¿Y EL PAN QUE?

Un desayuno en paz es el mejor momento…

Es una experiencia gastronómica memorable e irremplazable.

Por $1.000 es lo mejor, más sencillo y fácil de lograr. Una bebida caliente, huevo y El PAN.

Detrás de este pan blandito o rollito, hay más de 25.000 panaderos en Colombia, compitiendo entre sí para lograr mantenerse en el mercado con un precio cercano a los $300.

Una actividad artesanal, donde la mano de obra es esencial, involucrando una cadena social multicultural y luchadora.

La verdad es que en Colombia somos bajos consumidores de pan, con aproximadamente 22 kg por persona al año. Uno de los consumos más bajos de Latino América.

Cerca del 90% del consumo del pan es al desayuno y más del 70% es en panes ricos en margarina y azúcar. Aproximadamente un 15% puede contener salvado de trigo o grano entero.

En países con cultura de pan maduras, el pan se consume durante todo el día y por ejemplo en Alemania más del 50% es pan mixto, que contiene además de harina de trigo, harina de centeno y otras harinas.

Adicionalmente los porcentajes de margarina o grasas, así como de azúcar son bajos o nulos. Allí se añade cebolla, nueces, semillas de girasol, semillas de calabaza, etcétera. El resultado; una variedad maravillosa cercana a los 3.200 tipos de pan y consumos cercanos a los 90 kg por persona al año. Cabe destacarse que en Chile pueden estar cerca a los 80 kg por persona al año.  

El pan que acá llamamos aliñado es la causa para que nuestros nutricionistas lo llamen no saludable y de alguna manera se haya frenado su crecimiento en consumo. El consumo total de pan en Colombia no ha crecido significativamente en los últimos años. Sin embargo, el consumo de algunos panes funcionales que incluyen grano entero, han tenido buena aceptación y presentan crecimiento frente a los típicos panes blandito o rollo.    

Ya en Colombia tenemos una corriente de panaderos artesanos que desde una plataforma de conocimiento gracias a institutos o universidades han descubierto esta oportunidad inmensa de innovar y brindar soluciones complementarias a las actuales, pero aún la mayoría esta atrapado en el pan tradicional de los $300 para el desayuno.

El pan debe regresar a la base de la pirámide alimenticia, ajustando sus recetas para disminuir sus contenidos de grasa, azúcar e incluir más harinas de grano entero, así como inclusiones saludables que lo presenten como el vehículo ideal para lograr propuestas gastronómicas saludables, versátiles, prácticas y desde luego deliciosas.

Como gremio creo que debemos abrir la puerta a aprender de panaderos europeos que tienen humildemente mucho por enseñarnos y así lograr reposicionar esta categoría por ser innovadora, revolucionaria y rentable.

Las posibilidades de desarrollo de la categoría son inmensas…