"Yo tengo la razón y Tú estás equivocado": Una pizca para comprender la mentalidad de conflicto y sus consecuencias

La creencia latente de que uno siempre tiene la razón puede tener la causa raíz en diferentes factores. Estos podrían ser la imperante necesidad de validar que lo dicho es lo correcto, en muchos casos puede ser el ego, miedo; también la falta de empatía o situaciones pasadas o presentes que refuercen esta postura, como el hecho de que quizás a lo largo de los años los grupos a los cuales se ha pertenecido siempre hayan santificado el discurso. Cuando una persona se cuenta una verdad polarizada y se adhiere de forma obtusa a sus propias opiniones, puede estar motivada por el deseo de mantener el control o evitar sentirse vulnerable para reconocer sus errores.

Como impacta en las relaciones y la comunicación

• Agudiza los conflictos: Permanecer en la posición de “yo tengo la razón” tiende a empeorar los problemas en vez de resolverlos. Cuando ambas partes están empecinadas en demostrar que lo que están diciendo es verídico, la conversación se convierte en una lluvia de acidez y enfrentamientos, dificultando la resolución constructiva del conflicto.
•  Disminuye la confianza: La insistencia en que el otro está equivocado puede disminuir la confianza y el respeto mutuo. La percepción de que una persona no está dispuesta a considerar otras opiniones puede hacer que el diálogo se vuelva denso y falso. Además, si a esto se le añade el poder que podría tener una de las partes para hacer valer su posición, termina por generar espacios donde las personas se reprimen y dejan de expresarse libremente.
• Visión limitada: Tener una mentalidad cerrada puede disminuir nuestra capacidad para comprender formas de pensar diferentes y, por ende, limitar nuestro crecimiento personal y profesional. No tener predisposición para considerar nuevas ideas puede hacer que perdamos oportunidades valiosas de aprendizaje y cocreación.

 Causas comunes y cómo manejarlas

• Imperante necesidad de control: La necesidad de querer siempre ser “Director General del Universo” puede llevar frecuentemente a una actitud de tener la razón. Por tanto, será útil trabajar en la confianza personal y en la aceptación de la incertidumbre como una parte natural de la vida. No pasa nada si no tienes la razón. Mejor aún, te vuelves una persona más aterrizada y madura emocionalmente.
• Ausencia de empatía: La dificultad para entender las perspectivas ajenas puede reforzar la creencia de estar siempre en lo correcto. Por ello, se podría manejar esta barrera sumergiéndote en el océano de la comprensión, escuchando activamente y dando validez a la opinión de los demás.
• Temor al error: No querer equivocarse implica muchas veces ser visto como una persona incapaz, por lo que esta postura puede llevar a una actitud de estar siempre a la defensiva. Entonces, comprender que equivocarse es parte del proceso habitual de aprendizaje puede ayudar a aligerar esta forma de ver las cosas.

 Fomenta una comunicación constructiva

• Escucha activa: Prestar realmente atención a lo que los demás puedan decir y tratar de comprender su punto de vista antes de emitir respuesta.  
• Preguntas abiertas: Hacer preguntas que llamen a la reflexión y al diálogo en vez de afirmaciones que solo refuercen la posición personal.
• Aceptar la incertidumbre: Tener claro de que no siempre se tiene la respuesta correcta y estar dispuesto a recibir opiniones y aprender de los demás.

En retrospectiva y tomando conciencia de esta actitud obsesiva y tozuda de querer siempre tener la razón, recordemos hechos históricos que trajeron como consecuencia divisiones trascendentales y funestas debido a esta posición.

• Guerras y Conflictos Políticos

La Guerra de los Cien Años (1337 – 1453):

Contexto: Este conflicto que duro años entre Inglaterra y Francia se vio exacerbado por la cerrada posición de que ambas naciones tenían la razón sobre el control de los territorios y la legitimidad del trono francés.

Consecuencia: La guerra destruyó varios lugares del territorio europeo, causo innumerables decesos y dejo una marca sin precedentes en la política europea.

La Guerra Fría (1947 – 1991):

Contexto: La disputa ideológica entre Estados Unidos y La Unión Soviética, convencidos de que ambos eran potencias tanto en lo político como económico.

Consecuencia: La Guerra Fría gesto y provoco conflictos indirectos, pero lo peor fue la fabricación masiva de armas nucleares y una serie de presiones a nivel mundial que influyeron en la política internacional por varios años.

• Conflictos Sociales

La Reforma Protestante  (Siglo XVI):

Contexto: Los desacuerdos entre la Iglesia Católica y Martin Lutero sobre las prácticas y doctrinas religiosas. Lutero estaba convencido de las malas prácticas y los abusos que se venían presentando en la iglesia católica.

Consecuencia: La reforma provoco una serie de disputas religiosas, división de la feligresía y cambios importantes en la iglesia católica.

• Conflicto de Derechos Civiles en Estados Unidos:

Contexto: En esta lucha, tanto activistas como opositores estaban convencidos que su causa era la más justa. Este conflicto para erradicar la segregación duro décadas.

Consecuencia: Lo más importante fue el gran avance que se tuvo respecto integración racial y de género

• Conflictos Empresariales

Batalla por el mercado tecnológico:

Contexto: Los grandes de la industria Microsoft y Apple a lo largo de los años fueron protagonistas de rivalidades por el dominio de este sector.

Consecuencia: innovaciones aceleradas, pero también litigios largos y millonarios que han moldeado el actual mundo tecnológico.

El pensamiento de "yo tengo la razón y tú estás equivocado" puede ser una barrera de acero para las relaciones sanas y para una comunicación efectiva. Al tener un enfoque colaborativo y abierto, es posible transformar el comportamiento de las personas y sus respuestas, resolver conflictos de manera más constructiva y fomentar un ambiente de respeto y comprensión mutua. Aprender de los diferentes puntos de vista nos nutre, porque finalmente nos permite incrementar el conocimiento. Estar dispuesto a cuestionar nuestras propias creencias, muchas de estas limitantes, son pasos cruciales para mejorar la calidad de nuestras relaciones interpersonales y nuestra capacidad para resolver problemas de manera eficaz. La vida se disfruta cuando vivimos en unidad y mantenemos el conflicto lejos de nuestro presente.

 “En cualquier conflicto el ceder no es signo de debilidad, sino de sabiduría”. Mahatma Gandhi