Vuelta al producto y la cocina tradicionales

Vuelta al producto y la cocina tradicionales

Después de muchos meses de pandemia y de un duro confinamiento hemos vuelto a cocinar y a dar importancia a los buenos hábitos para nuestra salud y alimentación. Por eso han recobrado fuerza los productos locales, saludables y sostenibles. Hemos aprendido nuevas formas de cocinar alimentos que siempre hemos tenido cerca, pero no sabíamos qué tratamiento darles para ponerlos en nuestro plato.

Todo apunta a que esta tendencia se mantendrá en lo que queda de 2021 y 2022 y la cocina tradicional, la casera, ha vuelto con fuerza con productos y recetas de siempre, pero mejoradas para añadirle un plus de salud a nuestra dieta.

Estamos volviendo a lo tradicional, a los platos que preparaban las madres y abuelas, recuperando sabores de siempre que estamos integrando en nuestra dieta habitual. Porque queremos comida sana, local, saludable y que nos haga felices por las memorias que nos devuelve a través de sus sabores y olores.

Las empresas y comercios locales han estado durante este tiempo surtiéndonos de productos de temporada y de otros que han ido llegando a nuestras despensas, como la castaña, que en sus múltiples formas de presentación (fresca, cocida, seca o en harina, por ejemplo) están ayudándonos a redescubrir el placer de cocinar. Esos alimentos kilómetro cero, los que conseguimos en la tienda de nuestro barrio, se han vuelto indispensables, pero también hemos aprendido a comprar directamente a los productores vía internet o telefónica, una excelente forma de obtener alimentos frescos, locales y sostenibles de forma rápida y fácil.

Dentro de estos alimentos sanos, cercanos y que dan felicidad, las castañas siempre han tenido una forma extraordinaria de reconfortarnos: en invierno en ese cucurucho que calienta nuestras manos, en familia o con amigos compartiendo un magosto tradicional, como snack saludable mientras hacemos deporte o como elemento perfecto para las elaboraciones sin gluten. Porque un pan o unas galletas con harina de castañas es calidez y olor a hogar.

Además, los restaurantes y chefs han recuperado ese gusto por lo de siempre y las cartas se están llenando de recetas e ingredientes tradicionales. En la alta cocina las castañas se presentan en guarniciones para la caza, en purés, en marrón glacé o en sopas. Nuestra sencilla y nutritiva castaña se viste de gala en estas cocinas para compartir fogones con los alimentos más caros. También los chefs han sabido recuperar recetas como el pan de castañas de chefs como el parisino Pierre Gagnaire o el estofado de jabalí con castañas y la sopa de leche con castañas de Pepe Solla en Poio, la coca de castañas, tirabeques y jamón de pato del restaurante orensano Nova, como algunos ejemplos.

Hemos vuelto a cocinar, a recuperar sabores y estamos aprendiendo a hacerlo de forma que beneficie la salud, la sostenibilidad y que nos haga felices. Ojalá mantengamos esta tendencia.

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