Vida personal y el internet

En tiempos de cuarentena en donde estamos obligados a estar en aislamiento y con posibilidad de pensar mucho en nosotros y hacer una introspección, este tema de las redes sociales se vuelve literalmente el pan de cada día. He observado como todos están afanados por mostrar y compartir lo que se hace día tras día, bien sean rutinas de ejercicio, postres de limón, pan y recetas familiares lo cual se ha vuelto algo fijo de encontrar, por esto hoy abordaré cómo esto puede tener una explicación y una consecuencia. 

Para empezar, dando la razón y citando una frase de Sherry Turkle en “conectados pero solos”, en la que expresa que “Estar solo se concibe como un problema que necesita ser solucionado”. Considero que es una afirmación que se acerca mucho a la realidad así no sea consciente, pero las personas tienden a tratar de distraer la mente para pensar lo menos posible en su propio comportamiento humano y se usa generalmente como un mecanismo de defensa para evitar ver lo que realmente queremos y sentimos. 

El tema de las redes sociales juega mucho con la autoestima y con una parte psicológica muy importante ya que hace que podamos construir una imagen que se ajuste a los estereotipos que los demás quieren ver y que en la vida real no podemos representar o aunque podamos tomaría más tiempo, esfuerzo y dejar de lado las personas que realmente somos. Un ejemplo claro de cómo la autoestima puede ser afectada o incluso depender completamente de las redes sociales es la preocupación constante de la gente en el momento de recibir likes en sus fotos. 

En el capítulo “caída en picada” de la serie Black Mirror, se ve cómo van a ser las cosas en un caso hipotético que no se detengan y lleguen a depender completamente de las redes sociales. Las personas van a ser regidas completamente por puntuaciones, lo que conlleva que una persona no pueda cometer errores porque por cada vez que esté triste o pasando por algo difícil su vida va a cambiar, esto fuerza las conductas y acciones de las personas y al final lo que se conseguiría sería la romanización de un mundo casi robótico, sincrónico y perfecto, en donde todos sigan cierto tipo de cosas y no haya espacio para el libre albedrío. 

Planteando un escenario así, en donde la gente no pueda expresar muchas cosas, de nuevo un tema psicológico entra a jugar papel, puesto que la gente prácticamente se despojaría de sus propios sentimientos y seguirán un tipo de guía, sentándose en el mundo actual y lo que vemos, se ve cómo las personas solo suben fotos y publicaciones cuando están felices, no suelen demostrar cuando están tristes o cuando tienen pareja solo suben los momentos felices más no la realidad, ya que todo el mundo sabe que en una relación siempre conlleva peleas.

Esta necesidad de mostrar una vida perfecta traspasa el hecho de ser una persona perfecta y se vuelve tangible cuando la gente empieza a postear las cosas que hacen, como los restaurantes que frecuentan, la ropa que usan, los productos que tienen y demás. Pero esto en parte es debido al inconsciente colectivo y las redes juegan una parte muy importante en el concepto. Explicado en las palabras de Santiago Bilinkis en la charla “Cómo nos manipulan en las redes sociales”, se debe a un Hackeo de la atención, que va a consistir en cómo se filtra la información de cada usuario de estas redes y asimismo se adecua para dar publicidad más directa y conseguir más ganancias.

Concluyendo con el tema, vemos que la vida de ahora no es más que una fachada y la gente tiene miedo de interactuar entre sí. También vemos como cada elección que nosotros tomamos se ve muy influenciada por las empresas y nada es casualidad. Como reflexión y aprovechando el tiempo de cuarentena deberíamos disfrutar más de los momentos que vivimos diariamente y lidiar con nuestros problemas en lugar de evadirlos en las redes.