¿Why, How & What … de la felicidad en nuestras organizaciones?

Que los empleados se conecten al 100% con la estrategia de la empresa es un estado ideal para cualquier Gerencia. Por otro lado, un empleado es 31% más eficiente, y 36% más motivado que los que no lo están si están felices en su trabajo. Estas cifras explican sin duda todas las crecientes conversaciones y el surgimiento de expertos que ven en FELICIDAD el mecanismo que conecta estos dos universos; los propósitos organizacionales, con las realizaciones personales.

Mayor control en riesgos de accidentes laborales, disminución de costos de reclutamiento, disminución de rotación de personas, el aumento de índices de calidad en los procesos, la satisfacción y retención de clientes, reputación de marca complementan los beneficios de conversar y fomentar la felicidad en las organizaciones.

Si la ejecución de la estrategia está en juego, ¿qué esperan los Equipos Directivos de nuestro País para fomentar los programas felicidad en sus sistemas de gestión?. Varios aspectos he encontrado en mis conversaciones empresariales y aulas de clases que lo explican, destaco un debate que resumo en tres dialécticas. Los empleados, “… estoy en la empresa porque es lo único que encuentro y no por qué es lo que quiero hacer”. Los directivos, “… la búsqueda de Mi éxito es la clave de Mi felicidad. No obstante, abordar el tema de la felicidad en Mi trabajo es un camino inseguro para Mi éxito”. Y los Empresarios e inversionistas “Mejorar los ambientes laborales de mis empresas cuestan y son discursos poco sostenibles. Este camino en nada asegura los resultados esperados”. Estas tres dialécticas obstaculizan la llegada de los beneficios derivados de fomentar la felicidad.

Invito a un modelo de gestión diferente en donde cada integrante ame lo que es, cultive su talento para ponerlo al servicio de los demás, y encuentre en el propósito de la organización su propia búsqueda de trascendencia y realización. Un modelo que propicia tres niveles de conciencia: La consciencia de la individualidad, la consciencia del otro, y la consciencia de comunidad. En tal virtud, promover un orden distinto a los procesos para la ejecución de la estrategia, con goce y disfrute, es decir: FELICIDAD.

La consciencia de la individualidad se logra con acciones que promuevan la búsqueda del crecimiento y desarrollo en cada integrante. Acciones para invitar a descubrir su vocación natural, su talento único, y su potencial. La autoconsciencia para desarrollar competencias, habilidades y destrezas en forma más fluida y efectiva. Se abandonan escenarios que fuerzan a las personas a buscar ideales de modelos que se alejan de lo que son. Se da espacio al cultivo de su vocación y talento natural.

La consciencia del otro se logra emprendiendo acciones para disciplinar a la organización hacia la construcción de resultados en equipo. Ser conscientes del significado e importancia de buscar “el número”, con la determinación de cada talento puesto al servicio de los demás. Brindar consciencia publica del aporte de cada talento y la responsabilidad de cada integrante. Esta acción exige brindar claridad en las palancas de valor en cada negocio, flujo de información en “cómo vamos”, la lógica de la estructura y los acuerdos de funcionamiento que rigen las actuaciones. Son acciones que elevan la consciencia colectiva de nuestra interdependencia y la necesidad de construir conversaciones poderosas, positivas y saludables.

La consciencia de comunidad se logra con acciones para mantener conectados y alineados a todos los integrantes con el negocio. Se brinda claridad del propósito trascendental que logramos con nuestro trabajo diario. Se comprende y comunica la razón por la cual se merece existir cada organización, brindando claridad de los rasgos de la cultura que son validados, y determinan la aceptación, o no, de cada integrante en la organización. Se definen las reglas que consolidan el “ecosistema laboral”. Se refuerza el estilo de liderazgo directivo que necesita la estrategia.

Invitamos a construir confianza. Las organizaciones pueden salir de sus roles tradicionales y trabajar hacia un nuevo modelo operativo en sus sistemas de gestión que ponga a las personas - y el abordaje de sus dialécticas - en el centro de todo lo que hacen. Estas acciones permiten construir Empresas con ambientes más saludables. Con bienestar, con resultados, con conversaciones positivas y perdurables; en otras palabras, mejores personas, mejores familias, una mejor empresa para nuestro País y nuestros clientes.