¿Viva San Fermín?

No tengo nada contra las fiestas patronales de Pamplona. Pero nada. No, que no, que me parecen estupendas. Son molonas, diferentes y relevantes para su variado público.

¿Entonces…?

Pues que, al levantarme el primer día de las susodichas celebraciones, es escuchar en la radio la cancioncita “A San Fermín pedimos…” y pensar: “a partir de ahora todo va a ir mal”.

He reflexionado sobre este tema tan trascendental ;) al leer hace unos días, en esta misma red, el post de unos colegas publicitarios que defendían que junio era, de lejos, el peor mes de trabajo del año.

Para nada. Enmienda a la totalidad: julio es nuestro particular infierno.

Llevo una pila de años en este insensato negocio de la publicidad y no recuerdo ninguno, n-i-n-g-u-n-o, en que los días entre el 6 y el 15 julio no se hayan complicado hasta el infinito y más allá.

En fin, que sí, que tener curro mola. La cuestión en estas benditas fechas no es que crezcan los proyectos en número -que también ocurre- sino que aparecen asuntos disparatados, como salidos de un guion de Guy Ritchie.

¿En serio que tenemos que hacer una propuesta de reposicionamiento mundial para XXXX, y así salvaremos la cuenta? Ah, y que incluya varias acciones transmedia, coordinando 15 oficinas de 3 continentes y que hay que presentar el 1 de septiembre … La repregunta, lógica, es siempre: ¿de este año? Imaginaos la respuesta.

O, ¿así que nos han pedido un branded content basado en los desvelos de Putin por salvar la foca monje, que hay que entregar rodado, en 10 días, pero que, ojito, si lo vendemos hacemos el año? ¿Quién dijo miedo? A por ello.

Si, vale, exagero.

O no.

No quiero ser agorero, pero ir preparando el paraguas. En WE ARE CP , hemos hecho un boot camp y reforzado equipo para estar preparados cuando llegue el chaparrón. Así que We are ready para lo que sea. Imposibles, bienvenidos.

La otra posibilidad es iros al aeropuerto y pillar el primer vuelo que salga hacia … las antípodas.

Eso sí, poneos un pañuelito rojo al cuello y gritar fuerte en el control de pasaportes: ¡Viva San Fermín!