Cómo lidiar con la crítica

Cómo lidiar con la crítica

Si estamos aspirando a algún objetivo, si estamos tratando de tener éxito, o si estamos tratando de destacarnos en alguna área de la vida, hay algo garantizado: nos vamos a topar con la crítica en algún momento.

Esa crítica puede ser constructiva, o puede venir con la intención de menospreciarnos.

Y especialmente hoy, en la era de las redes sociales, damos acceso muy fácilmente a otras personas a que hagan juicio de valor o al menos compartan su opinión sobre nosotros o sobre otros.

Las opiniones de otras personas no son siempre positivas. Algunas de ellas son bastante incómodas de escuchar o leer. A veces parecen un poco maliciosas. Esto nos puede afectar bastante si nosotros lo permitimos.

Hay dos clases de críticas de las cuales tenemos que tomar conciencia. Y una vez que las interpretamos, también tenemos que comprender quién/quiénes las dicen, y por qué las recibimos.

Crítica negativa o destructiva

La crítica destructiva no se centra en la situación, sino que se utiliza como pretexto para dirigirse a la persona, a su identidad, a sus cualidades, para valorarlas y calificar. Su objetivo es establecer un juicio de valor de la persona receptora, en ocasiones infringir un daño u ofensa.

Este tipo de críticas hace que la gente se incomode demasiado, se ofenda y/o se desmotive. Pero acá hay algo importante a entender: solo la gente negativa habla de manera negativa.

Generalmente las personas negativas son individuos que no están haciendo lo que se requiere para perseguir sus metas y por eso quieren deshonrar o humillar a otros.

La miseria ama la compañía. Personas que hablan negativamente con el fin de dañar no quieren que otros sean exitosos ya que ellos no lo son, o al menos no están dispuestos a hacer lo que se necesita para conseguir el éxito.

Y desde luego podemos entender de dónde viene esto. Tiene un poco que ver con la naturaleza humana: solemos ponernos celosos cuando a otros les va bien. Inmediatamente pensamos que esos triunfos los queremos obtener nosotros.

Pero una cosa es entender y otra es respetar. Yo personalmente no respeto que alguien dañe en razón de que no puede hacerse responsable de sus propios sueños.

Si hay personas que hablan negativamente de nosotros, significa que están incómodas consigo mismas, y lo proyectan hacia a nosotros. Es así de sencillo.

Crítica constructiva

La crítica constructiva es un juicio que se realiza con fundamento y de manera respetuosa a otra persona, con el objeto de aportar ayuda o una visión positiva con respecto a una circunstancia específica.

Este tipo de crítica es una herramienta para el éxito. Y desde luego, va a depender un poco de nuestra personalidad individual la forma de interpretar este tipo de críticas.

Puede generar cierta incomodidad inicial, dado que la persona que realiza una crítica constructiva hacia nosotros está eligiendo una debilidad (nos hace conscientes de que hay algo que puede mejorar).

Pero lo que hay que entender acá es que las personas que respetuosamente critican para construir son personas que quieren realmente ayudarnos. No nos quieren hacer sentir mal, sino que verdaderamente buscan que nos superemos.


El hombre en la arena

Y cuando de crítica se trata, siempre recuerdo una gran cita de Theodore Roosevelt que esclarece perfectamente esta idea:

“No es el crítico quien cuenta; no el que señala cómo tropieza el hombre fuerte, o dónde el autor de las acciones podría haberlas hecho mejor. El mérito pertenece al hombre que está realmente en la arena, cuyo rostro está manchado de polvo, sudor y sangre; que se esfuerza valientemente; que se equivoca, que se queda corto una y otra vez, porque no hay esfuerzo sin error y falta; el que realmente se esfuerza por realizar las obras; el que conoce los grandes entusiasmos, las grandes devociones; el que se dedica a una causa digna; quien en el mejor de los casos conoce el triunfo de los grandes logros, y que en el peor, si fracasa, al menos fracasa atreviéndose mucho, de modo que su lugar nunca estará con esas almas frías y tímidas que no conocen la victoria ni la derrota” - Theodore Roosevelt.

La verdad me encanta esta cita, particularmente porque he competido en torneos de golf durante mi adolescencia a nivel amateur y conozco lo que es la presión por lograr un buen score.

¿Pero cómo podemos interpretar esta cita, independientemente de que hayamos o no competido deportivamente?

La “arena” se refiere al ámbito o terreno de trabajo.

Los que están en la arena usualmente son los que se toman el trabajo de mejorar continuamente y los que se esfuerzan por llegar a sus objetivos. Tienen una mentalidad positiva, postergan todo tipo de gratificación instantánea y tienen visión de futuro.

El “crítico” o “el que señala” es la persona que está afuera, en las gradas o en la tribuna. Son las personas que no están dispuestas a perseguir sus sueños y por ende quieren bajar a su nivel a cualquier persona que persiga sus propias metas, a fin de sentirse mejor.

Son los críticos los que llegan a conclusiones fácilmente sin comprender exhaustivamente lo que hay detrás de desempeñarse en el terreno de juego. Y al no hacerse responsables de sus conquistas, abuchean, comentan negativamente, insultan, y dicen barbaridades hacia aquellos que están dentro de la arena.

¿Cómo podemos estar seguros de que los comentarios negativos provienen de personas que no tienen el valor de seguir sus sueños? Muy simple: porque si fueran personas que realmente persiguen sus sueños, a lo mejor pueden pensar que somos unos “tontos” por nuestro desempeño, pero no gastarían su preciado tiempo en decirnos algo dado que están muy enfocados y muy ocupados en perseguir los suyos.

A través de las dificultades viene el éxito.

Aquellos que están en la lucha saldrán exitosos del otro lado si aguantan el tiempo suficiente.

Las únicas opiniones que realmente importan son las de aquellas personas que están en el campo de juego, en la arena, en el terreno de trabajo: nosotros mismos.

El dialogo interno es fundamental. Somos nosotros los que decidimos si vamos a persistir y ser consistentes en la búsqueda de nuestras metas o si vamos a tirar la toalla. Nuestra opinión de nosotros mismos vale más que cualquier otra opinión. Si nos dejamos llevar por opiniones externas, vamos a encontrarnos con muchas dificultades para mantenernos motivados en este camino hacia la meta.

Entonces siempre podemos hacernos las siguientes preguntas:

-La persona que me está criticando ¿es de la arena o es de las gradas?

-La persona que me está criticando ¿es una persona dispuesta a hacer el trabajo o a ayudarme?

-La persona que me está criticando ¿tiene real interés en que yo mejore? ¿Le conviene mi progreso?

Estas son algunas reflexiones para que podamos navegar mejor la crítica en nuestro camino hacia lo que sea que estemos buscando. Y siempre es bueno recordar la cita “El hombre en la arena” para analizar los comentarios o los juicios externos.


Espero te sirva.

Saludos.

Gaston.

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