en nuestro país, que genera empleo y que es un orgullo para los santafecinos según tengo entendido.
Primero se Concursa, sino se salva, va a Quiebra. Muchas veces usada como herramienta legal para reestructurar deuda.