#16 Mental health: a must-player / La salud mental: un jugador imprescindible

May was #MentalHealthMonth in the United States, the month focused on Mental Health Awareness. Although the data related to emotional wellbeing continue to be alarming, mental health awareness has grown significantly over the last few years, reaching a significant weight in areas where it barely existed a few years ago, such as sports. Today, coaches, players and other technical staff are aware of the impact of mental health on sporting performance and that talking about it connects them with their fans and humanizes them. In a straightforward analogy, taking care of emotional wellbeing has become every team's must-player, in and out of sport.

In the race to raise awareness, research, the information offered to society by the media, and the visibility of mental health by profiles with a strong voice play a critical role. All this helps to reduce the stigma and misinformation that marked this issue years ago. Because by knowing the facts and understanding the context, we can work better on solutions.

The WHO (World Health Organization) pointed out a few months ago that depression affects 300 million people and, according to its calculations, it will be the primary health problem by 2050. This month, @NAMI (National Alliance on Mental Illness) published a summary infographic with data to reflect on, such as that one in five American adults suffers a mental illness each year, with anxiety disorders being the most common. A percentage that shows us that the problems that impact our emotional wellbeing are at the top of society, affecting any business sector, any field and reaching all corners of the world.

The assessment of the state of emotional wellbeing should be monitored at all ages and in all fields and sectors. In sports, for example, there is a high level of pressure and stress that can affect any professional profile. If we focus on the figure of the coach, we see that it is widespread for team leaders to develop some disorder, according to a study carried out by the non-profit organization NCAA (National Collegiate Athletic Association), in which it is observed that 40% of coaches have felt mentally exhausted. The causes differ but are usually related to workload, personal concerns, and balancing personal life with professional duties. This results in sleep difficulties and stress, and thus in a worsening mental state. As far as players are concerned, the management of popularity, the pressure of results, the management of expectations, both internal and external, and the permanent supervision of the ego are some of the elements that cause major problems for their mental health and with which they must learn to cope.

At the Olympic level, the Tokyo 2020 Olympic Games included, for the first time, a set of guidelines for coaches and players to assess and manage their mental health problems if they have them. Some of these recommendations focus on making visible the need to go to therapy when the body or mind asks for it, to talk freely about mental health care in any environment, whether family or within our team, or to include in our daily routine those activities that make us feel better and disconnect, such as reading, artistic activities or rest in any of its forms.

All these recommendations can be extrapolated to any other professional or personal environment, as the problem and solution are the same whether we are talking about sports or any other field.

The great allies of emotional wellbeing

The body and mind need independent care, but it is also necessary to work on them together. Physical activity, rest and healthy eating bring us the benefits we need inside and out. Being physically active releases endorphins, which are directly linked to happiness and wellbeing. It also helps us reduce anxiety and stress, reduces fatigue and makes us more productive. And if this activity is carried out in company or as part of a team, it enhances our social relationships, something that has a positive impact on our ability to disconnect. Physical activity also relates to the quality of our rest, which directly influences how we feel physically and mentally. If we add a conscious and healthy diet to this, we will have the perfect combo for our emotional wellbeing to be in good condition. That is why, when we talk about raising awareness about mental health, we should encourage our readers to take care of these three great allies of emotional wellbeing.

------------------------------------

Mayo fue el #MentalHealthMonth en Estados Unidos, el mes dedicado a la Concienciación en Salud Mental. Si bien los datos relacionados con el cuidado del bienestar emocional continúan siendo alarmantes, la concienciación sobre la salud mental ha crecido notablemente durante los últimos años y ha alcanzado un peso importante en ámbitos donde hace tiempo apenas existía, como el deportivo. Hoy en día, tanto entrenadores como jugadores u otros perfiles técnicos son conscientes del impacto que ejerce la salud mental en el rendimiento deportivo, así como del hecho de que hablar de ello los conecta con sus aficionados y los humaniza. Y es que, haciendo una analogía muy simple, el cuidado del bienestar emocional se ha convertido en ese jugador imprescindible que todo equipo necesita, dentro y fuera del deporte.

En la carrera por la concienciación, juegan un papel muy importante la investigación, la información ofrecida a la sociedad por parte de los medios de comunicación y la visibilidad de la salud mental por parte de perfiles con un gran altavoz. Todo ello ayuda a reducir el estigma y la desinformación que marcaba este tema años atrás. Porque conociendo los datos y entendiendo el contexto, podremos trabajar mucho mejor en las soluciones.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) señalaba hace unos meses que la depresión afecta a 300 millones de personas y, según sus cálculos, para el año 2050 será el principal problema de salud. La @NAMI (National Alliance on Mental Illness) publicaba este mes una infografía resumen con datos sobre los que cabe reflexionar, como que uno de cada cinco adultos estadounidenses sufre una enfermedad mental cada año, siendo los trastornos por ansiedad la más común. Un porcentaje que nos muestra que los problemas que impactan en nuestro bienestar emocional están en la cima de la sociedad, afectando a cualquier sector empresarial, a cualquier ámbito y llegando a todos los rincones del mundo.

La evaluación del estado del bienestar emocional debe supervisarse en todas las edades y en todos los ámbitos y sectores. En el deporte, por ejemplo, existe un alto nivel de presión y estrés que puede afectar a cualquier perfil profesional. Si nos centramos en la figura del entrenador, vemos que es muy común para los líderes de los equipos desarrollar algún tipo de trastorno, según un estudio llevado a cabo por la organización sin ánimo de lucro NCAA (National Collegiate Athletic Association), en el que se observa que el 40 % de los entrenadores se ha sentido completamente exhausto mentalmente. Las causas difieren en muchos casos, pero normalmente están relacionadas con la carga de trabajo, preocupaciones personales, compaginar la vida personal con las funciones profesionales, entre otras. Algo que se traduce en dificultades para conciliar el sueño y estrés y, por lo tanto, en un empeoramiento del estado mental. Por la parte que respecta a los jugadores, la gestión de la popularidad, la presión de los resultados, el manejo de las expectativas, las internas y las externas, y la permanente supervisión del ego, son algunos de los elementos que causan mayores problemas en torno a su salud mental y con los que hay que aprender a lidiar. 

A nivel olímpico, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, se incluyeron por primera vez una serie de pautas para que tanto entrenadores como jugadores pudiesen evaluar y manejar sus problemas de salud mental en caso de tenerlos. Algunas de estas recomendaciones se enfocan en visibilizar la necesidad de ir a terapia cuando el cuerpo o la mente nos lo pide, hablar con total libertad del cuidado mental en cualquier entorno, ya sea familiar o dentro de nuestro equipo, o incluir en nuestra rutina diaria aquellas actividades que nos hacen sentir mejor y desconectar, como pueden ser la lectura, las actividades artísticas o el descanso en cualquiera de sus formas.

Todas estas recomendaciones son extrapolables a cualquier otro entorno profesional o personal, ya que problema y solución son los mismos hablemos de deporte o de cualquier otro ámbito.

Los grandes aliados del bienestar emocional

Cuerpo y mente necesitan cuidados independientes, pero también es necesario trabajarlos en conjunto. La actividad física, el descanso y la alimentación saludable son elementos que nos aportan los beneficios que necesitamos por dentro y por fuera. Estar activos físicamente produce la liberación de endorfinas, directamente vinculadas con sensaciones de felicidad y bienestar. También nos ayuda a reducir la ansiedad y el estrés, disminuye la sensación de fatiga y nos impulsa a ser más productivos. Y, si esta actividad la llevamos a cabo acompañados o en una modalidad de equipo, potencia nuestras relaciones sociales, algo que impacta positivamente en nuestra capacidad de desconexión. La actividad física tiene, además, una buenísima relación con la calidad de nuestro descanso, algo que influye directamente en cómo nos sentimos física y mentalmente. Si a esto le añadimos una alimentación consciente y saludable, tendremos el combo perfecto para que nuestro bienestar emocional esté en buenas condiciones. Por eso, cuando hablamos de concienciar en torno a la salud mental, debemos animar a las personas que nos escuchan a que dediquen tiempo a cuidar estos tres grandes aliados del bienestar emocional.