Yo Amo Mi Zona de Confort

Yo Amo Mi Zona de Confort

Zonas de Confort Funcionales vs Disfucionales


La Mala Prensa de la Zona de Confort

Es cosa de buscar en Google “Zona de Confort” y saldrán frases como las siguientes:

  • La zona de confort es un hermoso lugar pero nada crece ahí…
  • Todo lo que quieres en la vida está fuera de la zona de confort
  • Nunca harás historia en tu zona de confort
  • Las cosas mágicas sólo ocurren fuera de la zona de confort - Atrévete
  • La zona de confort es el mayor enemigo del potencial humano
  • Incomódate – Aléjate cada día de la zona de confort que te limita
  • Zona de confort – Aparente estado de comodidad que te lleva a muerte en vida
  • Justificación perfecta para no hacer nada, a no arriesgarse y no vivir
  • Quedarse en la zona de confort lleva a una vida insatisfactoria y no exitosa
  • Nada emocionante ocurrirá dentro de la zona de confort y si al salir tienes miedo, hazlo con miedo
  • La vida comienza donde termina la zona de confort

¿La vida comienza donde termina la zona de confort?

¿De verdad? ¿De dónde sacaron esta idea? ¿De acuerdo a quién?

Una de las características de las frases de “autoayuda”, además de no sostenerse frente a un pensamiento crítico, es que generalizan y dan soluciones estándares a quien sea que lea tales mensajes. No consideran para nada la realidad particular, heterogénea y disímil de cada persona, y asumen que a todos nos podría servir por igual (cual lectura de tu horóscopo en el “diario” de la mañana).

¿Por qué yo tendría que salir de mi zona de confort?  ¿Quién sabe lo que estoy viviendo que hace tamaña invitación?

Sugeriría que en todas las frases anteriores se le podría aplicar una “fe de erratas”:

  • Donde dice: zona de confort
  • Debería decir: zona de disconfort

De una zona de disconfort estaría dispuesto a salir pero de mi zona confort, donde me siento seguro,  ¿por qué habría de querer hacerlo?

Es que la zona de confort tiene pésima prensa y está, a mi juicio, injustamente devaluada.  Veamos.

Si nos guiamos por el contexto de cada una de estas frases, la zona de confort sería un estado metal y emocional donde evadimos nuestros miedos, donde no somos capaces de asumir y enfrentar nuevos desafíos, ni menos la ansiedad e incertidumbre que nos presenta nuestra sociedad día a día. Consecuentemente, se nos ha enseñado que para crecer, ser competentes, felices y exitosos, hay que salir de tal zona, ya que mantenernos allí nos llevaría a justo lo contrario, a aplanarnos, a promediar “pa’ abajo”.

En alguna medida, permanecer en la zona de confort nos estaría diciendo que no nos estamos esforzando lo suficiente para lograr nuestras metas, objetivos, anhelos y deseos. Que de alguna manera, nos estamos rindiendo ante las dificultades, las mismas que no podemos enfrentar dados nuestros supuestos miedos e inseguridades. Desde esta mirada, es obvio que la zona de confort tenga un manto emocionalmente negativo, mala prensa, un territorio no deseado.

Esta es una mirada, la típica, poco cuestionada y aceptada como obvia por la gran mayoría. Sin embargo, ¿qué pasaría si lo vemos desde otra perspectiva?

 

Proceso de moverse entre Zonas


Zona de Confort como Espacio Emocionalmente Seguro

¿Qué ocurriría si la zona de confort es nuestro espacio emocionalmente seguro?

¿Qué beneficios tendría quedarse en la zona de confort?

Como mencionaba anteriormente, las frases de entrada están dichas como si fuesen aplicables para todos y en todo momento, la estandarización máxima. No consideran para nada el momento de vida que cada persona está viviendo y cómo se la está viviendo. Es decir, no considera la “temporalidad” en que se visita y/o se permanece en la zona de confort.

Como comencé mencionando en el título de este escrito, “yo amo mi zona de confort”. Y claro, fue un proceso de vida llegar acá, para nada fácil. Hubo etapas de mi vida profesional y personal en que estuve profundamente enraizado en zonas de confusión, de pánico, de mucho aprendizaje y luego de expansión. No fue un proceso lineal, fue un ir y volver de muchos “alcachofazos”, errores, intentos y, sobre todo aprendizajes “de jeta contra el planeta”. Hoy puedo decir, con gusto, con tranquilidad que me vivo la vida en Zona de Confort (así con mayúsculas). 

Reflexionaba que la zona de confort tiene una directa relación con el Proceso de Individuación Junguiano (del cual escribiré más a fondo en futuro cercano), la bien conocida “crisis de mitad de vida”, en que después de andar muy enfocado en el pertenecer, ser aceptado y validado por terceros, en el hacer, en el logro, en el objeto y sus metas materiales de vida, las que develan su éxito, nos llega irremediablemente la gran pregunta:

¿Y para qué es todo esto? ¿Cuál es el sentido de nuestras vidas?

Pasando la crisis (si la pasamos), tornamos la mirada hacia el individuo, hacia el meta-sentido de nuestra vida, a darnos cuenta que el Éxito lo podemos reemplazar-complementar con Ataraxia (tranquilidad para vivir nuestras vidas, independientes de las circunstancia externas). Allí, nos comenzamos a conformar con menos, con el Justo Medio, sin ambicionar en demasía, sin tener que vivir al ritmo acelerado y el estrés que el sistema impone y que nosotros “naturalmente” compramos.

Entonces la zona de confort se convierte en un excelente lugar donde encontrar felicidad, tranquilidad, sosiego e incluso éxito. Este éxito lo dejamos de relacionar directamente con el grado y estado de incomodidad necesario para conseguirlo. Ya no tenemos que estar (o al menos mostrarnos) permanentemente estresados, extremadamente ocupados, ya que lo contrario diría de nosotros que “nos sobra tiempo” y que no estamos haciendo nuestro mayor esfuerzo. Esta zona de confort se convierte en un entorno de seguridad emocional, libre de mayores ansiedades, ansiedades que sabemos gestionar si aparecen (para lo cual el Estoicismo ayuda toneladas). 

De este modo, la zona de confort se convierte un contexto que posee varios activos. Es un terreno conocido, en que nos manejamos bien, en que hacemos bien lo que sabemos hacer bien. Un entorno seguro y predecible. Y más aún, libre de mayores preocupaciones disfuncionales. Es un lugar de rutinas eficientes, resultados de disciplinas construidas durante el tiempo que nos garantiza esta Ataraxia. Es el lugar donde, sin duda, podemos seguir aprendiendo, y a la vez, donde podemos relajarnos, validar nuestro espacio, reflexionar y sobre todo, estar en bienestar con nosotros mismos.  Es el lugar donde nos sentimos seguros. Es saber que si nos salimos de ella, podemos volver a ella, como volviendo a casa... a nuestro hogar.

 

Zona de Confort & Principio de Peter

Me preguntaba si podría existir una relación entre el Principio de Peter y el cuestionamiento de vivirnos la vida en la zona de confort. 

Patricio Valenzuela, colega y amigo, me dio algunas luces (aunque él no lo sabe) en un texto publicado hace poco en este medio, donde señalaba que tanto los “millennials” como los “centennials” no necesariamente estaban motivados por el poder. La mayoría no deseaban asumir posiciones en jerarquías organizacionales, como sí lo estuvimos los de la generación X y los Baby Boomers. Es decir, no están dispuestos a asumir cargos de liderazgo, para convertirse en Jefaturas o Gerentes. Sus intereses principales (dado un estudio de Manpower Group que se muestra en gráfica siguiente) son perfeccionarse en conocimientos técnicos/profesionales que les brinde seguridad en el largo plazo, habilidades interpersonales y competencias comunicacionales, encontrar y permanecer en trabajos con sentido, más que con poder.

 

"Ser jefe no es prioridad"

Me cuestiono qué pasaría con un joven profesional que se le ofrece un cargo de Jefatura dado su amplio conocimiento y habilidad técnica en una determinada materia. Ello significaría, lo más probable, salirse de su zona de confort. Tiene que enfrentar el desafío de entrar en una zona de aprendizaje que lo lleve a una nueva zona de expansión, en que terminará asumiendo el liderazgo de los profesionales que hoy son sus pares. Supongamos que este profesional se considere capaz de hacerlo, sin embargo, no va por ahí su idea de desarrollo profesional, su plan de carrera. Más bien, preferiría seguir desarrollándose en su especialidad técnica, para convertirse en un experto máximo en el tema. En simple, está bien en la zona que se encuentra, es un espacio seguro en que desea continuar perfeccionándose y aprendiendo. Por tanto, para él/ella permanecer allí no es una negación a seguir creciendo, es una alternativa válida de hacerlo de otra manera.

Ahora, visto desde la perspectiva de quien le hace la oferta a este profesional, de 10 gerentes que ofrecieran esta oportunidad, ¿cuántos crees tú que quedarían decepcionados ante la negativa del profesional de querer asumir ese cargo de Jefatura?

Hay una creencia arraigada, siento yo, que si no estás dispuesto “a crecer” (acorde a como la organización quiere que crezcas), no eres un profesional que valga la pena considerar y/o retener. Tiene que haber un esfuerzo asociado, un esfuerzo que lleve a una incomodidad y estrés “natural” de estar dando sobre el 100… siempre. Es decir, que te saque de tu zona de confort, ya que hay una percepción negativa de pertenecer allí.

Acá aparece el principio de Peter (creado por Laurence J. Peter), que dice lo siguiente:

En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia.


El peligro de ascender sin las competencias necesarias


En la medida que vamos creciendo en la organización, nos dice Peter, nos vamos tornado cada vez más incompetentes, hasta llegar al punto de alcanzar nuestro nivel de incompetencia máxima. Si hacemos un paralelo con la zona de confort, en la medida que vamos ascendiendo nos vamos alejando de ella, llegando al punto que no se alcanza una zona ni de aprendizaje, ni de expansión sustentable, lo que nos impide lograr una nueva zona de confort ampliada. En lugar de ello, podemos perfectamente entrar en una zona de pánico (de incomodidad e inseguridad máxima). Si nos volvimos incompetentes, ya sea por nuestra incapacidad técnica de asumir nuevas responsabilidades y/o por la falta de habilidades relacionales asociadas al nuevo cargo, ¿cómo podríamos lograr una nueva zona de confort ampliada?

Ascendiendo hasta ese nivel de incompetencia podemos no volver a habitar tal zona de confort. Son frecuentes los casos en que un muy buen ejecutivo de ventas, por ejemplo, que abre mercado, logrando y superando sus mentas regularmente, es invitado a asumir un cargo de Jefatura de Ventas. El supuesto es simple y la gran mayoría de las veces… errado: “Si es bueno para vender, deberá ser bueno para dirigir y gestionar equipos de ventas”. Si el supuesto no se da, acaban de perder un buen ejecutivo de ventas, para convertirlo (muy probablemente) en una jefatura de ventas mediocre. En el corto o mediano plazo, existe la muy cierta posibilidad de que lo hayan condenado a ser un ex empleado, ello dado que al no dar los resultados esperados en el nuevo cargo de jefatura, y siendo muy poco probable que vuelva a su cargo anterior, su única opción será su salida de la organización. En su ex zona de confort, haciendo muy bien lo que sabía hacer, podría haber continuado aportando como un excelente ejecutivo de ventas. Claro, podría haberse negado a asumir el nuevo rol, sin embargo, no sin antes haber puesto en la balanza las consecuencias de negarse, sobre todo bajo la creencia generalizada que mantenerse en su zona de confort es negativo para los intereses de la empresa. 

Hay más. Como corolario de su famoso principio, Peter deduce los siguientes:

·         Con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones.

·         El trabajo es realizado por aquellos empleados que no han alcanzado todavía su nivel de incompetencia.

Este último corolario es el que me interesa, ya que se podría interpretar que el verdadero y efectivo trabajo es realizado por aquellos empleados que permanecen en su zona de confort profesional.

 

Zona de Confort Funcional & Zona de Confort Disfuncional

No quiero plantear una falsa dicotomía. No es una lucha entre diabolizar la zona de confort o santificarla. La reflexión a la que invito con este texto es a cuestionarnos qué de nuestra zona de confort nos hace bien, nos produce bienestar, qué de ella nos invita a validar un espacio emocionalmente seguro.

Si reflexionamos y observamos pragmáticamente nuestra zona de confort, yo sugeriría que le pongamos apellidos, que estén asociados a la funcionalidad que ella nos aporta. La zona de confort sin duda que puede ser disfuncional, que como ya vimos, es la concepción y percepción generalizada de este tipo de zona. Es decir, una zona de confort disfuncional es aquella que no te aporta a tu propio bienestar, por lo que es válido desear salir de ella, entrando en zonas de aprendizajes y expansión.

Por otro lado, la zona de confort funcional es un “ecosistema” que nos brinda seguridad y estabilidad. Sin duda que habrán ocasiones en que tengamos que ajustarla y expandirla acorde a que el mundo definitivamente cambia sin pedirnos permiso y está muy bien que así lo hagamos. Sin embargo, no es un comenzar de cero, ni una confrontación permanente con nuestros miedos. Es una evolución más que una revolución.

Quiero finalizar estas líneas con parte del discurso de graduación que dio Steve Jobs en la Universidad de Stanford el año 2005. Al finalizar su discurso, él planteaba:

“Miro al espejo cada mañana y me pregunto a mí mismo: Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿quiero de verdad hacer lo que estoy por hacer durante este día? Si la respuesta es no, por muchos días seguidos, sé que tengo que cambiar algo en mi vida.”

Tomando sus sabias palabras y llevándolas a mí vida, si la respuesta es , por muchos días, semanas, meses… es porque me estoy viviendo la vida en “Zona de Confort Funcional”.

¿Qué responderías tú?

Abrazos, Adolfo


Dr Carlos Alfredo Naranjo Serres

ORL las Condes. orl-lascondes.cl ,Las Urbinas 81 Of 1B Providencia WhatsApp +56959550311

3 meses

También es válido disfrutar de la zona de confort, salirse de ella es una decisión muy individual

Juan Marcos Aguirre Vergara

Psicólogo, Consultor Senior Gestión del Cambio y Desarrollo Organizacional

3 meses

Estoy de acuerdo es una zona importante desde la cual con seguridad se pueden explorar otras zonas, se puede tomar como Campamento Base para iniciar otros viajes

Giani Orellana

Coach | Ingeniería en Adm de Recursos Humanos

3 meses

Maravillosa invitación a reflexionar con este artículo Adolfo Valderrama Porter y lo valioso que es tener claridad de lo que nos proporciona bienestar y nos hace bien. Apoyo hacerle buena prensa! Yo también Amo mi Zona de Confort 🤍

Patricio Valenzuela S.

Asesor y Director de Empresas, Académico de Posgrado, Coach Certificado

3 meses

Muy buena reflexión Adolfo Valderrama Porter , gracias

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